La reciente decisión del Gobierno de Estados Unidos de reclasificar carreras como enfermería, fisioterapia, terapia ocupacional, higiene dental y trabajo social como titulaciones no profesionales genera un precedente preocupante. Aunque la medida es administrativa, su impacto es estructural: desvaloriza campos altamente especializados y afecta el acceso a financiamiento, becas y reconocimiento laboral.
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ocurre un fenómeno similar, aunque por vías distintas: las y los enfermeros siguen siendo encuadrados por el gobierno porteño dentro del escalafón administrativo, desconociendo su formación universitaria, su responsabilidad clínica y su rol esencial en la atención de la salud.
Puntos en común entre ambas situaciones
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Desconocimiento del carácter profesional de la enfermería
En ambos casos se invisibiliza la complejidad, la carga técnica y la responsabilidad que tiene la práctica de enfermería. Esto genera un mensaje político y social peligrosamente equivocado: que la enfermería no requiere formación avanzada ni funciones específicas. -
Retroceso en derechos y condiciones laborales
Tanto en EE.UU. como en CABA, estas decisiones abren la puerta a:-
Menos salarios.
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Más precarización.
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Menos incentivos para estudiar la profesión.
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Dificultades para acceder a formación de posgrado.
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Impacto directo en la calidad del sistema de salud
Cuando se desvaloriza la enfermería, se afecta todo el funcionamiento sanitario: -
Aumenta la carga sobre el personal.
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Disminuye la capacidad de respuesta.
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Se deteriora la calidad del cuidado
onsecuencias previsibles para la población
1. Aumento del déficit de enfermeras y enfermeros
Hoy Argentina —y especialmente CABA— ya tiene un déficit estructural. Desincentivar la profesión solo agravará:
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Menos jóvenes eligiendo enfermería.
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Más migración a países que sí reconocen la profesión.
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Mayor agotamiento del personal activo.
2. Mayor riesgo en la seguridad del paciente
La enfermería es el corazón operativo del sistema:
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Control continuo.
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Detección precoz de complicaciones.
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Administración segura de medicación.
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Intervenciones críticas inmediatas.
Sin suficiente personal calificado:
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Aumentan los errores.
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Se retrasan las respuestas clínicas.
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Se deteriora la calidad general de atención.
3. Colapso silencioso del sistema sanitario
Los sistemas de salud no colapsan por falta de médicos: colapsan por falta de enfermeras/os.
Cuando el equipo de enfermería se achica:-
Cierran camas.
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Se saturan guardias.
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Disminuye la capacidad de internación.
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Se reduce la actividad quirúrgica.
4. Desigualdad social en el acceso a la salud
Los primeros afectados son siempre los sectores vulnerables:
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Hospitales públicos con menos personal.
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Mayor tiempo de espera.
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Atención fragmentada.
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Barrios con menor capacidad de respuesta sanitaria
Conclusión
Tanto la medida estadounidense como la política sostenida en CABA señalan un patrón global de subestimación del rol de la enfermería, una profesión con altísimo rigor científico y responsabilidad directa sobre la vida de las personas.
Estas decisiones no solo afectan a la enfermería: afectan a toda la sociedad.
Menos reconocimiento → menos vocación → menos profesionales → peor atención → más riesgos sanitarios.En un contexto donde el mundo discute cómo atraer y retener al personal de salud, estas políticas empujan en la dirección contraria y tienen un impacto inmediato en la seguridad del paciente y la sostenibilidad del sistema
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