18 ene 2010

Houston, USA.-

Enfermeras con bata de médico

Atención médica de bajo costo

http://www.chron.com/disp/story.mpl/sp/promo/top/6821531.html

SILVIA STRUTHERS LA VOZ


La enfermera especializada Norma Tejada, de la clínica escolar Almatha Clark Taylor, examina a Pablo Reynosa, cuya madre, Leticia Tavera, cree que enfermó del estómago después de comer su pastel de cumpleaños.

Nacida en México pero con 24 años en Houston, Ayala finalmente siguió el consejo de su hermana y empezó a visitar hace seis años la clínica Neighborhood Health Center-Southwest, un centro de salud comunitario, de pago pero diferente a otros: está gobernado y atendido por nurse practitioners, enfermeras especializadas que tienen la autoridad para diagnosticar y recetar para una algunas enfermedades, como la diabetes, o infecciones que requieren antibióticos.
“La primera vez vine a hacerme el examen de la mujer (papanicolau), el de la sangre y porque me sentía mareada. Yo decía, a lo mejor necesito lentes”, cuenta Ayala. “Y la doctora me dijo, ¿usted sabe que tiene la presión alta?”.
Esa doctora de la que habla Ayala es precisamente nurse practitioner, a la que sus pacientes ven con el mismo respeto que a un médico y con quien generan una cercanía personal por el trato familiar.
“Mis pacientes saben que no soy médica, se lo digo todos los días”, dice Patricia LeCuyer, la enfermera especializada directora de la clínica, que es parte del sistema del hospital Memorial Hermann.
“Pero sienten que lo soy porque soy yo quien cuida de ellos”.
LeCuyer, además de dirigir al personal, que incluye a otra enfermera especializada, pide tests de laboratorio, los interpreta y receta a los pacientes, o bien los refiere a un médico.
Clínicas como ésta, donde las nurse practitioners son las principales proveedoras de atención sanitaria básica y de prevención, han surgido en los últimos años en respuesta a una escasez de médicos de cabecera y, sobre todo, como un modelo que permite reducir costos. (Ver cuadro 1).
“Proporcionamos un cuidado eficiente de costo reducido. Eso beneficia a comunidades necesitadas, porque a veces no hay mucho dinero para pagar a proveedores (de servicios médicos)”, explica Norma Tejada, nurse practitioner de la clínica escolar Almatha Clark Taylor, del Distrito Hospitalario del Condado de Harris. (Ver cuadro 2).
La reducción de costos se debe a varios factores: las clínicas tienen un personal reducido, los salarios de las enfermeras son más bajos que los de un médico y no hay equipos costosos, como los de rayos X, dado que sus servicios son primarios, explican LeCuyer y Tejada.
La clínica de pago del Southwest recibe el apoyo del programa sin fines de lucro de servicios comunitarios del Memorial Hermann, mientras que la clínica escolar se mantiene a través de los fondos del Distrito Hospitalario del Condado de Harris.
Más calidez
Estas clínicas, señala Tejada, buscan convertirse en el “hogar médico” de los pacientes y alejarlos de las salas de emergencia, lugar al que comúnmente acuden muchos hispanos sin seguro médico.
Además, tienen otra ventaja: una atención más personalizada.
“Una de las especialidades de las nurse practitioners es nuestra comunicación con los pacientes y educación”, explica. “Nos e- norgullece usar la educación para la prevención, sentarnos a hablar individualmente con los pacientes 5 ó 10 minutos para tratar de prevenir que el niño tenga un ataque de asma o se vuelva obeso”.
Alma Miramontes, ama de casa mexicana, ha confiado la salud de su hija a la clínica escolar y asegura que hasta ahora no ha necesitado la atención de un médico: “Desde que nació, aquí ha tenido todos sus chequeos”.
La gran diferencia entre las clínicas de pago gobernadas por enfermeras especializadas y las escolares es que en las segundas aceptan seguros como Medicaid y CHIP, mientras que las de pago no admiten seguros y atienden a cualquier persona que pague la consulta, mucho más barata que la de un médico, lo que ha abierto un nicho para sus servicios: el gran número de hispanos sin seguro médico.
Según un estudio de Tom Reynolds, investigador de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Texas, un 44 por ciento del millón y medio de hispanos que vivía en el Condado de Harris en 2008 carecía de seguro médico, en comparación con el 27.2 por ciento de la población en general. En Texas, el 42.4 por ciento de los latinos carecía de seguro en 2006, según la Oficina del Censo.
Reynolds destaca que aquéllos con unos ingresos extremadamente bajos son elegibles para el seguro federal Medicaid, pero hay otros trabajadores que no lo son. Éstos no tienen dinero para pagarse un seguro pero tampoco entran en la categoría de beneficiarios del seguro federal porque sus ingresos están ligeramente por encima del mínimo requerido. Son los que más pueden aprovechar las clínicas de enfermeras especializadas.
Igual sucede con los pacientes de ingresos medios que han perdido su seguro, generalmente al perder su empleo.
LeCuyer dice que entre sus pacientes hay “trabajadores de la construcción, de limpieza, o que trabajan en restaurantes o cocinas. Algunos tienen sus propios negocios. Incluso tenemos algunos abogados”. Son trabajadores de ingresos bajos o medios, dice la enfermera, “que no tienen seguro... nosotros intentamos que tengan tratamiento para que puedan seguir trabajando”.
Alrededor de un 60 por ciento de los casi 20 pacientes que recibe a diario son latinos, dice, por lo que la mayor parte del personal de la clínica es bilingüe. No piden papeles.
En Texas, las enfermeras especializadas deben trabajar bajo la supervisión de un médico en una proporción de 4 enfermeras por médico. “La necesidad de servicio primario es enorme en el estado para la gente que no tiene seguro o que carece de acceso directo a ese tipo de servicios. Así que la presencia de clínicas como éstas es muy importante”, dice el doctor Lewis Foxhall, miembro del Consejo de la Asociación Médica de Texas.

Resources

1. CLÍNICAS DE PAGO
Las clínicas comunitarias de pago reducido del sistema hospitalario de Memorial Hermann son tres y funcionan así:
Dan servicio a adultos y niños desde los dos meses. En general no aceptan seguros privados, ni Medicaid, Medicare o Chip.
El costo de la consulta es de 48 dólares. Puede ser pagado con efectivo, cheque o tarjeta de crédito. Hacen análisis de laboratorio. El costo es de 28 a 70 dólares.
Atienden enfermeras especializadas que diagnostican y recetan para casos que van de gripes a diabetes o presión alta. Si es necesario, el paciente es referido a un médico.
situadas en:
• Neighborhood Health Center Southwest: 8150 Southwest Freeway. (713) 981-1605.
• Neighborhood Health Center Northwest: 11097 NW Freeway, Suite B.
(713) 957-8400.
• Neighborhood Health Center Northeast: 9813 Memorial North. (281) 319-8500.
2. CLÍNICAS ESCOLARES
Las del Distrito Hospitalario del Condado de Harris funcionan así:
Ofrecen consultas y análisis de laboratorio a niños de hasta 18 años.
Aceptan Medicaid, Chip, Tarjeta Dorada y seguros privados.
Si el niño está enfermo puede ser visto el mismo día. Para revisiones de rutina hay que hacer cita con un tiempo de espera de unas dos semanas.
Los pacientes son atendidos primariamente por enfermeras especializadas y, en caso necesario, referidos a un médico.
Algunas direcciones y teléfonos:
• Almantha Clark Taylor Health Clinic: 13940 Bonham. (713) 330-8904.
• Deepwater Health Clinic: 309 Glenmore, Pasadena. (832) 668-8380.
• Southside Health Clinic: 1721 16th St., Galena Park. (713) 671-2461.
Para más información sobre clínicas comunitarias y otros recursos de salud llama a Gateway to Care, al (713) 783-4616 o visita www.gatewaytocare.org

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