Julio Sosa Castro nunca se achicó ante un pañal con caca. Le encanta dar la mamadera a los chicos. Aprendió a lograr milagros con un "sana sana". Pasa de los cuentos y las canciones a tirarse por el tobogán como si fuera un niño más. Y también puede pararse frente a todos sus alumnos de la salita rosa y ser escuchado con el mayor de los respetos.
Tuvo un poco de miedo al principio. Por eso, había elegido estudiar kinesiología. Pronto se dio cuenta que esa no era su vocación. Y no dudó en dejar todo por ser maestro. Julio, que acaba de cumplir 39 años, pasó por jardines maternales con pequeños de dos años hasta por las salas más tradicionales, de 4 y 5 años, espacio en el cual se desempeña en la actualidad en una escuela de Monteros.
No hay muchos "Julios" en nuestra provincia. Pero cada vez son más. Son varones que vencieron prejuicios propios y ajenos y siguieron su vocación. En otros casos, las escasas oportunidades en el mercado laboral han hecho que muchas personas estén dispuestas a acceder a puestos de trabajo en los que antes sólo había mujeres o empleos que podrían considerarse socialmente inferiores, pero que son más estables en la actualidad.
En los hospitales aumenta el número de enfermeros. También se acrecienta la cantidad de recepcionistas masculinos, cajeros de supermercados, azafatos, docentes de escuelas primarias y secundarias y hasta de animadores infantiles. Queda claro que no sólo las mujeres avanzan cada vez más en empleos masculinos. Ellos también empiezan a ganar terreno en trabajos dominados por ellas.
No es una revancha, para nada. Tampoco es sólo una cuestión económica, dicen los expertos. Hay que tener en cuenta que los estereotipos masculino y femenino se han desdibujado bastante en los últimos años. Y hay otro punto: según los entrevistados, muchos de los puestos históricamente ocupados por mujeres ofrecen una mejor calidad de vida, ya que son más flexibles con los horarios. Entonces, les permiten tener más tiempo para estar con la familia. Además, en el caso de los docentes y enfermeros, por ejemplo, los sueldos han ido aumentando y les permiten vivir dignamente.
Desafiando burlas
En la película "La familia de mi novia", el conocido personaje Greg Focker desafía las burlas y demuestra que la profesión de enfermero no es necesariamente algo preparado sólo para mujeres. Lo mismo han entendido los hospitales y sanatorios tucumanos, los cuales ya no hacen diferencias a la hora de contratar a estos empleados, detalla la directora de la Escuela Universitaria de Enfermería, Rossana Moyano. En la carrera, cada vez ingresan más varones. No obstante, por ahora sólo representan el 20% de la matrícula.
Estar en contacto con la gente, poder ayudar al otro y "servir para algo" fueron algunos de los motivos que llevaron a Marcelo Barrionuevo a meterse en un mundo en el que predominan ellas. Este enfermero de 39 años no cree que haya muchas diferencias entre varones y mujeres a la hora de ejercer la profesión con efectividad, aunque reconoce que las féminas tienen "ese instinto maternal". Walter Oviedo trabaja en un sector de la enfermería adonde cada vez se ven más hombres: la emergencia. A esta profesión, cuenta, la lleva en la sangre (sus padres fueron enfermeros). "La vocación de servicio es lo más importante en esto, no importa el género", sostiene él, aunque admite que a ellos los eligen más para las urgencias porque es un área en la que se necesita más fuerza. Y cree que hay ámbitos en los que quizás las mujeres se sientan mejor. "Yo nunca trabajaría en el hospital de Niños; eso lo tengo claro", explica.
Entre las nubes
Si uno habla de trabajo en aviones, la mente se puebla de pilotos y azafatas. Ellas han entrado en las fantasías de muchos viajeros durante años. Sin embargo, ya nadie se sorprende al subir a una nave y encontrarse con un azafato, que es tan eficiente como una mujer para brindar una buena atención al pasajero y para actuar ante casos de emergencias.
La carrera para tripulante de cabina de pasajeros (azafato) inspira cada vez más a jóvenes varones, cuenta Ornella Ledesma, de la escuela aeronáutica nacional Aero Cesna. Y en los aviones también se está notando esta tendencia: hasta hace unos años, los hombres eran mayormente pilotos o comisarios abordo; ahora ellos representan el 30% del total de auxiliares de vuelo, según comenta Ricardo Aybar, gerente local de Aerolíneas. "Y son muy buenos en su trabajo", añade.
Detrás del mostrador de un centro médico, Gonzalo Vargas hace malabares para atender tres llamadas al mismo tiempo, llenar una orden y buscar las fichas de los pacientes. "La verdad, me cuesta mucho hacer todo al mismo tiempo. Es evidente que en estas cosas a las mujeres les va mejor", reconoce el secretario, de 24 años, a quien no le quedaba otra opción que esta para entrar al mercado laboral. Y no es un sentimiento aislado. Probablemente no son muchos los niños que dicen: "de grande quiero ser secretario", aunque cuando pasan los años la frase va cambiando por otra realidad: "quiero un empleo seguro".
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