Hundió el utensilio cerca de la yugular de la víctima y sólo la intervención policial evitó que sufriera más lesiones
Todo comenzó poco antes de las once de la noche. Una orden judicial autorizó el traslado del enfermo por parte de la Policía Nacional hasta el Hospital Doctor Peset. El objetivo del magistrado del juzgado de guardia era que fuera valorado por el Servicio de Psiquiatría «por un posible brote psiquiátrico», como indicaron fuentes de Sanidad.
Sobre las once y media de la noche el paciente ingresó por la puerta de Urgencias acompañado por los agentes. Fue entonces cuando un enfermero del centro sanitario se acercó al paciente para que fuera atendido en una de las consultas de Urgencias. Inesperadamente y sin razón aparente, el hombre sacó un boligrafo que portaba encima y se lo clavó en el cuello al empleado sanitario, que comenzó a gritar y a pedir auxilio.
Bajo custodia policial
En cuestión de segundos, los policías nacionales que le acompañaban se abalanzaron contra él, lo redujeron y le quitaron el bolígrafo antes de que volviera a atacar a más personas en el hospital. El personal sanitario auxilió de inmediato al enfermero herido y le practicaron varias pruebas para conocer el alcance de la lesión. Aunque el bolígrafo se hundió varios centímetros en su cuello, no le alcanzó la vena yugular ni ningún órgano vital por muy poco. Los trabajos médicos se centraron en taponar y desinfectar la herida punzante del sanitario.
La víctima quedó ingresada en una habitación de planta, mientras que el paciente agresor fue sedado y quedó detenido bajo custodia policial en otra estancia del hospital Doctor Peset
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