7 ene 2010

Desde México.-

Probablemente, las mejores personas
 http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=479334
Ayer, 6 de enero, el día giró en torno a la celebración del Día de Reyes, prácticamente los medios de comunicación se centraron en darle seguimiento y trato a dicha festividad, lo cual se entiende, pues es una tradición muy arraigada a nuestro país.

La fiesta en la que sus principales protagonistas son Melchor, Gaspar y Baltasar se presta a ilusiones infantiles, a esperanzas adultas, y también a reuniones con amigos y familiares. Es un día hermoso, muy emotivo. Tiene también, por supuesto, tintes religiosos con la celebración de la Epifanía.

Pero, ayer, no todo fue Reyes Magos y roscón, también se celebró el Día de los Enfermeros y las Enfermeras, aunque de esto no se hizo tanto ruido. Me parece justo dedicarle unas líneas a los que se dedican a la enfermería.

Los enfermeros y las enfermeras hacen, sin duda alguna, una labor verdaderamente plausible, digna de los más sinceros reconocimientos. Son, muy probablemente, de las mejores personas que hay actualmente.

Habrá que partir de que ellos entregan su vida al servicio de los demás, trabajan por y para el prójimo… que existan este tipo de seres humanos es una buena noticia, que sigan existiendo es sencillamente maravilloso.

Su vocación de ayuda es prácticamente incomprensible para todos nosotros, para los que hacemos otras cosas. Es muy difícil comprender tanta bondad, sacrificio, y cariño, porque es eso lo que se necesita para ser un buen enfermero, una buena enfermera.

No es ninguna novedad, pero me parece acertado comentarlo, que sí, en efecto, ellos reciben una remuneración por su trabajo, pero la verdad es que es bastante discreta, de acuerdo al esfuerzo y entrega que desempeñan en el día a día.

Podemos imaginar al que se dedica a la enfermería en una imagen muy hermosa, en la que están, por ejemplo, cargando a un lindo bebé, pero no consiste en eso todo su trabajo, existen muchas cosas, muy alejadas de un bello cuadro.

Ahí están los enfermeros, recibiendo golpes de enfermos mentales, o las enfermeras limpiando a los ancianos, por otra parte, están quienes trabajan en días festivos cuidando a quienes están con una salud delicada, o quienes pasan las noches en vela a un lado de los pacientes de un hospital.

Quienes practican la enfermería son personas admirables, su disposición para atender a los enfermos es una muestra de amor humano como existen muy pocas. Resulta conmovedor ver el trabajo de estas personas quienes entienden muy bien que pueden ayudar a quienes no se pueden valer por sí mismas, y lo hacen con alegría, buen humor, y entusiasmo, alimentando así las ganas de salir delante de los que están enfermos.

Me da tristeza que a los enfermeros y enfermeras, en muchas ocasiones se les dé un trato de segunda, se les considere como simples ayudantes de los soberbios médicos, o que incluso sean vistos como si fueran sirvientes a los que se les puede tratar de la manera más indigna posible. Sin ellos, simplemente, no podría funcionar el sistema de salud de México, ni del mundo.

Mi reconocimiento total y absoluto a quienes se dedican a la enfermería, y si tengo la gran fortuna de ser leído por un enfermero o una enfermera, con todo cariño le mando un abrazo y un sincero mensaje de agradecimiento.

ponchov@exafm.com

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