CHICAGO, 7 may (Xinhua) Un estudio de la Universidad de Illinois (UI) encontró que el 90 por ciento de las enfermeras y los enfermeros entrevistados en Illinois experimentaron violencia en el trabajo por lo menos una vez en los últimos 12 meses y el 50 por ciento la sufrió seis veces o más durante el periodo.
El estudio entrevistó a 275 enfermeras y enfermeros que trabajaban en diversos ambientes de salud, incluyendo hospitales, asilos y centros de rehabilitación. El 88 por ciento fueron mujeres con una diversidad racial y logros educativos diversos.
El estudio encontró que el 90 por ciento de los encuestados experimentó violencia que fluctuó desde el abuso verbal, como insultos y amenazas, hasta agresiones físicas como pellizcos, golpes y objetos lanzados contra ellos y agresiones sexuales y amenazas como acecho, tocamientos inapropiados y acoso sexual.
A pesar de experimentar violencia en el trabajo, el 98 por ciento de los encuestados informó que siguieron trabajando inmediatamente después de haber sido agredidos.
"Esto habla del compromiso de las enfermeras y os enfermeros con su trabajo y su profesión y de su deseo de continuar con el cuidado que suministran", dijo Emily E. LB. Twarog, profesora de trabajo y relaciones laborales de la UI.
Esto también se debe a que muchas enfermeras y enfermeros no tienen manera de "salirse" después de experimentar violencia en el lugar de trabajo, dijo Twarog.
De acuerdo con el estudio, el 48 por ciento de las personas entrevistadas indicaron que no se les ofreció la opción de dejar el trabajo después del incidente. Más del 50 por ciento de las enfermeras y enfermeros señalaron que la administración fue ineficaz para atender los problemas de violencia en el trabajo.
Toda esa violencia en el trabajo tiene un efecto acumulativo sobre la salud de los trabajadores médicos, lo cual podría tener un impacto negativo sobre otros pacientes, dijo Twarog.
El estudio hace varias recomendaciones de política y la principal es mejorar la proporción enfermera/enfermero-pacientes.
"Este sería el cambio más importante que los administradores y los legisladores podrían realizar", señaló Twarog. "En general, las enfermeras y enfermeros tienen un exceso de trabajo y si hubiera más personal por piso no sólo sus experiencias de violencia disminuirían, sino también su intensidad".
Se trate de personal sindicalizado o no, Twarog dijo que debe haber más colaboración ente la fuerza laboral de primera línea y la administración para desarrollar, implementar y educar a enfermeras y enfermeros para una política sobre la violencia en el lugar de trabajo.
El estudio, publicado hoy en el sitio en la red de la UI, forma parte del Proyecto para la Renovación de la Clase Media, una iniciativa basada en investigaciones que tiene la tarea de investigar instituciones y políticas del mercado laboral en la economía de hoy a la vez que se eleva el discurso público sobre los problemas de los trabajadores afectados.
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