19 ene 2010

NUEVA YORK, USA.-

La muerte de 10 parientes destroza una familia haitiana de Brooklyn   

NUEVA YORK._ Todos los parientes de la enfermera haitiana Yvette St. Louis, perecieron en el terremoto de Puerto Príncipe. La mujer, con varios hijos nacidos en Nueva York y residente en Brooklyn, está destrozada. Perdió a su madre, un hermano, dos hermanas y otros siete familiares. Para días después del sismo, Yvette, planeaba viajar a Haití para celebrar el cumpleaños de su progenitora y  llegaría un día después del terremoto. Ahora el cadáver de la anciana y los demás, según le informaron podrían estar en una fosa común junto a los de los demás parientes. Desde el martes 12 de enero, día de la catastrófica tragedia, la haitiana de Brooklyn y sus hijos, se pusieron en movimiento para tratar de comunicarse o localizar a su mamá, pero nunca hizo contacto. Hasta ahora, ella los da por desaparecidos. Sus hermanas y hermano, viajaron a Puerto Príncipe para estar en la fiesta de celebración, muriendo en el colapso. “Todos están desaparecidos, aunque me han dicho que sus cadáveres fueron a parar a una fosa común o los quemaron”, explica con anegado llanto, la inmigrante caribeña.

Mostrando fotografías y recuerdos de sus muertos, se abraza a sus hijos como queriendo buscar refugio en los menores. Sobre  restos de su madre, Ymmacula St. Louis de 80 años de edad, no está segura de si fueron llevados a una morgue común, a la fosa o si están hechos polvo y mezclados con escombros y desperdicios.
La mujer de 45 años y que trabaja como asistente médica en el hospital Woodhull y reside en el sector Flatbush, debía viajar el miércoles de la semana pasada a Puerto Príncipe, un día después del terremoto. “Hasta el momento, no hemos podido hacer contacto con nadie”, le dijo a la radio emisora haitiana situada cerca de su casa y acompañada por docenas de haitianos que acudieron a escuchar su trágico relato para apoyarla y consolarla.
“No hay comunicación, no hay nada, tengo que ir a Haití y tratar de buscar los cuerpos de mi madre y mi familia”. Y con un llanto desconsolador, pide que alguien vaya a Puerto Príncipe y busque los restos de sus familiares. “Espero que mi mamá esté viva”, añadió.
Dijo, desesperada, que le hubiera gustado haber muerto junto a su madre. “Me hubiera gustado haber estado allí y morir con ella y con ellos. Es muy duro perder a toda la familia al mismo tiempo”, sostiene. Trisha Darío, una de sus hijas de 15 años, la abrazaba, tratando de consolarla, pero la palabra “consuelo”, dijo la enfermera, jamás volverá a su vida.
“Nunca más los volverá a ver”, gritaba en voz alta y estremecida por el dolor.  La falta de comunicación en Haití, se produjo tras la caída de la torre de comunicación celular de Digicell, única empresa telefonía móvil con que contaba el país.
Pero ese tipo de tragedia, no es sólo de Yvette, la también enfermera Mathilde Louissaint, perdió de igual modo a varios de los suyos. Una hermana, dos hermanos y ocho sobrinos y sobrinas que residían en Puerto Príncipe, tampoco aparecen.
“Desde el día del terremoto he estado sintiendo fuertes dolores en  el pecho y tuve que dejar el trabajo”, explica la enfermera. “La situación dañaba mi corazón y no podía soportarlo más”.  Casi no duerme desde el 12 de enero y se queda hasta la madrugada mirando las noticias en televisión.

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