28 mar 2011

De no obtener respuesta de la ministra de Salud, Eugenia Sader

 

Enfermeros en huelga de hambre procederán a extraer su sangre

Publicada a las 05:45 AM del 28 de Marzo de 2011 |  El Nacional      
Heriberto Delgado dice que puede adaptarse a cualquier ambiente. No hay nadie, asegura con firmeza, que tenga su fuerza de voluntad. "Es en serio", afirma. Por ejemplo, una vez dijo que dejaría el alcohol, el cigarro y el café, y así lo hizo. Y hace una semana salió de Acarigua y se instaló en una colchoneta frente a la Embajada de Brasil, muy cerca de varios restaurantes.

Allí, entre olores de alimentos, está en ayuno con otros seis enfermeros.

Los compañeros de Delgado vienen también del interior del país. Hay 2 de Guárico, una de Vargas y 2 de Carabobo. Sus exigencias ­al igual que las de los estudiantes que estuvieron 31 días sin comer frente a la sede del PNUD­ se relacionan con reivindicaciones económicas y sociales, en este caso, de un gremio que, usualmente de bajo perfil, es imprescindible para la atención sanitaria en hospitales públicos y clínicas privadas.

Un enfermero con título de técnico superior universitario gana, desde hace 3 años, 1.380 bolívares mensuales, y un licenciado percibe por mes de trabajo 1.483 bolívares. Muchos jubilados no reciben tickets de alimentación y tienen 12 años sin cobrar sus prestaciones sociales. Eso impide que los contratados entren en la nómina, porque los cargos están congelados. Lo que solicitan los huelguistas es que estos problemas se solucionen pronto.

A Susan Huamán, enfermera de Carabobo y especialista en hemoterapia, el sueldo de 1.483 bolívares no le alcanza.

Está en la protesta desde hace 8 días. Tiene una hija de 4 años de edad y 3 trabajos: de 7:00 am a 1:00 pm atiende pacientes en el hospital Carabobo; de 7:00 pm a 7:00 am labora en la Ciudad Hospitalaria Enrique Tejera, y cada 5 días hace una guardia de 24 horas en una clínica privada. "La mayoría de mis colegas hace lo mismo. Lo que ganamos en un solo empleo no nos da".

Los inicios. Julio García, secretario del Colegio de Enfermeros de Carabobo, anda descalzo entre las colchonetas. No es la primera vez que participa en una huelga de hambre. En julio de 2010 ayunó por siete días con otros tres compañeros. En esa ocasión, las razones eran políticas. Reclamaban que impidieron la participación de la plancha número 1 ­a la que pertenecía García­ en el proceso electoral de la institución gremial.

García cuenta que se cumplieron los objetivos de esa huelga de hambre: no se realizaron las elecciones en ese estado, y hasta el momento no se han efectuado. Asegura que hay un juego de intereses políticos por el control del gremio.

Para solucionar la crisis salarial, los enfermeros se han movilizado: han realizado marchas, paros, se han encadenado. El 11 de marzo de este año, celebraron una asamblea con representantes de los colegios de todo el país. Allí se acordó iniciar la huelga de hambre en Caracas. En esa ocasión, Julio García, Quintín González ­secretario del Colegio de Enfermeros de Guárico­, y Heriberto Delgado se ofrecieron como voluntarios. Después se sumaron los demás. Maryori Díaz, de Vargas, resolvió unirse cuando supo que sólo había cuatro voluntarios hombres. Para ella, la profesión de la enfermería siempre ha estado asociada a las mujeres, y por eso la protesta debía contar con su representación.

El 20 de marzo llegaron a Caracas. Decidieron colocar sus colchonetas en la Embajada de Brasil porque, dice García, ese país puede mediar en la solución de la crisis salarial. Consideran que el aumento de 40%, anunciado por la ministra de Salud, Eugenia Sader, no resuelve nada.

García explica que ese incremento beneficiará a los enfermeros que son evaluados. A los suplentes y contratados no se les aplica ningún instrumento que mida su desempeño ­ellos representan 50% del gremio­.

Los que están de permiso remunerado, los jubilados e incapacitados, que representan 11% del total, tampoco recibirán el aumento. Sólo 24% de los profesionales, si tienen un desempeño excelente, podrán disfrutarlo. Por eso, allí seguirán, afirma.

En horas de la mañana, los enfermeros que se encuentran en huelga de hambre en las afueras de la embajada de Brasil, informaron que de no obtener respuesta por parte de la ministra de Salud, Eugenia Sader, procederán a realizar un exanguineo y ha tomar medidas "drásticas" para que sus exigencias sean tomadas en cuenta. 
Julio García, vocero de los huelguistas, explicó que los enfermeros procederán a extraer su sangre, de no obtener una respuesta por parte del gobierno, asimismo indicó que entre las exigencias se encuentra un salario justo para todos los enfermeros del país y recursos para los hospitales. 
 
"Señora ministra Sader, le exigimos una respuesta lo más rápido posible, nuestras vidas están en riesgo, no puede ser que no tengamos implementos para trabajar y tengamos el mismo salario desde hace tres años, aquí vamos a permanecer y asumiremos todas las consecuencias". 
 
Por otra parte, agregó que el próximo martes se realizará una marcha desde la Plaza Brión hasta la sede de la embajada de Brasil, donde se encuentra instalada la protesta. 
Publicada a las 05:45 AM del 28 de Marzo de 2011 |  El Nacional
     
Heriberto Delgado dice que puede adaptarse a cualquier ambiente. No hay nadie, asegura con firmeza, que tenga su fuerza de voluntad. "Es en serio", afirma. Por ejemplo, una vez dijo que dejaría el alcohol, el cigarro y el café, y así lo hizo. Y hace una semana salió de Acarigua y se instaló en una colchoneta frente a la Embajada de Brasil, muy cerca de varios restaurantes.

Allí, entre olores de alimentos, está en ayuno con otros seis enfermeros.

Los compañeros de Delgado vienen también del interior del país. Hay 2 de Guárico, una de Vargas y 2 de Carabobo. Sus exigencias ­al igual que las de los estudiantes que estuvieron 31 días sin comer frente a la sede del PNUD­ se relacionan con reivindicaciones económicas y sociales, en este caso, de un gremio que, usualmente de bajo perfil, es imprescindible para la atención sanitaria en hospitales públicos y clínicas privadas.

Un enfermero con título de técnico superior universitario gana, desde hace 3 años, 1.380 bolívares mensuales, y un licenciado percibe por mes de trabajo 1.483 bolívares. Muchos jubilados no reciben tickets de alimentación y tienen 12 años sin cobrar sus prestaciones sociales. Eso impide que los contratados entren en la nómina, porque los cargos están congelados. Lo que solicitan los huelguistas es que estos problemas se solucionen pronto.

A Susan Huamán, enfermera de Carabobo y especialista en hemoterapia, el sueldo de 1.483 bolívares no le alcanza.

Está en la protesta desde hace 8 días. Tiene una hija de 4 años de edad y 3 trabajos: de 7:00 am a 1:00 pm atiende pacientes en el hospital Carabobo; de 7:00 pm a 7:00 am labora en la Ciudad Hospitalaria Enrique Tejera, y cada 5 días hace una guardia de 24 horas en una clínica privada. "La mayoría de mis colegas hace lo mismo. Lo que ganamos en un solo empleo no nos da".

Los inicios. Julio García, secretario del Colegio de Enfermeros de Carabobo, anda descalzo entre las colchonetas. No es la primera vez que participa en una huelga de hambre. En julio de 2010 ayunó por siete días con otros tres compañeros. En esa ocasión, las razones eran políticas. Reclamaban que impidieron la participación de la plancha número 1 ­a la que pertenecía García­ en el proceso electoral de la institución gremial.

García cuenta que se cumplieron los objetivos de esa huelga de hambre: no se realizaron las elecciones en ese estado, y hasta el momento no se han efectuado. Asegura que hay un juego de intereses políticos por el control del gremio.

Para solucionar la crisis salarial, los enfermeros se han movilizado: han realizado marchas, paros, se han encadenado. El 11 de marzo de este año, celebraron una asamblea con representantes de los colegios de todo el país. Allí se acordó iniciar la huelga de hambre en Caracas. En esa ocasión, Julio García, Quintín González ­secretario del Colegio de Enfermeros de Guárico­, y Heriberto Delgado se ofrecieron como voluntarios. Después se sumaron los demás. Maryori Díaz, de Vargas, resolvió unirse cuando supo que sólo había cuatro voluntarios hombres. Para ella, la profesión de la enfermería siempre ha estado asociada a las mujeres, y por eso la protesta debía contar con su representación.

El 20 de marzo llegaron a Caracas. Decidieron colocar sus colchonetas en la Embajada de Brasil porque, dice García, ese país puede mediar en la solución de la crisis salarial. Consideran que el aumento de 40%, anunciado por la ministra de Salud, Eugenia Sader, no resuelve nada.

García explica que ese incremento beneficiará a los enfermeros que son evaluados. A los suplentes y contratados no se les aplica ningún instrumento que mida su desempeño ­ellos representan 50% del gremio­.

Los que están de permiso remunerado, los jubilados e incapacitados, que representan 11% del total, tampoco recibirán el aumento. Sólo 24% de los profesionales, si tienen un desempeño excelente, podrán disfrutarlo. Por eso, allí seguirán, afirma.

 

 
 

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