26 mar 2012

ESPAÑA, En torno al 35% de los enfermeros jienenses está desempleado

JAÉN

En torno al 35% de los enfermeros jienenses está desempleado

El colegio que los agrupa celebró ayer su patrón en un acto en el que se destacó el buen momento académico que vive la profesión 


Cerca de setecientos profesionales de Enfermería de toda la provincia se reunieron ayer en La Casería de Las Palmeras para celebrar la festividad de su patrón, San Juan de Dios. Durante el acto, el presidente del Colegio de Enfermería de Jaén, José Francisco Lendínez, habló del estado de la profesión y recordó que, «desde el punto de vista académico, nunca ha habido mejores tiempos». Así, indicó, «se ha pasado de la diplomatura al grado y se pueden continuar los estudios con másteres y grados».
Ahora bien, recalcó Lendínez, en el ámbito laboral no ocurre lo mismo. Y es que el colectivo tiene en la provincia en torno a un 35 por ciento de paro. «Siempre hemos tenido bastante desempleo, pero ahora se ha incrementado porque no se contrata ni en Andalucía ni en otras comunidades». Incluso el presidente de los enfermeros teme que la situación sea «mucho peor» a partir de mañana, «porque, independientemente de quien gane las elecciones, todo apunta a que habrá un retroceso a nivel de recursos y es algo lamentable, ya que tenemos un sistema de salud público que es el séptimo mejor del mundo según la Organización Mundial de la Salud (OMS)», subrayó.
De cara al futuro, los enfermeros tienen la vista puesta en el desarrollo de una de las siete especialidades, la médico-quirúrgica. Además, también esperan que se implante en todo el país la preinscripción enfermera, algo que en Andalucía ya existe, aunque únicamente en el ámbito público.
Al acto celebrado anoche asistió el alcalde de Jaén, José Enrique Fernández de Moya, que recalcó la «actividad y el dinamismo» del colegio de Enfermería de Jaén, al que pertenecen cerca de 3.800 personas, de los que 1.800 están actualmente en activo. También estuvo presente la delegada provincial de Salud de la Junta de Andalucía, Josefa García, que aseguró estar «encantada» de poder compartir con sus colegas de profesión (ella también es enfermera) esta jornada de convivencia y que valoró el avance de la profesión al tiempo que reconoció que hay que incidir en algunos aspectos, «como en el trato humano».
Ponencia del rector
Por su parte, el rector de la Universidad de Jaén, Manuel Parras, fue el encargado de pronunciar una conferencia en la que habló de tres apartados. En el primero de ellos, ligó la crisis económica a la necesidad de un nuevo modelo productivo y el papel de las universidades en ese entorno. En segundo lugar, aludió a los retos de la Universidad de Jaén, que pasan por «la elaboración del II Plan Estratégico, diseñar un modelo colectivo, la internacionalización, la calidad, el buen gobierno, adquirir mayor liderazgo social y contribuir con más fuerza al desarrollo territorial». Por último, Parras se refirió a los estudios de Enfermería, tanto a la diplomatura como al grado, así como al «esfuerzo que hacen sus profesores en progresar para dar una mayor calidad de la enseñanza».

El caso de los enfermeros uruguayos acusados de la muerte de 15 personas no es el primero.

¿Homicidas piadosos?

Publicado el 25/Marzo/2012 | 00:09

¿Homicidas piadosos?

Muertes en hospitales 

El caso de los enfermeros uruguayos acusados de la muerte de 15 personas no es el primero. La historia se repite en varios países 

MONTEVIDEO. "Llega un momento que no se puede tolerar tanto sufrimiento. Llegué al límite de mi persona, tomé una decisión de parar, de hacer que la gente dejara de sufrir mi intención no era parar la vida, sino permitir descansar". 

"No eran al azar. Se trataba de pacientes en etapa terminal, en la que ellos y la familia, según mi visión, estaban en un sufrimiento continuo". 

Las frases anteriores pertenecen a Juan Acevedo, de 36 años, y Marcelo Pereira, de 40 años, respectivamente, dos enfermeros encarcelados esta semana en Montevideo (Uruguay) por la muerte de 15 personas mientras estaban bajo su cuidado en dos hospitales de la capital uruguaya.

Uno de los enfermeros reconoció cinco crímenes y el otro, un total de 10. Los enfermeros inyectaban a los pacientes sobredosis de morfina y aire, en algunos casos, lo que les ocasionaba la muerte en pocos minutos. No obstante, reconocieron que actuaron por piedad con la intención de aliviar el sufrimiento de los pacientes.

Acevedo, que trabajaba en la clínica Asociación Española, fue imputado por 10 delitos de homicidio especialmente agravado; mientras que Pereira, que trabaja en esa casa de salud y también en el Hospital Maciel, fue procesado por el mismo delito pero por cinco casos.

Pero, para las autoridades esta motivación está desvirtuada, pues con la noticia de la detención cientos de denuncias de muertes repentinas en los hospitales han desencadenado la sospecha de que la cifra de 15 víctimas no sería la correcta.

Tras horrorizar al Uruguay y al mundo, el caso de los dos enfermeros amenaza con abrir una caja de pandora en este país, después de que una asociación de usuarios anunciara la recepción de 250 denuncias similares.

Según relata el diario uruguayo El País, la investigación por parte de las autoridades inició luego de que el médico José Pedro Patritti, jefe de la Unidad de Cuidados Coronarios (UCC) del Hospital Maciel, reportara un brusco incremento en los fallecimientos de pacientes registrados en 2011, que pasó de un promedio histórico de 3% o 4% anual a casi el 10%.

En el juzgado, Patritti dijo que todos los fallecidos eran enfermos graves pero que no estaban diagnosticados como enfermos terminales. 

Otra de las pistas que concluyeron en las detenciones fueron las sospechas de las enfermeras sobre la relación de Pereira con las muertes. 

Una enfermera afirmó que la presencia de Pereira en varios turnos era un denominador común de las muertes y que siempre ocurrían cuando este había pasado por la habitación del paciente con las luces apagadas y luego salía a informar que este habían entrado en paro. 

El caso que puso en evidencia el accionar de Pereira (que mataba a los enfermos suministrando medicación) ocurrió el 12 de marzo pasado, cuando le inyectó lidocaína a la paciente Santa Gladys Lemos, quien estaba internada en la UCC del Hospital Maciel.

Una enfermera habría dado la voz de alerta al encontrar a Pereira en la habitación de la paciente con las luces apagadas y una jeringa en las manos. Minutos después Lemos entró en paro y murió. 

No obstante, la investigación ya había empezado hace dos meses, por lo que varios sectores de la sociedad uruguaya denunciaron el accionar de las autoridades, pues a su parecer usaron a los pacientes como carnada para atrapar al enfermero con la jeringa en la mano.

Pero cuando la Policía detuvo a Pereira encontró mensajes de texto en su celular que hacían referencia a Juan Acevedo, el otro detenido. Pereira habría recibido el mensaje de una enfermera de la clínica Asociación Española, en el que le contaba que Acevedo había inyectado una medicación a un paciente. Los investigadores detuvieron a Acevedo y acto seguido este confesó ser el autor de cinco muertes.

La situación que vive el Uruguay es dramática. El viernes una doctora del Hospital Maciel fue agredida por los familiares de los pacientes, y en general el ambiente que se vive en los hospitales es tenso. La indignación crece aún más pues los familiares de los 15 fallecidos han ido enterándose del asesinato de sus seres queridos por medio de la prensa. 

El propio presidente José Mujica ha declarado que el país tardará mucho tiempo en recuperarse. (DPA-EFE.YA)



Cadena perpetua por muerte de 27


En enero de 2005 Roger Andermatt, asistente de enfermería de 36 años, fue condenado en Suiza a cadena perpetua por el asesinato de 27 personas. Las víctimas, de entre 65 y 95 años, sufrían de Alzheimer o necesitaban grandes cuidados para sus actividades diarias. Nueve murieron por dosis letales de medicación, ocho fueron sofocados con fundas de plástico y 10 fueron ultimados con una combinación de drogas y sofocación.



Médico británico inyectó morfina a 218 personas 


En el año 2000 el médico británico Harold Shipman fue condenado a cadena perpetua con motivo del asesinato de 15 pacientes suyos. En 2002 se reveló un informe que establece que como mínimo, Shipman era responsable de la muerte de 215 personas, contando 171 mujeres y 44 hombres, cuyas edades oscilaban entre 41 y 93 años. Shipman suministraba dosis de morfina a sus víctimas. En 2004 Shipman se suicidó ahorcándose en la celda de la prisión donde se encontraba. En 2005 se reveló el último informe acerca de los crímenes del médico, y en el mismo se establece que como mínimo, son 218 pacientes los que perecieron en sus manos.



Sentencia histórica para Cullen

Un exenfermero y militar de 46 años, Charles Cullen, fue condenado el 2 de marzo de 2006 a 11 cadenas perpetuas por un tribunal de Somerville (Nueva Jersey, EEUU) por el asesinato de 22 pacientes por sobredosis de medicamentos, aunque él mismo declaró que el número de muertos podría ser más de 40.

El asesino admitió haber usado dosis letales de medicamentos para matar a sus pacientes. Cuando fue arrestado en diciembre de 2003 dijo que mató a pacientes muy enfermos, pero en realidad algunos no estaban enfermos de gravedad.



Stephan Letter, el "ángel de la muerte" en Alemania


A sus 28 años, el enfermero alemán Stephan Letter, apodado el "Ángel de la Muerte", fue condenado el 20 de noviembre de 2006, en Kempten (sur de Alemania) a cadena perpetua por haber matado a 29 personas por inyección de medicamentos en una clínica en los Alpes bávaros. En julio de 2004, Letter fue arrestado luego de que la Policía encontrara en su casa las ampollas de medicamentos que personal del hospital en el que trabajaba reportaran como robadas. 



Muerte de 13 pacientes terminó en suicidio de doctora

El 25 de enero de 2011 la oncóloga alemana de 61 años, Mechthild Bach se suicidó luego de ser juzgada en comparecencia voluntaria por el asesinato por inyección de dosis masivas de morfina de 13 de sus pacientes, de entre 52 y 96 años, ocurridos entre 2001 y 2003, cerca de Hannover (Alemania). Las investigaciones comenzaron en 2003 después de que una aseguradora de la sanidad pública detectara un elevado uso de morfina en la clínica de Langenhagen en la que trabajaba la doctora. La Fiscalía analizó los casos de 87 pacientes e incluso exhumó a algunos de los fallecidos.



Modus operandi


Marcelo Pereira utilizaba inyecciones de morfina, una sobredosis produce un paro respiratorio y la muerte.

Acevedo usaba un jeringa con aire que inyectaba en la vena del paciente, esto produce una embolia gaseosa.

El sindicato de Enfermería en Cuenca, SATSE, ha enviado un escrito al gerente de Primaria de Cuenca

El sindicato de Enfermería en Cuenca, SATSE, ha enviado un escrito al gerente de Primaria de Cuenca en el que le expone "la gravedad del asunto", teniendo en cuenta que este concepto no sólo no ha sido eliminado del Pacto sino que además se sigue pagando en el resto de Gerencias de Primaria del SESCAM

El sindicato de Enfermería en Cuenca, SATSE, ha denunciado el impago del complemento de itinerancia a los profesionales de enfermería de la Gerencia de Primaria, que no lo cobran desde el mes de mayo de 2010.

De acuerdo al Pacto de Itinerancia del SESCAM, en vigor desde el año 2002, los profesionales sanitarios de Primaria reciben un complemento por la utilización de su propio vehículo para atender a los pacientes residentes en los pueblos a los que debe dar servicio su centro de salud.

El Sindicato de Enfermería ha podido constatar que este concepto retributivo se viene pagando con carácter semestral, salvo en el Área de Primaria de Cuenca, donde desde el mes de mayo de 2010 los profesionales de enfermería no cobran esta retribución.

SATSE ha enviado un escrito al gerente de Primaria de Cuenca en el que le expone la gravedad del asunto, teniendo en cuenta que este concepto no sólo no ha sido eliminado del Pacto sino que además se sigue pagando en el resto de Gerencias de Primaria del SESCAM.

Para la secretaria provincial de SATSE, Mari Carmen Díaz, este hecho es una muestra más del caos organizativo que se vive en las Gerencias de Primaria y Especializada de Cuenca y que se ha puesto de manifiesto tras la reciente implantación de las instrucciones del SESCAM para la aplicación en los centros sanitarios del Plan de Medidas Complementarias del Plan de Garantías, como ya denunció este Sindicato.

SATSE también ha mostrado su rechazo a la contratación de asesores por parte de la Gerencia del Hospital Virgen de la Luz de Cuenca dejando sin cubrir sus puestos asistenciales, por lo que los profesionales sanitarios del hospital deben asumir una mayor carga de trabajo.

Por ello, el Sindicato de Enfermería ha pedido que se cubran esos puestos asistenciales de estos asesores para de esta forma no mermar la calidad asistencial que se presta, teniendo en cuenta que las vacantes son de la Unidad de Salud Mental, en la que los pacientes deben recibir mayores cuidados por parte de enfermería.

Respuesta de Antuña

La Gerencia del Área Sanitaria de Cuenca, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM), ha salido al paso de las afirmaciones realizadas por el sindicato SATSE este domingo sobre el impago de las itinerancias a los enfermeros de Primaria desde mayo de 2010. Su responsable, Rodolfo Antuña, no entiende que "SATSE denuncie ahora un hecho que, según destacan ellos mismos, lleva ocurriendo desde el año 2010. Es incomprensible que no se hayan percatado hasta 2012, que hayan permanecido dos años en silencio y que no pidieran explicaciones a quien dejó de pagar ese concepto, es decir, la anterior Administración Sanitaria".

Antuña recuerda que el Área Sanitaria de Cuenca está inmersa en un plan de reestructuración que permita optimizar los recursos, "ajuntándose a la realidad económica, manteniendo los niveles asistenciales y con el objetivo de garantizar el futuro de nuestro Sistema de Salud, a la vez que está trabajando para solucionar ésta y otras muchas situaciones que se está encontrando y que tienen como único responsable a la anterior Administración Sanitaria", resalta el gerente.

Rodolfo Antuña insta a todos los colectivos sanitarios a que "sumen y no resten en este nuevo reto que la Sanidad tiene, tanto en Cuenca como en Castilla-La Mancha y en el conjunto de España, pues con informaciones falsas o con medias verdades lo único que se consigue es causar u

Enfermeros de los CTI presos del estrés por mayores salarios



Nacional
Enfermeros de los CTI presos del estrés por mayores salarios
Operación Ángeles. Reglamentar una ley de 2011 podría disminuir horas de trabajo | En el año 2009 un estudio ubicó a Uruguay entre los países con mayor estrés entre el personal de salud

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LETICIA COSTA DELGADO

En 2011 se aprobó una ley para regular el ejercicio de la profesión de Enfermería, pero aún no fue reglamentada. Licenciados y enfermeros reclaman trabajar con más apoyo mientras enfrentan el miedo de los usuarios tras la Operación Ángeles.

"Hoy no asesines a nadie eh", le dijeron a una enfermera al ir hacia su trabajo. "A mí me solucionás acá, no me vas a internar", respondió un usuario al ser visitado por una unidad de emergencia móvil y recibir la sugerencia de un traslado.

En un hospital de referencia familiares de un paciente vieron que el dispositivo que pasaba suero se había detenido y salieron corriendo por el temor a que le estuvieran administrando aire (método que utilizaba Marcelo Pereira para matar a sus víctimas). "Hablaron con los médicos, no con nosotras", contó una nurse que pidió no ser identificada.

En la puerta principal de la Asociación Española se escuchan insultos con frecuencia. "Pasan por la puerta, ven a alguien de blanco y le gritan `asesino`", narró un nurse. A muchos de los que trabajaban en el CTI Neurológico junto a Juan Ariel Acevedo les dieron licencia por el shock que les provocó enterarse que su compañero era un asesino.

Es la contracara de la Operación ángeles. "Uno lo entiende porque sabe de dónde viene. Si el asesino fuera odontólogo y me tuviera que sacar una muela yo también tendría miedo", agregó el nurse de la Española. Enfermeros y licenciados consultados coincidieron en un punto: "es deplorable la actitud de Pereira y Acevedo, pero no todos somos asesinos".

"Está en la vereda de enfrente de lo que hacemos. Dedicamos la vida a este trabajo y lo que él hizo (por Pereira) es lo más alejado del trabajo nuestro de todos los días", se quejó un enfermero del Hospital Maciel.

Entretanto, la forma de trabajo y la realidad cotidiana de quienes trabajan en áreas de cuidados intensivos fue tema de debate durante la semana. El presidente José Mujica dijo que habría que revisar si una persona puede trabajar 30 años en un CTI, y si no habría que establecer mayor rotación.

Consultada sobre el tema, Silvia Santana, presidenta del Colegio de Enfermeras del Uruguay fue enfática al afirmar que lo que hicieron "los asesinos" no es justificable porque haya áreas de alta exigencia, pero agregó que coincide en que se debería establecer un sistema efectivo de rotación.

Santana recordó que en 2011 fue aprobado un proyecto de ley que pretendía regular el ejercicio de la profesión. "Sin embargo, la ley no se reglamentó", se quejó. La tarea le corresponde al Ministerio de Salud Pública. El colegio de enfermeras reclama que los detalles sobre la aplicación de la ley establezcan, justamente, que los enfermeros no permanezcan en una misma área durante más de 10 años.

Pero no es tan sencillo porque los niveles tienen distintos sueldos. Según pudo saber El País, el enfermero de un CTI gana entre un 30 y un 50% más que el de una sala común de internación. El reclamo de los enfermeros es que puedan cambiar sin ver disminuido su salario. Hoy llegar a un CTI es visto como un ascenso, aunque pasado un tiempo el ejercicio de la profesión no sea sano para los técnicos.

La rotación se realiza dentro de una misma área, por ejemplo de un CTI neurológico a otro pediátrico. Pero la persona no se plantea cambiar a una sala de internación porque vería reducido su salario.

La falta de atención psicológica fue otro de los temas planteados a raíz de los asesinatos. Santana contó que, teóricamente, todos los centros sanitarios tendrían que tener unidades o comités de salud mental.

Estos espacios deberían asistir a los usuarios y a los profesionales de la salud. Pero la mayoría no funciona. "Si trabajaran de forma sistemática -opinó- situaciones como estas podrían haberse detectado antes".

Por eso para ella no se trata de diagramar estrategias sino de hacer cumplir lo establecido. Una nurse que trabaja en un CTI público y otro privado admitió que le gustaría tener apoyo psicológico. "Trabajás con mucho estrés. Llega una persona y se te muere en un minuto", comentó. "Además, estás todo un mes con un paciente, convivís con la familia, los llegás a conocer, y de pronto se muere. Son situaciones difíciles de enfrentar", aseguró. "Hay días y días, pero sí, sería bueno tener algún apoyo".

La misma nurse dijo conocer colegas que sufren problemas nerviosos, toman medicamentos para la ansiedad y son inestables anímicamente. "No son todos, pero hay", indicó.

Algunos aspectos de la profesión, como trabajar 12 horas por un mejor salario, cubrir el trabajo de otros porque las instituciones no contratan suficientes profesionales y no recibir aumentos que corresponden al área salud, se pueden volver caldo de cultivo para que alguien de por sí desequilibrado haga locuras, opinó.

Durante 2009 Uruguay fue ubicado dentro de un estudio internacional como el tercer país hispanoamericano con niveles más altos de burn out (nivel de estrés extremo) entre sus profesionales de la salud. Solo fue superado por Argentina y España.

LAS CLAVES DEL CASO ÁNGELES

1.¿Cuando comenzó la investigación?

La investigación policial comenzó en enero de este año a raíz de la denuncia anónima de una nurse del Hospital Maciel que sospechaba de uno de los enfermeros, Marcelo Pereira. La muerte de una paciente, Santa Gladys Lemos, de 74 años, ocurrida el 12 de marzo en el Maciel aceleró las pesquisas. Esta última víctima sirvió como prueba para sellar el caso e identificar a Pereira, del Maciel, y a Ariel Acevedo, de la Asociación Española, como los responsables de al menos 15 asesinatos.

2.¿Desconocía el MSP la situación?

El martes 13 de marzo, la dirección del Maciel informó sobre la investigación en curso a la presidenta de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE), Beatriz Silva, a la gerencia técnica y a la gerencia general. Ese mismo día también se enteró el director técnico de la Asociación Española. Sin embargo, el ministro de Salud, Jorge Venegas, fue avisado recién el sábado 17 cuando estaba en San Pablo a punto de tomar un vuelo a Singapur.

3.¿Cuántos años actuaron?

Entre los 15 casos de muerte consignados en el auto de procesamiento de los enfermeros, una de las víctimas (Adrián Mambrigádez, de 65 años) falleció el 2 de abril de 2010. La última víctima (Santa Gladys Lemos, de 74 años) falleció el 12 de marzo de 2012. Hay sospechas de que, al menos uno de los enfermeros, llevaba varios años privando de la vida a pacientes.

4.¿Existió complicidad?

La Policía considera poco creíble que dos enfermeros, trabajando en la misma mutualista, actuaran como "asesinos seriales" en el mismo período sin que existiera complicidad entre ambos. ¿Es posible que cualquiera de los procesados desconociera el comportamiento del otro? No se registra en los antecedentes internacionales una coincidencia de esta índole.

5.¿Es fácil el acceso a la morfina?

La morfina, que fue administrada para matar a algunos de los pacientes, es una droga de uso bastante frecuente en sectores específicos, entre ellos los CTI. Los hospitales tienen un stock fijo y siempre debe documentarse su uso (quién, cuándo y cuánto se utilizó). La reposición del stock se realiza mediante recetas "naranjas" que sólo pueden ser firmadas por algunos médicos, jefes de servicio o internistas. Cómo accedían los enfermeros a la morfina es una de las líneas de investigación que está en curso.

6.¿Fallaron los controles?

El subsecretario de Salud Pública, Leonel Briozzo, admitió en el programa No toquen nada que se detectaron fallas en el control de los medicamentos en la Asociación Española. Esto posibilitó el accionar de uno de los enfermeros homicidas. Señaló que una auditoría que se está haciendo en la mutualista detectó, en forma preliminar, "fallas en el manejo de la medicación" y que "en las situaciones de emergencia no se controlaba de manera rutinaria el uso de los fármacos".

7.¿Los enfermeros pasan por tests?

No. No es frecuente que se realicen pruebas psicológicas para ingresar a los hospitales, ni tampoco durante el trabajo. Los enfermeros han reclamado contención psicológica.

El País Digital

El 'modus operandi' de uno de los enfermeros asesinos de Uruguay

EL MUNDO.es | Madrid

Marcelo Pereira, uno de los enfermeros acusados de haber acabado con
la vida de al menos 15 pacientes, siempre utilizaba el mismo modus
operandi para asesinar a sus víctimas. "Se acercaba a la cama de los
pacientes que estaban listos para dormir y apagaba la luz" antes de
iniciar el macabro ritual, según ha revelado este viernes el diario
argentino 'Clarín'.

El testimonio de sus compañeras de trabajo ha dejado claro que el
enfermero que trabajaba en el Hospital Maciel siempre seguía los
mismos pasos. Una vez que había apagado las luces, manipulaba en la
oscuridad el gotero, después salía y pedía ayuda para reanimar al
paciente y, antes de que los médicos llegaran a la habitación,
encendía de nuevo la luz e intentaba reanimarlos.

'Clarín' publica la declaración de una de las enfermeras en las que se
revela además que el asesino era un vago habitualmente, que sólo se
mostraba dispuesto a trabajar en las noches de los asesinatos.
"Pereira es menos diez para el trabajo, nunca hace nada, pero ayer
vino enojado por el tema de una computadora (ordenador). A las 19
teníamos que hacer los controles y él me dijo que no me preocupara que
él hacía todo. Yo igual fui a controlar a los pacientes y él se quedó
controlando a la señora Lemos", declaró la enfermera María P. "En eso
me llama a los gritos, que fuera porque estaba hipotensa. Comienzo a
escuchar un ronquido fuerte, dos o tres segundos, salgo de una de las
camas y veo que él tiene las luces apagadas y que estaba del lado
derecho de la señora, donde tenía la vía venosa central. Salgo y le
pregunto qué era ese ruido. El ya en ese momento tenía las luces
encendidas y me dice que estaba haciendo un paro respiratorio.
Comienza la movida para estabilizarla, llama a los médicos y como no
llegaban, comienza a reanimarla él".

La paciente de la cama 1

La señora Lemos era Santa Gladys Lemos, de 74 años de edad, y la
última paciente a la que asesinó Marcelo Pereira, según el diario
argentino. Otra de las enfermeras ha asegurado que lo vio "manipular
una vía central de una paciente que estaba en la cama 1. Ya habíamos
terminado de bañarla. Cuando vuelvo a la enfermería él se queda como
acomodando cosas y, cuando me estoy dando vuelta, guarda algo en el
bolsillo. No se lo que era, estaba con la luz apagada. A los pocos
minutos, bajó la frecuencia cardíaca en el monitor, él pasó rápido
para la cama de ella, dijo que estaba en paro, le puso la máscara y
tomó protagonismo para salvarla, incluso delante del médico".

Estas revelaciones desmontan las primeras hipótesis que barajaban la
posibilidad de que los enfermeros hubieran ayudado a morir a enfermos
en fase terminal por petición de éstos. Sin embargo, la eutanasia ha
quedado descartada.

Por otra parte, las relaciones entre pracientes y personal sanitario
del hospital donde trabajaba el presunto homicida han sufrido un
deterioro importante al raíz de este caso, según denuncia el diario
uruguayo 'El País'. Este jueves por la noche una médica que trabaja en
la clínica Maciel fue acosada y agredida verbalmente a la salida del
centro asistencial, Una persona le gritó "¡son todos asesinos!" y la
persiguió hasta el autobús.

Enfermería y responsabilidad política

En breve estaremos en el mes mundial de la salud, es una gran oportunidad para llevar adelante estrategias para transmitir de forma clara ...