22 jun 2011

ARGENTINA, Infecciones hospitalarias: impulsan acciones para reducirlas

Las infecciones hospitalarias son un verdadero problema para la salud
pública. En la Argentina, el Senado sancionó en abril pasado una ley
que establece la creación de un registro nacional de infecciones
hospitalarias, pero para que se transforme en ley, aún falta la
aprobación de la cámara de diputados. Su implementación permitirá la
elaboración de estadísticas y la planificación de medidas, lo que
impactará positivamente en la reducción de las tasas de infecciones
hospitalarias, y su mortalidad asociada, indica un experto, el doctor
Víctor Rosenthal.
De acuerdo con el doctor Víctor Rosenthal en la Argentina "las
infecciones hospitalarias causan la muerte de más de 100 mil personas
al año. La estimación surge de la evidencia de que en terapia
intensiva mueren uno de cada ocho pacientes a causa de las infecciones
hospitalarias, y se internan en ese sector alrededor de 800 mil
personas al año".
Rosenthal es fundador y presidente de la Comunidad Científica
Internacional para el Control de las Infecciones Hospitalarias -una
red a la que están adheridos 500 hospitales de 200 ciudades, de 45
países, en 4 continentes- y consultor y editor de las normas de
control de infecciones hospitalarias para la Organización Mundial de
la Salud (OMS). En una entrevista con la Agencia CyTA afirmó que los
datos estimados sobre infecciones intrahospitalarias en el país se
basan en estudios realizados por el consorcio que preside y que fueron
publicados en la revista científica American Journal of Infection
Control, entre otras publicaciones internacionales. Y agregó: "La
puesta en marcha de un registro nacional de infecciones hospitalarias
ayudaría a evitar la mayoría de estas muertes, diminuiría el tiempo de
internación de muchos pacientes y también se ahorrarían significativos
gastos en salud."
De ser aprobada, la ley de creación de un registro nacional de
infecciones hospitalarias -impulsada por el senador Samuel Cabanchik-
abarcaría a todos los hospitales y clínicas del país. Esta medida
obtuvo media sanción en el Senado de la Nación (Argentina) el 12 de
abril del presente año. Si logran finalmente convertirla en ley -aún
falta que se apruebe en la cámara de diputados- todos los centros de
salud deberán notificar los casos de infección hospitalaria a fin de
crear estadísticas que serán reunidas en un registro nacional,
dependiente del ministerio de salud de la Nación.
"Hay evidencias de otros países y organizaciones que demuestran que si
se miden las infecciones hospitalarias éstas bajan en forma
ineludible. Ello se ha demostrado en Estados Unidos, en Alemania y en
la red de INICC de países en vías de desarrollo, a través de estudios
publicados en importantes revistas científicas internacionales. Las
conclusiones que genera la información sobre la cantidad y tipo de
infección hospitalaria permite emprender acciones para reducirlas",
destacó Rosenthal quien el día 29 de marzo del presente año asistió a
la reunión de la comisión de salud del Senado de la Nación, en
carácter de consultor del Senador Cabanchik para presentar datos en
defensa de la aprobación de dicha ley. Y agregó: "A través de esas
mediciones se logran implementar medidas efectivas especificas para
cada tipo de infección hospitalaria. Las infecciones principales en
las unidades de cuidado intensivo son del torrente sanguíneo, la
neumonía, y la infección urinaria; y sus causas principales son la
falta de higiene de manos por parte del personal de la salud, el
empleo de insumos sin una correcta limpieza, desinfección y
esterilización y la falta de una técnica aséptica para el manejo de
dispositivos tales como catéteres vasculares centrales, sondas y
respiradores."
Pero, ¿qué es una infección hospitalaria? "Consiste en la 'entrada' al
organismo de microorganismos tales como Staphylococcus aureus,
Pseudomonas aeruginosa, y Acinetobacter baumanii, entre otros, dada la
falta de asepsia en procedimientos médicos. "Esos microorganismos
pueden generar infecciones (bacteriemia, infección urinaria, neumonía,
infección de herida, entre otras); lo que provoca el aumento de la
longitud de estadía hospitalaria, mayores costos, y muertes", explicó
Rosenthal. Y continuó: "En algunos casos esas infecciones se tratan y
se curan, pero entre el 40 y el 60 por ciento de los casos los
pacientes mueren. La mayoría de las infecciones hospitalarias se
producen en unidades de cuidados intensivos y en quirófanos."
Países en desarrollo
Más de 300 estudios científicos de INICC publicados desde 1998, en
revistas científicas y congresos internacionales, revelan que las
tasas de infecciones hospitalarias son entre 3 y 5 veces superiores en
los hospitales de países en desarrollo que en los de países
desarrollados tales como Estados Unidos, Canadá, Europa Occidental y
Oceanía. Esta cifra estimada por primera vez por INICC en 1998, fue
nuevamente publicada por INICC en el 2011 en la revista científica
American Journal of Infection Control y es resultado de una
investigación aun mayor a las previas, efectuada ahora en 422 unidades
de cuidados intensivo de 36 países tan diversos como Argentina,
Brasil, China, Colombia, Costa Rica, Cuba, Grecia, India, Jordania,
Kosovo, Líbano, Lituania, Polonia, Tailandia, Túnez, Turquía,
Venezuela y Vietnam, entre otros.
"Si tenemos en cuenta que la tasa de mortalidad debida a las
infecciones en los países en desarrollo también es alarmante, es
urgente que avancemos en la comprensión de la epidemiología y el
control de infecciones hospitalarias en miles de hospitales que
afectan a millones de pacientes de escasos recursos", indicó
Rosenthal.
Reducción efectiva de infecciones hospitalarias
Mediante la implementación de programas de control de infecciones que
incluyen la capacitación de personal médico y de enfermería, la
vigilancia de infecciones y procesos, y la retroalimentación de los
datos hacia el personal de salud, es posible reducir las tasas de
infección hospitalaria en forma significativa y rápida, indicó
Rosenthal.
En esa dirección, un estudio científico de la edición de diciembre de
2010 de la revista científica Infection Control and Hospital
Epidemiology mostró cómo un paquete de medidas logró reducir el 54 por
ciento la incidencia de infecciones del torrente sanguíneo y el 58 por
ciento la mortalidad en unidades de cuidados intensivos de hospitales
de 15 países en desarrollo, entre los que se encuentran Argentina,
Brasil, Colombia, India, México y Perú.
"Este programa apuntó al entrenamiento de médicos y personal de
enfermería para que cumpliesen las normas de control de infecciones
–basadas en evidencia científica- que se deben aplicar en el cuidado
médico y de enfermería de los pacientes a fin de evitar las
infecciones de torrente sanguíneo", destacó Rosenthal y explicó que
algunas de las normas de control de infecciones recomendadas son la
higiene de manos antes de insertar los catéteres vasculares, el uso de
barrera máxima (bata, guantes y campo estériles, barbijo, gorra) el
empleo de gasa estéril, la aplicación de antisépticos en el punto de
inserción del catéter, usar discos impregnados con clorhexidina en el
sitio de inserción, retirar los catéteres lo antes posible y usar
sueros con sistema cerrado, entre otras medidas.
Para Rosenthal, que la Argentina cuente con un registro nacional de
infecciones hospitalarias significa "reducir en forma significativa
las tasas de infecciones hospitalarias, y su mortalidad asociada". Y
agregó: "Asimismo me siento muy orgulloso por el hecho de que en mi
propio país tres grupos están trabajando en forma muy activa y
efectiva en la prevención de las infecciones hospitalarias desde hace
décadas. Estos grupos -todos ellos complementarios, necesarios y con
un excelente desempeño- son la Asociación Argentina de Enfermeros en
Control de Infecciones (ADECI), la Sociedad Argentina de Infectología
(SADI) y mas recientemente el Programa Nacional de Vigilancia y
Control de Infecciones (VIHDA)."
Desde que el científico Salvador Luria, descubriera -junto a Max
Delbrück- en la década de 1940 que la mutación genética es el factor
principal que otorga resistencia a las bacterias, el conocimiento
sobre ese mecanismo se fue ampliando. Sin embargo, la resistencia de
las bacterias y otros microorganismos a los antibióticos está
aumentando.
"Existen distintos mecanismos por los cuales una bacteria puede
volverse resistente a un antibiótico. Uno de ellos consiste en la
adquisición de información genética mediante un proceso denominado
conjugación plasmídica. Algunas bacterias poseen elementos
extracromosómicos de ADN circular llamados plásmidos. Estos pueden
contener información genética de distinta naturaleza, incluyendo genes
de resistencia a antibióticos. Si una bacteria resistente contacta a
una sensible, la primera puede transferirle su plásmido a la segunda
mediante conjugación, transformándola en resistente. Este tipo de
generación de cepas resistentes ocurre cuando aumenta la probabilidad
de que distintas cepas o especies bacterianas entren en contacto, por
ejemplo en brotes hospitalarios a partir de pacientes sometidos a
tratamientos prolongados con antibióticos", explicó a la Agencia CyTA
el doctor Rodrigo Sieira, investigador de CONICET en el laboratorio de
Genética y Bioquímica de Rhizobacterias en la Fundación Instituto
Leloir.
Otro mecanismo consiste en la adquisición gradual de resistencia a
antibióticos debido al surgimiento de mutaciones en el material
genético. "Las bacterias son organismos unicelulares que se reproducen
a gran velocidad, generando una progenie de millones de individuos en
períodos de tiempo relativamente cortos. Debido a errores que ocurren
normalmente durante la replicación del ADN, se producen mutaciones al
azar que determinan que en una población bacteriana exista una
variabilidad genética entre sus individuos. Es decir, algunas
bacterias contendrán modificaciones en su ADN que pueden alterar la
estructura de determinados genes. Los antibióticos son moléculas que
interfieren específicamente con alguna función vital bacteriana. Dado
que todos los procesos fisiológicos se hallan codificados en los genes
de la bacteria, si una mutación al azar modifica el gen sobre el cual
actúa un determinado antibiótico, la bacteria portadora de dicha
mutación se transformará en resistente", explica Sieira. Y subraya:
"Es importante aclarar que los antibióticos no generan resistencia, la
bacteria portadora de la mutación es resistente en forma previa,
aunque nunca haya sido expuesta al antibiótico. Lo que ocurre es que
al aplicar el antibiótico, las bacterias que portan mutaciones que las
hacen resistentes tendrán una ventaja adaptativa con respecto al
resto. En forma análoga a la selección natural, aquí se producirá una
selección artificial, las bacterias portadoras de la mutación
sobrevivirán y el resto morirá. Las probabilidades de que ocurra este
tipo de generación de resistentes aumentan cuando no se aplica en
forma adecuada un tratamiento con antibióticos. Si no se respeta la
duración del tratamiento o el tiempo transcurrido entre tomas, el
antibiótico no llegará a tener la concentración efectiva necesaria y
se pueden seleccionar artificialmente bacterias que posean una
resistencia parcial, las cuales pueden actuar como sustrato para la
acumulación de mutaciones que generen bacterias con una resistencia
mayor. Es por esto que es necesario generar conciencia en los
pacientes para evitar la automedicación y para que respeten las
indicaciones del médico."
En este sentido, el investigador del CONICET considera que es
fundamental que se tomen medidas para evitar el uso indiscriminado de
antibióticos. "El desarrollo de nuevas generaciones de antibióticos
será beneficioso siempre y cuando se tomen medidas para evitar la
propagación de cepas multirresistentes en infecciones
intrahospitalarias y se genere conciencia en los pacientes para evitar
la automedicación y respetar las indicaciones del médico", concluyó.
Fuente: Agencia CyTA – Instituto Leloir

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