El colectivo de enfermería sostiene que la jubilación anticipada voluntaria no solo mejorará la calidad de la atención sociosanitaria, sino que también permitirá el recambio generacional de nuevos profesionales, rejuveneciendo el plantel de enfermeras y enfermeros en las áreas más críticas y sensibles.
Nuestros colegas, a partir de los 35/40 años, enfrentan a diario numerosos riesgos: psicosociales, biológicos, químicos, físicos, además de las agresiones y del constante contacto con el dolor y el sufrimiento humano. A esto se suman los dobles turnos y las jornadas nocturnas, con graves repercusiones en la salud física, psicológica y emocional.
Estas consecuencias han sido advertidas desde hace años por organismos internacionales como la OMS y la OIT, que coinciden en que "atender y cuidar a los demás tiene un alto costo que se incrementa con el paso de los años".
Por ello, la jubilación anticipada no es solo un reclamo gremial, sino una necesidad urgente, un derecho para proteger la salud de quienes cuidan la vida y una medida estratégica para garantizar un sistema sanitario eficiente y sostenible.
Asimismo, las enfermeras y enfermeros debemos ser protagonistas de un cambio real y concreto en la Ley de Ejercicio Profesional, incorporando:
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La reducción voluntaria de la jornada laboral a partir de una determinada edad,
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La exención de noches y guardias desde los 45 años,
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Todo ello sin pérdida retributiva.
Exigimos políticas que reconozcan el valor de nuestra labor, protejan nuestra salud y fortalezcan la atención a la comunidad.
Lic. Sandro Ortega
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