Despidos masivos, degradación radical de las condiciones de trabajo, los médicos griegos están a la vanguardia de la quiebra del sistema de salud. Muchos dejaron el país, los otros no tienen otra opción que convertirse en voluntarios. Reportaje a la clínica Médicos del Mundo en Atenas.





"¿Una enfermera asalariada? ¿En Grecia? No conozco ninguna." Annie, de 29 años, de la policlínica de la ONG Médicos del Mundo, sonríe a regañadientes.
Diplomada luego de tres años, esta joven enfermera anestesista no ha trabajado nunca en un hospital, y menos en una clínica privada. "Cuando terminé mis estudios en el 2009, era el inicio de la crisis y nadie me quería contratar. Pero yo me negaba a quedarme en casa sin hacer nada mientras las personas nos necesitaban. Entonces me hice voluntaria".

Después de 10 años de buenos y leales servicios, la enfermera terminó por ser contratada a tiempo completo por la ONG. Es la única. Aquí, enfermeros, secretarios, médicos, psicólogos y trabajadores sociales son casi todos voluntarios.

Un fenómeno que puede parecer sorprendente… pero cuando se conocen los salarios en el hospital, la diferencia entre asalariado y voluntario es tenue.
Los pocos enfermeros que han conservado su trabajo, han tenido que aceptar las reducciones drásticas de su salario (entre 300 y 400 euros menos por mes). A tiempo completo, 40 horas o más por semAnnie, gAnnien un salario máximo de 640 euros mensuales. Y cuando se trabaja por la noche, no hay derecho sino a unos 10 euros más.


40% menos de de presupuesto para la Salud

Hay que decir que la salud es uno de los tres sectores más afectados por los planes de austeridad sucesivos impuestos por la Troika (Comisión Europea, BCE y FMI). Entre 2007 y 2009, el presupuesto del Departamento de Salud se redujo un 40%. Y la espiral a la baja continúa, el número de hospitales está bajando actualmente de 133 a 83, y 300 de 2000 las clínicas locales están en camino de ser cerradas. Resultados: para los enfermeros, los planes sociales se están multiplicando.

Mientras tanto, los pacientes deben pagar 5 euros por cada visita al hospital y entre un 20 y un 25% de las recetas. Una suma que se vuelve más y más difícil de recolectar y que empuja a los pacientes… a abandonar el hospital. Es así como los servicios de atención de las ONG, tradicionalmente destinados a los migrantes, han sido tomados por los griegos.

Según un estudio sobre las consecuencias sanitarias de la crisis publicado en la revista The Lancet, el 30% de los griegos acude a las ONG, frente al 4% anterior. En 2010, en MDM[1], los griegos representaron el 10% de los pacientes. Desde principios de este año, son ya el 35%.

Es cierto que el policlínico, situado en un barrio de la capital, está siempre lleno. Fuera, en la entrada, en los pasillos, hay pacientes por todas partes. Debido a la falta de espacio, Annie y su colega Vicky, de 26 años, enfermera recientemente graduada que estuvo en paro durante tres meses, atienden en la misma sala.
Ellas no están solas ... Porque mientras Vicky cambia un vendaje y Annie toma la presión a otro paciente, una pareja discute con el médico. En el cuarto pequeño y estrecho, ocho personas trabajan al mismo tiempo. Detrás de la puerta, los
pacientes suelen esperar durante horas, gruñendo e inquietos.

Sin embargo, Vicky mantiene una sonrisa a todo terreno: "Siempre me ha gustado ayudar a la gente, les libera, es por eso que soy enfermera, no es por dinero." Antes de añadir, de mal humor, que "Sin embargo, no puedo trabajar gratis por toda la vida." Esta es la razón por la joven comenzó a "buscar en los alrededores." "No hay más espacio para nosotros en este país", dice con tristeza. "Es muy difícil. Voy a tener que dejarlo, cuando más me necesita."