5 dic 2010

Argentina.-

MORTALIDAD MATERNO-INFANTIL

5 propuestas para solucionar un drama 

Ante el crecimiento de muertes maternas e infantiles en nuestro suelo, esta semana distintas sociedades médicas se agruparon con el objetivo de plantear una serie de medidas que ayuden a revertir un mal que golpea cada vez con más furia

Las cifras dadas a conocer en los últimos días encendieron la alarma en nuestro país: la mortalidad materna no sólo no experimentó ninguna baja en las últimas dos décadas, sino que incluso llegó a picos como en 2009, año en el que el número total de muertes se incrementó alrededor del 30% como resultado de la gripe A y de las complicaciones de los abortos. Y en cuanto a la mortalidad infantil, si bien mantiene desde tiempo una tendencia decreciente, aún en la actualidad el 60% de la registrada en bebes prematuros podría evitarse con estrategias conocidas. ¿Pero cuáles son esas estrategias que, según varios expertos, ayudarían a revertir tanto la mortalidad materna como la infantil?

Para la Alianza Argentina para la Salud de la Madre, el Recién Nacido y el Niño (Asumen), entidad que agrupa a sociedades médicas relacionadas con la salud materno-infantil como la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), la Asociación Argentina de Perinatología (Asaper), la Federación Argentina de Enfermería (FAE), la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Buenos Aires (Sogiba), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y Unicef, las medidas en si no son novedosas pero su gran desafío es implementarlas: regionalizar la atención materno-infantil; implementar el seguimiento de los recién nacidos de alto riesgo; instituir una asignación universal de protección social para embarazadas y puérperas; incrementar el número de enfermeras y capacitar a las existentes, y hacer cumplir las leyes de salud sexual y reproductiva.

"La enorme mayoría de las muertes infantiles son precoces, ocurren en el período neonatal y afectan a niños prematuros -asegura la doctora Celia Lomuto, neonatóloga de Asaper-. El 60% podría evitarse con intervenciones probadas y eficaces que debieran estar al alcance de todos, como mejorar los servicios de neonatología, críticamente deficitarios en recursos humanos de enfermería; organizarlos en redes perinatales según el nivel de complejidad, y asegurar la asistencia de los recién nacidos de riesgo una vez que son dados de alta".

En Argentina, durante 2009 murieron más de 10 mil menores de cinco años: 9.026 fueron bebés menores de un año y 1.483 fueron niños menores de cinco años. De esta manera, se observa que la mayoría de las muertes infantiles son precoces, en el período neonatal y de niños prematuros. Por su parte, la tasa de mortalidad infantil argentina se ubica en 12,1 por mil. Si bien los últimos 20 años se ha registrado un descenso en los índices, la realidad es que el 60% de las muertes de menores de cinco años podrían como se dijo haberse reducido con determinadas intervenciones, entre las que se destaca: mejorar los servicios de neonatología, organizarlos en redes perinatales según niveles de complejidad y asegurar la asistencia de los recién nacidos en riesgo.

Con respecto a la mortalidad materna, 410 mujeres murieron en el 2009 por causas relacionadas con el embarazo, parto y/o puerperio cifra que se traduce en una tasa de 55 muertes cada 100 mil nacimientos. Entre las principales causas de mortalidad se encuentra: aborto (21%), infecciones (12%), hipertensión (10%) y hemorragias (8%). En este sentido, el diagnóstico de situación de la mortalidad materno e infantil es preocupante. Si se compara con los índices registrados en países desarrollados, Argentina presenta el doble de mortalidad en menores de cinco años y una tasa de mortalidad materna 10 veces más alta. Además, países de la región como Chile y Uruguay presentaron tasas menores.

LAS PROPUESTAS

Una de las primeras propuestas de Asumen para revertir esta realidad es la implementación de las distintas leyes y normativas que protegen y garantizan los derechos sexuales y reproductivos, entre ellas se destacan la salud sexual y procreación, la contracepción quirúrgica, la educación sexual integral, el parto humanizado, la eliminación de la violencia contra la mujer y el artículo 86 del Código Penal. Asimismo, promueve el ejercicio libre sobre las decisiones de índole sexual y reproductiva, el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva de manera universal y la prestación de servicios con una visión integral y comprensiva.

Otra recomendación que realizan las sociedades médicas es la regionalización de la atención materna e infantil. Sobre esto, los expertos aclaran que la regionalización de los servicios de salud es un proceso de organización de la red de servicios de salud a nivel territorial o local mediante la descentralización de las áreas geográficas determinadas. Asimismo, implica la concentración de las acciones de salud bajo un mando único y un mismo programa, con el fin de alcanzar condiciones superiores de salud al brindar la completa accesibilidad y total cobertura a la comunidad. Para ello, es necesario dar cumplimiento a una serie de requisitos básicos, tales como: conocer la oferta y la demanda/necesidades de la población, establecer una puerta de entrada al sistema de salud regionalizado, determinar un sistema de referencia de pacientes (de menor a mayor nivel) y definir un flujo continuo de información entre niveles.

Hoy en día, por ejemplo, la provincia de Neuquén lleva un sistema de regionalización de atención materno e infantil con excelentes resultados. También existen otras iniciativas similares en la ciudad de Rosario y en la provincia de Santa Fe.

Una tercera propuesta está centrada en el seguimiento de recién nacidos en riesgo. En la actualidad, hay que decir, los equipos profesionales de los consultorios de seguimiento de recién Nacidos de alto riesgo de los hospitales públicos de la ciudad de Buenos Aires están trabajando en la elaboración de un proyecto de ley que asegure el seguimiento de los niños que presentaron al nacer distintas enfermedades y que requirieron su internación en una Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) mientras duren las condiciones de riesgos derivadas de su problemática neonatal.

Además, el proyecto propone la creación de grupos de profesionales dedicados a tratar tanto las consecuencias médicas como la repercusión emocional, familiar, económica y escolar de los recién nacidos en alto riesgo. Por otro lado, propone obtener información sobre el número, la evolución y las necesidades de los niños en alto riesgo.

En esta serie de propuestas, una de las preguntas que surge es la siguiente: ¿qué hacer frente a la escasez de enfermería? Como se sabe, la enfermería enfrenta a lo largo y ancho del país condiciones desfavorables para la formación y ejercicio. Hoy la relación enfermera/médico es 1/4.8, muy lejos de lo que se estimó llegar en el 2015 para cumplir el Objetivo de Desarrollo de Milenio (ODM) de una relación enfermera/médico de 1/1. Ante esta situación crítica, ASUMEN propone que los organismos y quienes participan en las políticas de salud y en la gestión de recursos deben apoyar y sostener la función de la enfermería calificada. Al mismo tiempo, se debe incorporar a la política gubernamental una política de Estado global nacional de enfermería que incluya: la formación de profesionales calificados y el ejercicio en condiciones de trabajo dignas para atraer y retener enfermeras/os en todos los espacios.

Por último, las recomendaciones presentadas por las distintas sociedades médicas refieren al lanzamiento de la Asignación Universal de Protección Social para Embarazadas y Puérperas. El acceso universal a una atención de calidad, se asegura, evita complicaciones y muertes maternas y neonatales. Dos principales determinantes de altas tasas de mortalidad materna son la demora para acceder a servicios de salud debido al no-reconocimiento de señales de peligro y la falta de acceso oportuno a cuidados de salud de calidad provistos por personal entrenado durante el parto y puerperio (manejo de la emergencia obstétrica). Para atacar este problema, desde ASUMEN se proponen 2 estrategias prioritarias y complementarias: regionalización sanitaria e implementación de un Esquema de Protección Social en Salud (EPSS) para embarazadas y puérperas.

El propósito de la Asignación Universal de Protección Social para Embarazadas y Puérperas, se explica, "es contribuir a la reducción de la mortalidad materna, la morbilidad materna severa y la mortalidad neonatal. La medida consistiría en un esquema de protección social de transferencia condicionadas de dinero a la mujer embarazada o puérpera, no clientelar, mediante tarjeta de débito y cuenta bancaria contra el cumplimiento de acciones predefinidas para cada momento del continuo embarazo, parto, puerperio y salud reproductiva hasta los 12 meses del período de postparto".

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