Un aluvión de sanitarios inunda los campus universitarios con la esperanza de hacerse con uno de los 626 puestos ofertados
Los campus universitarios de la Comunitat recibieron ayer domingo una multitudinaria visita. Cerca de 21.000 opositores se presentaron a las pruebas programadas con motivo de la oferta pública de empleo de técnico en cuidados auxiliares de enfermería; unas plazas que seguro serán muy disputadas puesto que se han previsto 626, una por cada 33 aspirantes. Entre otros motivos, desde el Sindicato de Técnicos Auxiliares de Enfermería (SAE) justifican este aluvión de aspirantes en que no se habían convocado plazas de esta especialidad desde hace cinco años. «La categoría está mermada pese a que es un colectivo que cada vez es más necesario porque cada vez hay más dependientes. Se necesitan más plazas y se deberían sacar todos los años», indicó a LAS PROVINCIAS la secretaria provincial de SAE Valencia, Valeria Casero.
Además del gran número de competidores, lo que requerirá notas altas para poder obtener una plaza, se suma otra dificultad: el propio examen. «Raras», «rebuscadas», «ambiguas» o «con saña» fueron algunos de los calificativos que los aspirantes consultados por este diario dieron a la mayor parte de las 60 preguntas tipo test que incluía la prueba. Desde el SAE destacaron que la prueba estaba por encima de los conocimientos de estos especialistas, «a niveles incluso de facultativos», apuntó Casero.
En el caso de la capital, según el SAE, tanto la Universitat de València (UV) como la Politècnica (UPV) reunieron a cerca de 11.200 aspirantes. Desde el sindicato se quejaron que, de nuevo, la prueba había coincidido con otros eventos que provocaron el corte de calles, lo que dificultaba el acceso, especialmente de los opositores que debían pasar por el centro de la ciudad, «lo que añade estrés a los aspirantes». Además, por primera vez se hacían estos exámenes en la UPV, lo que originó que hubiese «gente despistadísima, incluso que no ha llegado a la prueba», señalaron. Pese a la gran cantidad de plazas de aparcamiento que rodea la zona, éstas no fueron suficientes para asumir el aluvión de vehículos, por lo que la doble fila inundó la avenida de los Naranjos. Además, tras la prueba, este enclave sufrió un intenso atasco.
La dificultad de la prueba y la larga espera de los aspirantes para poder optar a las plazas también se hizo patente entre los opositores consultados por este diario tras el examen. Vicky, que trabaja como interina en el psiquiátrico de Bétera, comentó que no ha dejado de estudiar y que llevaba bien preparada la materia, «pero se nota que es eliminatorio, porque es muy ambiguo y muy raro». «Si he aprobado ha sido por lo pelos, con nota baja segura. Siento rabia e impotencia porque he ido a clase y lo llevaba bien preparado», agregó. Amparo, de Almàssera, destacó la dificultad de la prueba: «había preguntas rebuscadas y con saña»; mientras que Rosa, que trabaja en el Hospital La Fe, apuntó a que las cuestiones eran muy específicas. Carmen, de Sagunto, recalcó que había estudiado «muchísimo» y lo llevaba muy bien preparado, pero dada la dificultad de la prueba duda que haya muchos aprobados. Otra Carmen, en este caso de Manises, sí reconoció que no se había preparado la materia y que se presentaba para conseguir puntos para la bolsa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario