4 jul 2012

¡La enfermería es una profesión de alto riesgo!

TEGUCIGALPA.-  Con el pasar de los años, la profesión de la enfermería auxiliar se ha ido convirtiendo en un trabajo de alto riesgo para las mujeres y hombres, que mediante gran dedicación y vocación buscaron desde jóvenes ejercer tan digno servicio de ayudar a salvar vidas.

Solo las enfermeras saben el sacrificio que realizan a diario para llegar a los hospitales y centros de salud.

En reiteradas ocasiones, miembros de la junta directiva central de la Asociación Nacional de Enfermeras y Enfermeros de Honduras (ANEEAH) han denunciado que muchas agremiadas han sufrido asaltos, violaciones sexuales, maltratos y hasta han sido asesinadas cuando se dirigían a sus puestos de trabajo en los hospitales o centros de salud del país.

Las enfermeras se han convertido en un fácil blanco para los delincuentes, pues en su mayoría las "uniformadas de blanco" salen y regresan a sus viviendas en horas de la madrugada y de noche, cuando las calles y avenidas se encuentran más solitarias y también es escasa o nula la presencia de la Policía Nacional.

Es tanto el peligro que muchas de ellas deben pagar hasta el mal llamado "impuesto de guerra" que cobran las maras y pandillas, que controlan los barrios y colonias donde están ubicados los centros de salud.

Tan injusta se ha vuelto la labor de las enfermeras auxiliares que en muchas ocasiones son las encargadas de ayudar a salvar la vida de los mismos delincuentes que anteriormente las habían despojado de sus pertenencias.

Por estas y otras situaciones laborales, las agremiadas a la ANEEAH decidieron abandonar las distintas áreas de los hospitales, solo permaneciendo en las emergencias, cuidados intensivos y maternidad de los centros hospitalarios.

La mayoría de las enfermeras debe salir de sus viviendas temprano por la noche o por la mañana, para cubrir sus turnos, y muchas veces se exponen a los peligros de la calle.

Hace una semana y media comenzaron un paro de labores en los hospitales exigiendo al gobierno que les cumpla con un reajuste a los colaterales del sueldo base, por la extensión de horas de trabajo y el riesgo de laborar en los centros médicos, estipendios que no se han revisado desde hace 12 años.  El gremio de las enfermeras también pide el pago de 42 cesantías que supuestamente no han sido canceladas desde el año pasado.

HACE UN AÑO

Una de las que espera la cesantía, Glenda Margarita Altamirano Aceituno (60), permanecía este martes sentada en las gradas que conducen al Hospital Escuela y Materno Infantil, junto a sus compañeras, las otras auxiliares de enfermería que actualmente se mantienen en huelga para que se les cumpla con el reajuste a los colaterales salariales.

Con mucha tristeza y sorpresa, doña Glenda Altamirano recibió la noticia que acababan de dar las autoridades del gobierno, de no sentarse a dialogar para lograr un acuerdo, y que más bien las mandarían a desalojar de los hospitales y centros de salud con las fuerzas policiales.

La humilde sexagenaria laboró en el Hospital Escuela durante 40 años y dos meses, recordando que ahorita tiene 12 meses de estar esperando que "me paguen mi cesantía".  "Fueron 40 años de mi vida los que laboré en este hospital, dejando a mis hijos y esposo abandonados por el compromiso y obligación que tenía de venir a trabajar todos los días", contó.

Muchas enfermeras usan el transporte urbano de pasajeros para trasladarse a sus centros de trabajo o viviendas, expuestas a los peligros de la delincuencia.

"Es cierto que por trabajar se nos paga un sueldo, pero también es cierto que es un sacrificio que todas y cada una de las enfermeras auxiliares hacemos cuando trabajamos para los hospitales", comentó.

Entre satisfacción y nostalgia, recordó que a inicios de la década de 1970 ingresó a trabajar al hospital como ayudante de enfermería, ganando 70 lempiras mensuales. Doña Glenda Altamirano se retiró de la labor de enfermería ganando mensualmente 15,000 lempiras. El salario mínimo de una enfermera auxiliar actualmente es de 6,800 lempiras y a nivel nacional hay más de 6,200 enfermeras auxiliares graduadas.

Entre sus evocaciones, dijo que cuando comenzó a trabajar había más personal de enfermería y menos pacientes, y "la carga de trabajo era menos que ahora". Al preguntarle qué pensaba cuando las autoridades del gobierno dicen que no hay fondos para ajustarle los colaterales, simplemente dijo que "no es justo, porque ellos no saben por todas las situaciones que nosotros pasamos para venir a laborar".

SACRIFICIOS DE SER ENFERMERA

Dijo que se decidió a tramitar su cesantía porque ella como enfermera tenía que salir muy de mañana de su hogar. "A veces yo tenía que estar esperando un bus de transporte a las 5:00 de la mañana, hora en que no había ningún policía en la calle y nadie más, solo yo como enfermera que quería llegar al hospital a trabajar", recordó.

Glenda Margarita Altamirano Aceituno: "Trabajé 40 años en el hospital y aún no me dan la cesantía".

Durante estos recorridos para llegar al hospital, doña Glenda Altamirano dijo que infinidad de veces vio y sufrió varios asaltos de los delincuentes, quienes con arma en mano amenazaban con quitarles la vida a los pasajeros de los autobuses si no entregaban sus pertenencias.

Otro de los sacrificios fue solo procrear dos hijos. "Yo creí que no era justo que mi hija mayor sirviera y cuidara como madre a mis otros hijos", indicó. Ella se desempeñó como enfermera mayormente en las salas de Puerperio Patológico y Puerperio Normal.

Los paros de labores en los 28 hospitales y 252 centros de salud que hay a nivel nacional se deben a que supuestamente las secretarías de Salud y de Finanzas no ha cumplido un acuerdo firmado con el gobierno, de conseguir el presupuesto para 145 plazas de auxiliares en enfermería y que fueran reasignadas para licenciadas en el ramo, además del reajuste de colaterales, que si se paga tendría un impacto de más de 400 millones de lempiras, algo imposible de honrar, según el gobierno. (GZ)

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