Consejo General de Enfermería, España.-

Máximo González Jurado: "Es el momento de felicitar a toda la profesión por el ejemplo individual y colectivo de que ha hecho gala a lo largo de estos tres años"

El presidente del Consejo General de Enfermería de España, analiza en una tribuna de opinión realizada en exclusiva para Diario Enfermero, las consecuencias trascendentales supondrán para los pacientes y los profesionales, la legalización definitiva de la prescripción enfermera. Para el presidente del Consejo General de Enfermería de España esta meta, lejos de ser el final de un camino, es el comienzo de un nuevo escenario en el que la enfermería española podrá contribuir más y mejor al desarrollo de nuestro Sistema Sanitario en términos de calidad y seguridad.

El Pleno del Congreso de los Diputados ha aprobado hoy la Proposición de Ley de modificación de la Ley 29/2006, de 26 de julio, de garantías y uso racional de medicamentos y productos sanitarios a tenor de la cual se regulan las competencias de los enfermeros españoles en materia de indicación, uso y autorización de medicamentos, lo que se ha denominado, a lo largo de estos años de intenso debate, la "prescripción enfermera".

Es el momento de felicitar al conjunto de la profesión por el ejemplo individual y colectivo de que ha hecho gala a lo largo de estos tres años de intenso debate, esfuerzo, riesgo y, en ocasiones, desprecio sufrido por parte de aquellos que, desde posiciones radicales y hegemónicas, afortunadamente ya superadas en un entorno sanitario moderno como el nuestro, querían limitar el conocimiento y las competencias enfermeras al angosto campo de un oficio al servicio de otros en lugar de reconocer su auténtico rol: el de una profesión al servicio de la sociedad.

No es el momento de evocar, sin embargo, momentos de amargura e indignación que los ha habido, cierta e innecesariamente, tal y como ha venido a demostrar la capacidad de diálogo, el respeto institucional, la argumentación seria y el compromiso permanente de los enfermeros en primer lugar con sus pacientes. Solo eso ha podido justificar que, en un marco jurídico ausente de garantías, todos ellos hayan seguido prestando servicios que ponían en riesgo su propia seguridad. Es necesario reconocer, igualmente, la voluntad política del Ministerio de Sanidad y política Social y de la gran mayoría de los grupos políticos con representación parlamentaria quienes, a la sola excepción del Partido Popular, han dado su apoyo a un ejercicio de las competencias enfermeras basado en el reconocimiento hacia su capacidad, sus competencias, su profesionalidad y su ejemplo.

No ha sido estéril el apoyo recibido, por ejemplo, por más de treinta mil enfermeras que, una a una, nos han hecho llegar sus experiencias personales, demostrando una a una su función en materia de prescripción de medicamentos. Pero esta meta, lejos de ser el final de un camino, es el comienzo de un nuevo escenario en el que la enfermería española podrá contribuir más y mejor al desarrollo de nuestro Sistema Sanitario en términos de calidad y seguridad. El nuevo marco educativo europeo que exige de los nuevos enfermeros una formación de grado de cuatro años de duración con superiores competencias a las que, en la actualidad, les brindaba la diplomatura; el inminente desarrollo y puesta en práctica de las especialidades enfermeras y el acceso a los niveles de máster y doctorado configuran un horizonte absolutamente novedoso e ilusionante para todos. En un plazo razonablemente breve la sociedad española contará con enfermeros que, tras cuatro años de formación universitaria, podrán optar a un titulo de especialistas con un mínimo de dos años más de formación. Una especialización que, además de las ya existentes (matronas y salud mental) pondrá al servicio de los pacientes nuevos especialistas en enfermería pediátrica, enfermería geriátrica, enfermería familiar y comunitaria, enfermería de cuidados médico-quirúrgicos y enfermería del trabajo. Otros optarán por una línea formativa centrada en su desarrollo académico a través de la investigación y el doctorado. Un recorrido que hasta hoy nos estaba vetado, pese a lo cual el esfuerzo de los profesionales teniendo que cursar otros estudios que sí posibilitaban el acceso a estos niveles, ha proporcionado ya un muy nutrido grupo de enfermeros y enfermeras doctores que han defendido con éxito sus tesis doctorales sobre materias de contenido propio de su disciplina. Indudablemente asistimos a un cambio no solo de una profesión sanitaria sino, con ella, del mismo sistema de salud.

La prescripción enfermera, aprobada hoy, es solo un elemento más del desarrollo de una profesión con vocación de trabajar en equipo con el resto de profesionales sanitarios y muy especialmente con los profesionales médicos. Y no, como algunos se han empeñado en repetir desde la ignorancia, para hurtarles competencia alguna. Al contrario, trabajar en equipo interdisciplinar para que, siendo todos excelentes, el principal beneficiado sea el paciente. Este es el camino y el horizonte enfermero. Los enfermeros españoles son ¿enfermeros de primera¿. Así lo reconocen todos los foros internacionales y así se esfuerzan por demostrarlo día a día gracias a una práctica profesional ética, autónoma y competente. Es el momento de celebrar ¿todos- el reconocimiento hacia una ciencia ¿la enfermera- una conciencia ¿su solida base deontológica- y un compromiso con los ciudadanos que, en un día como hoy, lejos de hablar de vencedores y vencidos, lo que nos lleva es a hablar de protección de la salud y seguridad de las personas. Cuanta más excelencia profesional les dediquemos más estaremos cumpliendo con la responsabilidad que nos exige la sociedad. Hoy, de forma especial y autorizada, podemos cumplimentar nuestra "receta navideña": cariño, respeto, compromiso, profesionalidad, competencia, principios y valores éticos¿. Hoy, por último, queremos reafirmar nuestra alianza con los pacientes y con todos aquellos que ¿conjuntamente- desde su excelencia profesional manifiestan igual compromiso con las personas.