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Un amplio sector de los trabajadores obstétrico-ginecológicos del hospital civil piden públicamente el “cese de la supervisora de Partos Inmaculada Domene Bages o su dimisión por dignidad propia”.
La razón que esgrimen las matronas estriba en que, pese a que este cargo intermedio conoce el “enorme trabajo” que realizan en el Servicio de Partos además de su “disposición a ayudar en cualquier eventualidad que suceda, sólo intenta hacerlo más difícil, poniendo obstáculos para ganar puntos en su puesto y más medallas”. Los denunciantes sostienen que su responsable “permanece siempre del lado” de la Dirección de Enfermería de Atención Especializada y “nunca del de los trabajadores como nosotros”
Este colectivo profesional esperaba de su superiora inmediata en el organigrama del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria, Ingesa, su “apoyo” el cual “en ningún momento hemos sentido”, especialmente, cuando le han trasladado los “acontecimientos desapacibles” que han experimentado “muchas matronas del servicio de partos del hospital de Ceuta propiciados por la Dirección del hospital civil”.
Por este motivo, “ya no queramos ser más sus matronas”, anuncian, ya que la supervisora de partos “a la hora de organizar jornadas y demás eventos le encanta contar con nosotras”, como señala este amplio sector del servicio obstétrico-ginecológico, porque “sabe de nuestra profesionalidad y de que gracias” a los trabajadores “se ponía las medallas”.
“Nos sentimos vigilados y hemos perdido la total confianza en ella -en referencia al cargo intermedio cuyo cese solicitan- puesto que además del incidente tan grave, injusto y surrealista ocurrido hacia una de nuestras compañeras, siendo dicha supervisora la promotora de todo, sin escrúpulos y no reconociendo su ‘metedura de pata’ públicamente para que no corra peligro su sillón, nos hace pensar que habrá por su parte más sorpresas desagradables”, explica el colectivo quien insiste en el relevo forzado al frente de la Supervisión de Partos del hospital del Ingesa.
La jornada de 12 horas como telón
Este colectivo profesional esperaba de su superiora inmediata en el organigrama del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria, Ingesa, su “apoyo” el cual “en ningún momento hemos sentido”, especialmente, cuando le han trasladado los “acontecimientos desapacibles” que han experimentado “muchas matronas del servicio de partos del hospital de Ceuta propiciados por la Dirección del hospital civil”.
Por este motivo, “ya no queramos ser más sus matronas”, anuncian, ya que la supervisora de partos “a la hora de organizar jornadas y demás eventos le encanta contar con nosotras”, como señala este amplio sector del servicio obstétrico-ginecológico, porque “sabe de nuestra profesionalidad y de que gracias” a los trabajadores “se ponía las medallas”.
“Nos sentimos vigilados y hemos perdido la total confianza en ella -en referencia al cargo intermedio cuyo cese solicitan- puesto que además del incidente tan grave, injusto y surrealista ocurrido hacia una de nuestras compañeras, siendo dicha supervisora la promotora de todo, sin escrúpulos y no reconociendo su ‘metedura de pata’ públicamente para que no corra peligro su sillón, nos hace pensar que habrá por su parte más sorpresas desagradables”, explica el colectivo quien insiste en el relevo forzado al frente de la Supervisión de Partos del hospital del Ingesa.
La jornada de 12 horas como telón
El colectivo, secundado por la Junta de Personal del Ingesa, defiende que para las modificaciones de la jornada laboral de 24 a 12 horas, sistema que ya funciona en el hospital civil, éstas deben ser negociadas en mesa sectorial según figura en el Estatuto Marco del Personal Sanitario de los Servicios de Salud, en concreto, en el artículo 80.2 apartado k. Las matronas y los representantes de los trabajadores sostienen que nunca recibieron una comunicación formal previa a estos cambios y nunca se abordó en la Junta de Personal.
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