17 jul 2010

Generosa Fratassi: ¡Que descanses en paz...! (Quilmes, Bs. As.)

Inhuman los restos de Generosa Fratassi
http://www.elsolquilmes.com.ar/noticias.php?n_id=35370&edicion=846
La Comisión Permanente de Homenaje a Madres de Plaza de Mayo de Quilmes, anunció que mañana, se llevará adelante la inhumación de los restos de Generosa Fratasi, la trabajadora de la salud del Hospital de Quilmes, asesinada por la dictadura militar y cuyos restos pudieron ser identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense.
"Miguelina Fratassi, Madre de Plaza de Mayo de Quilmes, fue una luchadora incansable, que busco a su hija hasta el último día de su vida. Hoy reciben los restos de Generosa; Carmela, Teresa y toda su familia, quienes siguen luchando contra la impunidad de ayer y de hoy, desde la Comisión", explicaron desde la entidad.
El acto se llevará adelante mañana a las 11, en el en el panteón especial destinado a los desaparecidos de Quilmes, que se ubica en el cementerio de Ezpeleta.
La historia de Generosa ha quedado definitivamente atada a la de Silvia Isabella Valenzi, que aún permanece desaparecida y a la de su hijita, nacida en cautiverio y robada por el represor quilmeño Jorge Bergés.
La denuncia de ese hecho fue lo que selló la suerte de Generosa y de su compañera, Maria Luisa Martinez, también desaparecida.

Había sido secuestrada por la dictadura militar
Generosa, la enfermera solidaria que el 17 de Julio recibió sepultura en Quilmes

Federico Gabriel Sequeira
www.rompecabezasrosita.blogspot.com.
Treinta y tres años después de su secuestro, los restos fueron identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense. Su historia es emblemática, y muestra hasta qué punto la solidaridad era un arma que el gobierno de facto no podía tolerar.


Fue una italiana que en los treinta y dos años que vivió, le hizo honor a su nombre. Generosa Fratassi, la enfermera del Hospital Iriarte que fue secuestrada sólo por contrariar la versión que negaba el parto de una detenida, podrá por fin descansar en paz.
Este sábado, a las 11, y con la presencia del intendente de Quilmes, se realizará el entierro de sus restos en el Cementerio Municipal de Quilmes, ubicado en Ezpeleta.
Nada se supo de la mujer después de que el 14 de abril de 1977, Fratassi fue capturada por cuatro hombres, en la puerta del Hospital de Quilmes.  Recién el retorno de la democracia, en 1983,  y las investigaciones que impulsó el gobierno de Raúl Alfonsín, a través de la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas), permitió sumar un dato, aunque ínfimo: a Generosa la habían visto en el centro clandestino de detención “El Vesubio”, junto a la partera María Luisa Martínez, su compañera de trabajo, a quien habían secuestrado siete días antes.  El dato lo había aportado una de las pocas sobrevivientes de ese lugar, Elena Alfaro.
Pasaron casi tres décadas desde entonces, y más de treinta y tres años de su desaparición, una cantidad de años mayor a la edad que la propia enfermera tenía cuando se la llevaron. Sin embargo, mediante la Iniciativa Latinoamericana para la Identificación de Personas, el Equipo Argentino e Antropología Forense logró identificar sus restos.
En medio, la Cámara Federal de La Plata llevó adelante los Juicios por la Verdad, con el impulso de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) platense. Y por allí pasaron la hermana de Generosa, la hermana de la parturienta que puso en marcha la red de solidaridad que terminó convirtiendo a la enfermera en víctima, también lo hicieron muchos de quienes por entonces eran médicos y enfermeros en el hospital quilmeño. Buena parte de ellos dijo no recordar los hechos.
Pero los hechos quedaron claros para muchos otros de los protagonistas, que los fueron reconstruyendo. Y que permitieron armar el rompecabezas.

EL PARTO
Silvia Mabel Isabella Valenzi tenía 20 años y un embarazo de cuatro meses cuando desapareció, un 22 de diciembre de 1976, saliendo de La Plata rumbo a Quilmes. Nada se supo de ella, y en vano fueron todos los esfuerzos de sus padres, y del resto de su familia para encontrarla.
Para saber de su paso por el centro clandestino de detención Pozo de Quilmes, en la actual sede de la DDI, a cien metros del hospital Iriarte, habría que esperar, al menos, hasta 1982, cuando el entonces Obispo Jorge Novak recibiera abiertamente a familiares y empezara a confeccionar listas de secuestrados, para cruzar datos.
Allí, la madre de una joven bernalense, hoy también desaparecida, conoció a Rosa Isabella Valenzi, la hermana mayor de Silvia. A partir de allí se sabría que Silvia había estado en el Pozo de Quilmes.
De su destino final, en el Pozo de Banfield, durante algo más de una veintena de días, desde la mañana posterior al parto, y hasta que se perdiera todo rastro, se sabría ya en democracia.
Pero ya en 1977 se supo del parto, y de la inusual situación de que este tuviera lugar en un hospital (por entonces) municipal, como el Iriarte, dado que la joven se encontraba en calidad de secuestrada.
En la noche del 1º de abril de 1977, Silvia Isabella Valenzi fue llevada a la Maternidad del Hospital, fue atendida, y alrededor de las 3 de la madrugada del día siguiente, nació su hija, a la que llamó Rosita. Tres horas más tarde, la madre era llevada por uniformados en una camioneta sin identificación.
Al ser arrastrada por los pasillos del hospital, gritó su nombre y su domicilio, en La Plata. Una partera que la escuchó mandó a avisar a su familia, en forma secreta, y por un anónimo. Era María Luisa Martínez, y sería secuestrada en su casa de Quilmes el 7 de abril.

LA INTERVENCION DE GENEROSA
Seis días más tarde, la madre de Silvia Isabella Valenzi se hizo presente en el hospital Iriarte, y explicó su situación. Una enfermera le dijo que la bebé había quedado alojada en el nosocomio, porque había nacido con bajo peso, y no se la podía retirar, pero que nada se sabía de la madre.
Concepción Isabella Valenzi, la madre de Silvia, fue acompañada por Generosa Fratassi hasta la oficina del director del hospital. Todo le fue negado a la mujer, desde la presencia de la bebé, hasta la existencia del parto, y los demás detalles que la enfermera había narrado.
Ante la desmentida de Roberto Iriarte, el entonces director del nosocomio, Fratassi fue lapidaria: “no lo niegue más, doctor, que el nacimiento fue anotado en el Libro de partos”.
Las dos mujeres debieron salir de la oficina, y la angustiada madre también del Hospital. En el camino un médico le dijo que su nieta aún estaba en Neonatología, y la mujer confesó a su familia que hasta había creído ver a una pequeña con la que sintió una especial conexión. Nada pudo hacer.
El Libro de partos fue luego burdamente tachado, y en lugar del nombre de Isabella Valenzi, que pudo seguir leyéndose, se inscribió NN.
Un día más tarde, ya 14 de abril de 1977, y mientras realizaba sus tareas habituales, Fratassi recibió una llamada de Carlos Eduardo Miranda, portero del Iriarte, quien le comunicó que un hombre la buscaba en la entrada. Cuando la mujer llegó, eran cuatro los sujetos, estaban armados, y la atenazaron de los brazos.
Generosa salió el vilo, llevada por los desconocidos, y con sus pies arrastrándose sobre el suelo, para perderse en la misteriosa noche de la dictadura, de la que sólo podría salir treinta y tres años después.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Enfermeria Presente en la Marcha Federal Universitaria

El colectivo de enfermería no debe estar ajeno a la marcha federal universitaria, muchos de nosotros somos primera generación de universitar...