12 dic 2011

"En la Argentina tenemos muy pocos universitarios"

 
Angel Luis Plastino
"En la Argentina tenemos muy pocos universitarios"
Angel Luis Plastino, ex presidente de la UNLP: "La educación pública sigue siendo muy buena". Defiende el ingreso irrestricto y el sorteo para el Nacional. Se declara católico, radical y de Gimnasia

"La Argentina tiene muy pocos universitarios. Sólo entre el 10 y 12 por ciento de los jóvenes ingresan a la Universidad. Es un porcentaje completamente inferior al que se registra en España, Alemania, Francia u otros países desarrollados. En España es del 60 por ciento. Y esta muy baja inscripción ocurre en un país donde la Universidad es gratuita", dice Angel Luis Plastino.

"En un país como el nuestro, con sus condiciones y necesidades, tenemos que facilitar que los chicos lleguen a la Universidad. No impedir o restringir esa posibilidad", añade. Desde esa perspectiva, Plastino defiende a ultranza el nivel de la educación pública en la Argentina.

Doctor en Física desde 1963, graduado en la UNLP -"hice todo el camino, la Anexa, el Nacional y la Universidad de La Plata"- apoya no sólo el ingreso irrestricto, sino también la medida que en su momento adoptó como presidente de la UNLP -cargo que ejerció entre 1986 y 1992- consistente en eliminar el examen de ingreso al Colegio Nacional y reemplazarlo por el actual sorteo.

Sabe que fue duramente criticado por esa decisión. "Decían que el Nacional iba a perder excelencia, pero ocurre que sigue siendo una maravilla. Porque la clave de la calidad del Nacional no estuvo nunca en el sistema de ingreso, sino en el hecho de que su cuerpo de profesores está formado en la facultad de Humanidades, en Filosofía y Letras, donde se preparan esos docentes. Y lo que se buscó y logró con el sistema de sorteo fue democratizar la posibilidad de que llegaran alumnos de todas partes".

Con formación post-doctoral en la Universidad de California y trayectoria docente en varios países, fue profesor titular de Mecánica Estadística; profesor de Física Teórica, en Ciencias Exactas; investigador del Conicet; profesor honorario en la universidad de Buenos Aires; doctor honorario en la universidad de Pretoria, Sudáfrica; miembro de las academias de Ciencias de México y de Brasil, colaborador en revistas científicas del numerosos países en temas de física nuclear, física matemática, mecánica cuántica, mecánica estadística, teoría de la información, mecánica celeste, física no lineal, biología, biomédica y sociología.

Está poblado de premios aunque "espero con ansiedad que Gimnasia salga campeón. Soy católico, radical y de Gimnasia, son sentimientos muy profundos y los tres me vienen por herencia. He sido fiel a esos tres sentimientos". Pero el premio científico que más valora se lo dieron en 2007 en Amsterdam -el Scopus, de la editorial Elsevier- por ser el físico argentino más citado en el mundo en las publicaciones científicas.

Ahora es profesor emérito de la UNLP, se dedica a la investigación y a producir artículos. Trabaja diez horas por día en su casa de la arbolada calle 62. Junto a su ciencia básica, medita mucho sobre política y religión. Recuerda con mucho respeto a líderes radicales como Balbín y Raúl Alfonsín. Sostiene que la UCR "no está caída, la última convención lo demostró, es un partido donde todos somos iguales y discutimos a la luz pública. Nadie es más que nadie, todos valen igual".

Usted dice que faltan universitarios, pero algunas referencias muy conocidas afirman, por ejemplo, que sobran médicos en el país.

"El de Medicina es un caso especial y se explica que existan más exigencias que en otras facultades. Pero no es que sobren médicos, no estoy de acuerdo. Lo que faltan son enfermeros y que se les pague bien a los enfermeros. La función de los enfermeros es muy importante".

¿Usted extraña su función como presidente de la Universidad? ¿Le hubiera gustado volver a ejercerla?

"De ninguna manera. Al terminar el mandato me sentí aliviado, muy aliviado. Cuando dejé el cargo, a veces, cuando dormía, tenía pesadillas: soñaba que seguía siendo presidente de la Universidad. Ocurre que durante mi gestión me tocó la hiperinflación. Pasaba las horas y los días pensando cómo podríamos pagar los sueldos de los docentes y no docentes. Pero, claro, fue un puesto que me honró, un puesto muy honroso que me enorgullezco de haber ejercido. Tuve además en esos años una excelente relación con los profesores y con los alumnos".

¿Qué opina de la calidad de la educación pública en la actualidad?

"Existe una versión popular, muy divulgada, de que se ha deteriorado mucho en los últimos tiempos. Bueno, antes que nada, es un fenómeno que pasa en todo Occidente. Pero en la Argentina la educación pública sigue siendo buena y comparativamente está mejor que en muchos otros países. No estamos tan mal como se piensa ni tan bien como quisiéramos. Si existe una declinación, es muy recuperable y rápidamente. Evidentemente que la última ley de Educación fue muy mala, básicamente porque primarizó la enseñanza secundaria".

¿Por qué habló de Occidente?

Porque en Oriente no han perdido nivel. Y lo han mejorado. Vea, para ser funcionario público en China hay que dar un examen previo. La educación es un valor sagrado en China, en Japón, en Tailandia.

¿El talento es reconocido en nuestro país?

Ese es otro fenómeno que no es exclusivo de Argentina. Mi opinión es que el talento siempre es combatido por la burocracia. La persona que sabe pone en evidencia al que no sabe. La burocracia lucha por mantenerse. Vea, hay un caso notable: durante la época en que Napoleón quería invadir Inglaterra, allá por los inicios del siglo XIX, el gobierno inglés designó a cientos de personas para que en la zona de los acantilados vigilaran si venía o no la flota. Pues bien, ese cuerpo de vigiladores fue anulado por un decreto del gobierno de Margaret Thatcher, casi doscientos años después. La burocracia sabe expandirse, sabe dominar y esteriliza todo lo talentoso".

Usted se ha declarado como hombre de fe. ¿La fe no se contrapone con la búsqueda científica de la verdad?

"Todo lo contrario. La fe no se contrapone. La fe es un sentimiento, la razón es una forma de ver la realidad a través de procesos lógicos. Santo Tomás de Aquino demostró que la realidad de la fe no puede interferir con las verdades de la razón. A la fe no se llega razonando y a la razón no se llega creyendo. Son complementos. Los tres grandes padres de la ciencia -Galileo, Descartes y Newton- fueron hombres de fe, los dos primeros profundamente católicos. Le digo esto: sin razón no hay cristianismo".

¿Qué opina de la educación privada?

Que contribuye con la educación pública. Pero no la reemplaza. Mire, que en la Argentina siga vigente la educación pública es muy alentador. Comparemos lo que pasa en Chile, que casi no tiene educación pública. Al Estado le corresponde ocuparse de que los chicos se eduquen. Este principio está muy claro desde Sarmiento y afortunadamente no lo hemos abandonado. El Estado es el responsable de la educación. En toda América podemos hablar de la Argentina como abanderada de este principio. Y también de Uruguay y Costa Rica.

¿Está de acuerdo con los campus universitarios, es decir con que todas las facultades compartan un mismo predio y alejado del centro de la ciudad?

"Si la ciudad es chica como La Plata, no estoy de acuerdo. La ubicación de las facultades en el centro no molesta y, además, los alumnos viven integrados con la ciudad en la que estudian. Si hablamos de ciudades grandes, como Nueva York, por caso, los campus son una buena solución.

Un problema grave en la Universidad parecería el de deserción...

"Es muy alta. En toda la Universidad es muy alta y responde a las falencias de la escuela secundaria. Ese es un problema al que no le veo una solución simple. Ocurre que hay dos sistemas educativos, el inglés y el continental. El inglés se basa en los departamentos, no en facultades como el continental. En el inglés los alumnos no ingresan a una facultad sino a un departamento, en donde cursan unos tres años, es como un ciclo básico. Después cada alumno, que ya conoce bien las materias, elige su especialidad y la completa en escuelas de post-grado. Los resultados de este sistema, que rige en Inglaterra, Estados Unidos, Canadá, India y Australia, son muy buenos. En el sistema continental, que es el nuestro, los chicos de 18 vienen desinformados del secundario y muchos no saben qué estudiar. Eligen al azar y después descubren que esa facultad no les gusta".

* * * * *

"La palabra verdad, en la ciencia, no existe. Un conocimiento puede ser útil, no verdadero. Generalmente en la ciencia se puede demostrar que una premisa es falsa, pero no verdadera. Las verdades de la ciencia son siempre provisorias. Sólo las de la matemática son eternas. Yo pude llegar algunas veces a la verdad cuando pude demostrar un teorema". Son frases aisladas -sacadas, como se dice, del contexto- que expresó Plastino, después de pensar mucho. Sólo no dudó cuando afirmó que era católico, radical y de Gimnasia.

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