27 abr 2016

En 30 días no se le realizó la cura»


Los inspectores de la Junta detectaron faltas «graves» en el cuidado de las dos ancianas que fallecieron tras sufrir gangrena en una residencia de Chiclana

El caso de dos ancianas que fallecieron tras recibir presuntamente una negligente atención médica en un centro de mayores de Chiclana conmovió a la opinión pública. Sus familiares relataron la «agonía» que ambas sufrieron por la falta de cuidados, lo que les provocó a ambas gangrena y, posteriormente, una grave infección generalizada tras la que fallecieron. Los detalles de lo que les ocurrió impactaron por su dureza al conocerse que una de las enfermeras se llegó a encontrar «miles de gusanos» en el pie de una de ellas al destaparle un apósito. R. M., el médico que les atendía en la residencia y al que señalan los familiares de las víctimas como el presunto responsable de lo ocurrido, se encuentra en busca y captura. Él y seis enfermeros más están siendo investigados por un delito de lesiones por imprudencia.

Milagros Selma fue una de las ancianas que falleció. Su caso llegó al Servicio de Inspección de Servicios Sociales cuando, ya muy grave, fue trasladada al hospital. Allí el servicio médico le aconsejó que pusiera una reclamación al ver el estado en el que había ingresado su tía. Así el Servicio de Inspección de Servicios Sanitarios de la Junta tuvo conocimiento del caso y ordenó a sus inspectores que investigaran qué había ocurrido y si era procedente abrir un expediente e informar al juzgado competente.

LA VOZ ha tenido acceso al informe que redactaron dichos médicos y sus conclusiones son demoledoras. Tras hacer un repaso cronológico por la atención que recibió Milagros Selma, una de las ancianas fallecidas, en el que se habla de dolores «intolerables» e «inhumanos», los inspectores determinan que no se siguieron las curas diarias prescritas por el hospital, lo que le provocó la infección de las úlceras. Así llaman la atención acerca de que tras la primera visita al hospital donde ya se les recomendó al servicio médico de la residencia dichas curas en sacro y talones, en el centro se le realizaron 27 de estas curas de un total de 57 días, por lo que concluyen que «en 30 días no se le realizó la cura».

Los inspectores entienden que la situación tuvo que ser atendida antes. «Consideramos que deberían de haber remitido a la paciente al hospital previamente y con mayor frecuencia con objeto de que se realizara un seguimiento de sus lesiones». Según constatan, allí se le realizaron las curas bajo anestesia para evitar así el «extremo» dolor que le producían.

Como también aseguran en dicho informe la situación tuvo que ser «suficientemente grave» ya que, tras valorarla, un médico de urgencias tramitó ante el juzgado de guardia de Chiclana un parte de lesiones por un «presumible maltrato a personas ancianas». La situación de la paciente también motivó que otro doctor expusiera en la hoja de evolución:«no es un caso que se asocie a la higiene y curas diarias, sino a problemas de falta de atención».

Muy similar fue el caso de V. E., la otra residente cuyo fallecimiento se pudo deber a la negligencia del mismo médico. Su defensa, representada por el bufete de José Luis Ortiz, asegura que la muerte de ambas ancianas se debió a la falta de cuidados que padecieron.

Mientras el caso sigue su curso en los juzgados, la Junta comunicaba recientemente a la empresa que estuvo encargada de la gestión de la residencia hasta el 30 de diciembre de 2015 que ha iniciado un expediente sancionador.

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