El derecho al voto constituye una instancia fundamental de participación, entre las muchas que propone nuestro sistema democrático. Sin duda, tiene una importancia destacada por tratarse, al mismo tiempo, de un acontecimiento individual y colectivo en el que se enlazan los derechos y los deberes de la ciudadanía.
Para quienes formamos parte del equipo de salud, y en especial de la enfermería, el ejercicio de este derecho se vive con una profunda conciencia de responsabilidad. Así como cada día cuidamos la vida, acompañamos el dolor y sostenemos la esperanza de nuestros pacientes, también sabemos que nuestra voz en las urnas es una forma de cuidar el presente y el futuro de nuestra sociedad.
Votar es elegir, pero también es reafirmar la dignidad de nuestro trabajo, la necesidad de que la salud y la enfermería estén presentes en la agenda pública, y que la democracia siga siendo el espacio donde los sueños colectivos se transforman en realidades posibles.
Hoy, con la misma vocación con la que abrazamos nuestra profesión, asumimos este compromiso cívico, convencidos de que cada sufragio es un acto de justicia, memoria y construcción de un país más humano, más justo y más solidario.
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