Médicos y enfermeras agotados de atender enfermos de dengue
http://www.latribuna.hn/web2.0/?p=158548
TEGUCIGALPA.- Son muchos los enfermos por dengue clásico y hemorrágico que ingresan a las emergencias del Hospital Escuela y el Materno Infantil que los médicos y enfermeras ya se duermen de pie en cualquier lugar que se recuestan y caminan con los ojos casi cerrados de tanto cansancio, sobre todo en el horario de la madrugada.
El sueño y el cansancio dominan a los médicos y enfermeras después de varias noches de hacer turno en el ajetreo de atender a los pacientes enfermos de dengue.
La epidemia recrudeció desde hace unos cuatro meses, en contraste con las salas que son las mismas, igual que el personal y las fuerzas comienzan a disminuirse porque los galenos y empleados de enfermería trabajan por turnos durante las 24 horas sin tiempo ni para alimentarse porque de forma permanente monitorean decenas de pacientes en estado delicado de salud.
Durante los turnos de noche, los médicos y las enfermeras se ven trasnochados y hasta se duermen sobre las hojas de papel y el lápiz en mano, al momento de llenar los reportes clínicos de cada paciente.
Este es el caso de la enfermera Yaneth Carranza, quien ya se ve agotada de permanecer en guardia día y noche en las unidades que han habilitado para la atención de los afectados por la variante hemorrágica.
“Ya el cuerpo no nos da para más porque tenemos varios meses de estar en emergencia por el dengue y cada día vienen más niños graves, desmayados y en shock y la lucha aquí es que no se nos mueran estos niños”, detalló la abnegada profesional de la enfermería.
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TEGUCIGALPA.- Son muchos los enfermos por dengue clásico y hemorrágico que ingresan a las emergencias del Hospital Escuela y el Materno Infantil que los médicos y enfermeras ya se duermen de pie en cualquier lugar que se recuestan y caminan con los ojos casi cerrados de tanto cansancio, sobre todo en el horario de la madrugada.
El sueño y el cansancio dominan a los médicos y enfermeras después de varias noches de hacer turno en el ajetreo de atender a los pacientes enfermos de dengue.
La epidemia recrudeció desde hace unos cuatro meses, en contraste con las salas que son las mismas, igual que el personal y las fuerzas comienzan a disminuirse porque los galenos y empleados de enfermería trabajan por turnos durante las 24 horas sin tiempo ni para alimentarse porque de forma permanente monitorean decenas de pacientes en estado delicado de salud.
Durante los turnos de noche, los médicos y las enfermeras se ven trasnochados y hasta se duermen sobre las hojas de papel y el lápiz en mano, al momento de llenar los reportes clínicos de cada paciente.
Este es el caso de la enfermera Yaneth Carranza, quien ya se ve agotada de permanecer en guardia día y noche en las unidades que han habilitado para la atención de los afectados por la variante hemorrágica.
“Ya el cuerpo no nos da para más porque tenemos varios meses de estar en emergencia por el dengue y cada día vienen más niños graves, desmayados y en shock y la lucha aquí es que no se nos mueran estos niños”, detalló la abnegada profesional de la enfermería.
El sueño y el cansancio dominan a los médicos y enfermeras después de varias noches de hacer turno en el ajetreo de atender a los pacientes enfermos de dengue.
50 PACIENTES EN UNA SALA
Los médicos internos son los que más sufren el agotamiento durante las largas jornadas.
Los médicos internos son los que más sufren el agotamiento durante las largas jornadas.
Los médicos internos son los que más sufren el agotamiento durante las largas jornadas.
Carranza contó que “aquí se nos inflaman los pies de andar paradas día y noche; nos dormimos paradas. Esto nos tiene tan agotadas que ya no soportamos, principalmente las enfermeras profesionales y las auxiliares, pero entre todas le echamos ganas”.
A esas unidades a diario ingresan unos 50 pacientes con severas sintomatologías de dengue, sin embargo por la noche ingresa otra similar cantidad de enfermos, de forma que se les vuelve tedioso trabajar con sobre-cupo.
Carranza comentó que la pesadilla comienza cuando tienen hospitalizados a varios niños graves y al mismo tiempo ingresan otros de igual o mayor gravedad y no hay espacio ni personal para hacerle frente a esos apuros; eso las desgasta.
“He descuidado a mi familia, mi casa y otras obligaciones, pero qué podemos hacer nosotras que vivimos de esto, es por eso que le pedimos a la población que evite que sus niños se les enfermen de dengue para que todos nos evitemos esta situación”, solicitó.
La empleada comentó que en momentos de apuros los mismos familiares la hacen de enfermeras y enfermeros aunque sea suministrándole líquido a sus enfermos deshidratados para evitar que las plaquetas se les sigan bajando y no caer en el riesgo de muerte.
A esas unidades a diario ingresan unos 50 pacientes con severas sintomatologías de dengue, sin embargo por la noche ingresa otra similar cantidad de enfermos, de forma que se les vuelve tedioso trabajar con sobre-cupo.
Carranza comentó que la pesadilla comienza cuando tienen hospitalizados a varios niños graves y al mismo tiempo ingresan otros de igual o mayor gravedad y no hay espacio ni personal para hacerle frente a esos apuros; eso las desgasta.
“He descuidado a mi familia, mi casa y otras obligaciones, pero qué podemos hacer nosotras que vivimos de esto, es por eso que le pedimos a la población que evite que sus niños se les enfermen de dengue para que todos nos evitemos esta situación”, solicitó.
La empleada comentó que en momentos de apuros los mismos familiares la hacen de enfermeras y enfermeros aunque sea suministrándole líquido a sus enfermos deshidratados para evitar que las plaquetas se les sigan bajando y no caer en el riesgo de muerte.
Muchas veces, los familiares hacen de enfermeras o enfermeros porque durante la noche a cada 15 minutos les deben suministrar líquidos a los enfermos.
En ocasiones, las enfermeras auxiliares prefieren quedarse durmiendo en el hospital que irse a sus casas porque el sueño las domina, al igual que los médicos que realizan su internado que no se retiran de esas tareas porque es parte de su formación profesional de hacer turnos en las emergencias y salas de hospitalización.
VIGILAR SIGNOS DE ALERTA
Por su parte, Joel Calderón, uno de los médicos internistas, señaló que en esas salas ellos viven momentos de tensión combinado con cansancio y sueño porque en las salas donde hay capacidad para diez pacientes atiende a 30 y todos son de sumo cuidado.
“Aquí ni un momento hay que descuidarse porque tenemos que estar vigilando los signos de alerta de los niños, principalmente los graves que en cualquier momento convulsionan porque cuando uno menos acuerda las plaquetas se les están bajando”, relató.
El galeno dijo que todas las semanas están repitiendo turnos de 24 horas y eso mental y físicamente afecta porque el cuerpo no se termina de reponer. “Pero lo importante es mantener estable a los pacientes que ingresan en crisis por las fiebres, dolores y toda la sintomatología que provoca el dengue”, puntualizó.
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