Un enfermero del Hospital de la Mujer fue encontrado muerto en el
interior de su vivienda, atado de pies y manos y cubierto con cobijas,
el cual fue sometido a golpes y asfixiado, de acuerdo con los primeros
informes de la Fiscalía General del Estado (FGE).
De acuerdo con los vecinos, los responsables del crimen permanecieron
casi 48 horas departiendo entre cervezas y licor junto al muerto, ya
que pudieron observar a tres hombres de aspecto joven, en el interior
del domicilio del asesinado, que se localiza en el fraccionamiento Las
Gladiolas.
Los vecinos de Salvador Méndez Barrientos, quien fue localizado sin
vida y era enfermero, aseguran que uno de los tres hombres que durante
el fin de semana estuvieron en el domicilio de la víctima tomando y
escuchando música a todo volumen, es un hombre de aproximadamente 20
años, con quien la víctima sostenía una relación.
Sin embargo, aseguran que no conocían a los otros dos, quienes
pudieran estar implicados en el crimen del enfermero, quien de acuerdo
a la autoridad, fue salvajemente golpeado y atado de pies y manos,
para ser asfixiado.
Una de las vecinas del infortunado reveló que el hombre no tenía
problemas con nadie y era apreciado, por preocuparse en las
necesidades de varias personas de edad avanzada que habitan por el
sector a quien proporcionaba medicinas e inyectaba cuando lo
necesitaban.
"Ayer (domingo) yo vi unos muchachos aquí muy temprano, como a las
seis y pensé que eran familiares de Chavita, estaban adentro
escuchando música y tomando. Observe que dos de ellos estaban cargando
una troquita y el carro de Chavita con muebles y maletas y les
pregunte por el, pero me dijeron que estaba borracho y se había
quedado dormido, ya que tenía pensado cambiarse de casa", afirmó doña
Cristina, quien vivía a dos casas del infortunado.
Las mujeres del sector se dijeron sorprendidas al conocer el deceso
del hombre que siempre les ayudaba y hasta les aplicaba suero cuando
enfermaban.
Señalaron que fue una hermana de Salvador Méndez, quien llegó hasta el
domicilio y lo encontró tirado en una de las habitaciones, cubierto
por varias cobijas y atado de sus manos, después de que no se reportó
con ella y su madre durante todo el fin de semana.
"Fue el hombre con el que vivía, el que lo mató para llevarse sus
pertenencias" aseguró otra de las señoras que se encontraban sentadas
observando el trabajo de los policías ministeriales que llegaron hasta
el domicilio del asesinado.
Después de concluido el trabajo de los policías investigadores y que
personal del Servicio Médico Forense levantó el cuerpo de Méndez
Barrientos, las vecinas colocaron dos veladoras en la entrada del
domicilio marcado con el número 121 de la calle Crásula, donde vivió
por más de tres años.
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