24 mar 2014

Golpes y amenazas de muerte en el Evita Pueblo

Trabajadores del Hospital de Berazategui vivieron momentos de gran tensión hasta que llegaron efectivos policiales y lograron detener a cinco agresores. Piden más personal de seguridad porque los ataques "son constantes



Golpes y amenazas de muerte en el Evita Pueblo

Momentos de suma tensión se vivieron en el hospital Evita Pueblo de Berazategui, cuando familiares y amigos de un vecino que llegó descompensado empuñaron armas de fuego, con las que agredieron y amenazaron de muerte a médicos y enfermeros, tras haber tenido un altercado en un centro de salud municipal.

Según trascendió, uno de los individuos habría percutado su revólver, pero las balas milagrosamente no salieron. La policía detuvo a cinco de los agresores y secuestró varias armas.

El doctor Julio Vargas, a cargo del nosocomio en el momento del incidente, contó que "un grupo de violentos que venían de registrar un altercado en el Centro de SaludMunicipal Nº 5 al exigir atención para un familiar, llegaron al hospital Evita Pueblo golpeando y amenazando con armas a médicos, enfermeros y personal de nuestro nosocomio". "El paciente -agregó el especialista- ya estaba tratándose cuando uno de los familiares portando dos armas de fuego ingresó a la guardia amenazando a nuestro personal. Las pistolas fueron percutadas y no salieron los tiros por suerte".

Personal policial de la comisaría 2ª, de Ranelagh, concurrió rápidamente al lugar y logró reducir a los inadaptados. "La protección que nos dieron nos ayudó, pero necesitamos una custodia permanente porque hay hechos de violencia todas las semanas", puntualizó Vargas.

Asimismo, reconoció la tarea del personal del Hospital, que "a pesar del shock psíquico sigue atendiendo a los pacientes". "Estas situaciones se repiten en todos lados y esperamos que la Justicia, a través de la fiscal que se constituyó en este lugar, ponga a buen resguardo a estos violentos", expresó. Por su parte, el doctor Javier Arregui, Jefe del Servicio de Emergencias, al referirse al grave hecho ocurrido en el interior del centro de salud, afirmó que "es muy difícil después de que te gatillen un arma en la cabeza seguir atendiendo al público, pero el personal se recompuso porque es su trabajo y compromiso con la comunidad". "Algún estamento nos tiene que asegurar que podemos actuar sin este tipo de presiones", remarcó.

Allan Skellor, del asociación gremial CICOP, señaló que, ante la falta de seguridad, "estamos pidiendo intervención del Gobierno Provincial hace tres años".

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