15 jun 2010

España.-

«Me partieron el labio de un puñetazo» 
http://www.diariovasco.com/v/20100614/al-dia-sociedad/partieron-labio-punetazo-20100614.html

Miren y Jesús trabajan como enfermeros en Urgencias del hospital de Cruces, uno de los servicios sanitarios donde más episodios violentos se registran. Los dos han sido víctimas de agresiones por parte de algún paciente, al igual que la mayoría de sus compañeros. «Estamos tan acostumbrados a que los enfermos y sus familiares nos insulten o nos empujen que desgraciadamente hemos normalizado una situación anormal», señalan los trabajadores con resignación. A Miren todavía le da «cosa» pasar por delante del box donde fue atacada. Su agresor ingresó en Urgencias porque se había desplomado en el metro y una ambulancia lo trasladó hasta el hospital. «Llegó muy nervioso. No quería tomarse la medicación, así que tuvimos que esperar a que llegase la familia para tratar de convencerle», recuerda la enfermera. Cuando llegó la mujer, el hombre seguía en sus trece. «Estaba fuera de sí. Gritaba, no dejaba que nadie le tocase, amenazó con marcharse». Miren se acercó para darle la medicación y lo único que recuerda es que recibió un puñetazo en la boca que le partió el labio. «Me tuvieron que atender mis compañeros porque no paraba de sangrar. Miren denunció lo ocurrido. «Osakidetza te ofrece sus servicios jurídicos, pero eres tú la que tienes que dar la cara en el juicio», una circunstancia que retrae a muchos sanitarios a la hora de demandar a su agresor. Sindicatos como Satse ya han solicitado que sea el Servicio Vasco de Salud el que se persone en el juzgado en representación del trabajador, como ya se hace en Murcia. «Que la persona que te pegó te vea y que encima tenga tus datos personales hace que te pienses muy mucho si te compensa denunciar», advierte la delegada de Salud Laboral del sindicato de Enfermería, Carmen Vide. En el caso de Miren no se llegó a juicio porque el agresor falleció antes.

Jesús también fue agredido por un paciente, pese a que la mitad de los ataques que se producen en Urgencias son de familiares. El hombre llegó con un dolor abdominal. «Después de examinarle le dijimos que se sentase en una silla, pero se tiró al suelo y se puso a gritar. Se vistió y comentó que se iba. Se fue directo hacia el puesto de enfermería». Jesús trató de pararle, pero el hombre le cogió por el cuello. Le soltó «un guantazo», pero afortunadamente no le alcanzó. Desde entonces, Jesús ha participado en diferentes cursos de defensa personal organizados por el hospital para aprender a manejar situaciones violentas.

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