Pablo Norte estudia cuarto de Enfermería en la Universidad Autónoma de Madrid
Pablo Norte, estudiante de cuarto de Enfermería
ESTHER ORTEGAHay vocaciones que pasan de padres a hijos, y la Enfermería no es una excepción. Pablo Norte, nacido en Cartagena hace 21 años decidió estudiar Enfermería siguiendo la estela de su madre."Me llamaba la atención el tema de las analíticas y el ambiente del hospital", recuerda el estudiante de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), que echa en falta más clases prácticas desde el principio: "Hay gente muy válida para la Enfermería que se va porque sus expectativas no se materializan".
El desembarco universitario no fue tan fácil como a Pablo, que ahora está en cuarto, le hubiera gustado. "En primero me sorprendió todo. De un año para otro te ves en la universidad y choca. Sobre todo el tamaño tan grandes de las clases, pasé de estar con 20 compañeros a 100", rememora el joven, que aquél primer año compartía curso con unos 200 alumnos divididos en dos turnos: "Ahora, que se junta la gente de mañana y tarde, seremos unos 60 ó 70 alumnos".
PRIMEROS PASOS
En primero de carrera, la mayoría de las asignaturas, explica el estudiante, son de una temática general a las Ciencias de la Salud. "En segundo y tercero ya son más específicas. Mucha gente lo deja en primero por eso".
Sus primeras prácticas fueron en el Hospital Puerta de Hierro. "Es más impactante, porque si te toca en un centro de salud es una 'Enfermería más light'. A mí me tocó en Neumología y estábamos en pleno invierno, por lo que había muchos pacientes con distintas patologías", se alegra en recordar Pablo, para el que supuso un gran aprendizaje personal y profesional: "Estar en contacto con el paciente es lo más importante, aunque se aplique la teoría. Pero estar con él, a pie de su cama, conocerlo, empatizar, tratar con la familia, practicar las técnicas…", enumera el futuro enfermero, encantado con sus compañeros de travesía.
"El ambiente de equipo que se forma en los hospitales con los médicos, auxiliares, celadores y el resto de enfermeros es muy bueno, todos tenemos un papel muy importante para que todo funcione tan bien como funciona", se congratula, que defiende que en la UAM se prepara muy bien a los alumnos: "Si te toca algún tutor de prácticas al que no le guste mucho se hace complicado, pero si tienes buena base teórica eso te va a enriquecer aún más como estudiante".
A Pablo le gustaría convertirse en enfermero militar |
Entre las asignaturas preferidas de Pablo, están 'Cuidados Complejos' y 'Psicología del Cuidado'. "Te enseña cómo tratar a los pacientes, empatizar con ellos, cómo actuar en caso de un fallecimiento, la forma de hablar con la familia... También a hacer que no te afecte a ti a nivel personal, que una vez salgas del hospital no te lleves los problemas de dentro a tu vida normal, porque si no acabarías completamente loco de estar todo el rato dando vueltas a cómo estará el paciente o cómo estará sufriendo la familia", se sincera el joven, contento por haber abordado estas cuestiones, aunque en ocasiones sea complicado aplicarlas.
"En las primeras prácticas se hace difícil, estás como un niño que estrena juguete, pensando en las cosas que podrías haber hecho mejor, estás un poco como obsesionado", ilustra el estudiante, que poco a poco se fue acostumbrando: "Cuando llegas a tercero tienes más callo y sabes manejar más esas emociones y se extrapola bastante bien".
FEMINIZACIÓN DE LA PROFESIÓN
Pablo es consciente de la Feminización de la profesión pese a que, cada vez más, los hombres decidan estudiarla. "Tú ves la clase en primero y el 90 por ciento son chicas, está claro que en la Enfermería predominan las mujeres, pero los chicos también tenemos cabida para ser buenos enfermeros", reivindica el joven, que ha tenido que ser testigo de situaciones incómodas: Da un poco de coraje porque cuando estás en prácticas, a veces, a los chicos se les trata mejor que a las chicas, es algo raro, pero es verdad", advierte.
"A mí me ha pasado que, estando de prácticas con una compañera, se acerque un médico y que a mí salude y me pregunte qué tal va el día y a ella no le diga nada. Es impactante y yo he notado que a mí me han tratado mejor que a las enfermeras sólo por ser chico", añade el estudiante, que de momento no se plantea presentarse al EIR cuando acabe sus estudios dentro de año y medio, cuando finalice sus prácticas y entregue el TFG." Mi padre es militar y mi madre es enfermera. Tengo pensado acabar la carrera y al terminar, hacer un máster para completar la formación. Me gustaría presentarme a alguna oposición para ser enfermero miliar", confiesa.
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