En este día tan significativo, es imprescindible recordar que la Enfermería no solo asiste: planifica, ordena, gestiona y sostiene el funcionamiento del sistema sanitario. Nuestra labor es mucho más que una tarea técnica; es una práctica profundamente filosófica, donde el cuidado se convierte en un acto consciente, humano y transformador.
La evidencia más relevante es que las enfermeras y los enfermeros somos líderes claros en el arte del cuidado, especialmente en la primera línea de atención. Somos quienes vemos, como nadie, cómo los pacientes atraviesan en soledad sus procesos de enfermedad, miedo, incertidumbre… e incluso la muerte. Y aun allí, donde el dolor se vuelve silencio, la Enfermería permanece.
Desde la perspectiva de la justicia social, nuestra profesión representa la defensa del derecho universal al cuidado digno. Cada procedimiento, cada mirada y cada decisión clínica son también decisiones éticas: poner a la persona en el centro, garantizar equidad y sostener la humanización del sistema de salud.
Una vez más, la Enfermería demuestra su liderazgo en la gestión sanitaria, en la organización del territorio, en la continuidad del cuidado y en la construcción de sistemas más justos.
Gracias a todos y todas quienes hacen de la Enfermería su vocación de servicio.
Feliz Día de la Enfermería.
Lic. Sandro Ortega