13 feb 2010

Sevilla, España.-

El precio injusto de la jubilación

Más de 800 enfermeras y auxiliares retiradas luchan para disfrutar de  forma íntegra de su pensión, sin que el SAS «nos quite un buen pellizco»
http://www.larazon.es/noticia/6506-el-precio-injusto-de-la-jubilacion
SEVILLA- Décadas prestando servicio en los servicios públicos sanitarios y, tras un merecido retiro, un buen número de antiguas enfermeras y auxiliares –prácticamente todas son mujeres– están pasando graves penurias económicas. En esta difícil situación viven unas 800 enfermeras jubiladas en toda Andalucía, debido a la inflexible postura del Servicio Andaluz de Salud (SAS) al calcular sus pensiones según sus propios parámetros, con un aval de la Justicia que las afectadas consideran «legal», pero absolutamente «inmoral».
Pilar Burgos siempre pensó que, a su edad y después de «más de cuarenta años trabajando», ya sólo le correspondería disfrutar de su jubilación. En vez de eso, se ha visto obligada a convertirse en una de las portavoces de la plataforma creada para reivindicar sus derechos.
Su problema, y el de sus compañeras, es que el SAS «se queda con un buen pellizco de nuestra pensión» al interpretar libremente el Estatuto Marco del Personal Sanitario No Facultativo, aprobado en 2003.
Por norma
En su artículo 151, esta normativa impone que el pago de las retribuciones por jubilación de las enfermeras y auxiliares de enfermería que empezaron a trabajar antes de enero de 1967 debe ser asumido en un 60 por ciento por el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) y en el 40 por ciento restante, por el SAS.
La «felicidad» por tener sus jubilaciones normalizadas duró poco, hasta que «cuatro años después» el SAS consideró «sin previo aviso» que el «complemento» que aporta «debe ser variable», o sea, condicionado a las oscilaciones del Índice de Precios al Consumo. «Pueden llegar a quedarse al mes con unos 300 euros de mi salario real», lamenta Pilar.
Las antiguas enfermeras empezaron a plantear su caso individualmente a los juzgados y unas 170 afectados vencieron en los tribunales. Pero sólo ganaron una batalla: el SAS recurrió y el Supremo dio la razón a la Administración sanitaria aferrándose al interés general, generando  una jurisprudencia aplicable al colectivo.
Desde entonces, «nuestros esfuerzos ante las instituciones no están sirviendo de nada» explica Pilar Burgos, quien advierte de que «muchas compañeras son muy mayores y no tienen ni para pagar una residencia». En su caso, su jubilación asciende a 1.250 euros al mes, pero «hay otras enfermeras en peor situación».
Esta situación supone, además, un agravio comparativo respecto al resto del país, ya que sólo el SAS aplica ese complemento «variable. Es de justicia moral, pero en Andalucía no hay voluntad política para ayudarnos. Tantos años trabajando, y cotizando, para esto», resume Pilar Burgos.

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