27 nov 2010

Santander, España.-

Enfermeras del cuerpo y alma del Pesquero

Las religiosas llegaron hace 64 años al poblado y se han dejado la vida, felices, ayudando. Sus convecinos se lo agradecen esta tarde
Las primeras monjas llegaron al Pesquero en el año 1946. Fue una iniciativa del sacerdote Ángel Herrera Oria. Preocupado por las familias de humildes pescadores, pensó en la necesidad de contar con unas monjas que atendiesen sus necesidades humanas y espirituales. Hoy sus convecinos les rinden homenaje por esos 64 años de trabajo y asistencia. Con misa en la parroquia, a las seis de la tarde, y posterior merienda.
Varias de las monjas son ya ancianas, pero siguen en la brecha: dos trabajan como voluntarias en la guardería, una colabora en Cáritas, otra trabaja en la pastoral carcelaria y otra sigue como enfermera, recorriendo casas del barrio. «Hacemos pocas cosas, ya somos mayores, pero hasta tanto nos lleven a una residencia de ancianas, aquí seguiremos en la que siempre ha sido nuestra casa». Así resume el trabajo de las ancianas monjas su superiora, Felisa Ugalde. «Hasta que tengamos que dejar esta casa -dice- seguimos adelante con la catequesis, con la pastoral de presos, con el apoyo a gitanos...»
Los recuerdos de Felisa son las historia del Pesquero: «Hace cuarenta años había tres aulas de niños, un parvulario al que los niños venían descalzos, vestidos con la chaqueta de sus padres amarrada a la cintura con una cuerda.. salían corriendo de la clase cuando veían llegar los barcos...». Su relato prosigue con tristeza, en una monja que es esencialmente alegre: «Eran otros tiempos, muy diferentes a los actuales, en los que había pobreza. Los niños aquí al menos comían caliente una vez al día».
Felisa llegó con 31 años al Pesquero, estudió Enfermería en Valdecilla, después se fue al psiquiátrico de Santa Agueda (Mondragón) y regresó el 28 de octubre de 2009, como superiora. «Ya me había despistado de muchos. Aquellos niños, aquellos chavales con los que hacíamos marchas por el campo, ahora son padres».
Entre las monjas fundadoras está Sor Juana Mari, 83 años. Llegó al Pesquero en diciembre de 1947. «Vine para abrir la guardería, que inauguramos el 22 de abril de 1948. Venían los niños a comer, les hacíamos cocido... El barrio ha cambiado mucho, ¡hasta tenemos una avenida muy elegante. Los niños llegaban a las ocho de la mañana y estaban hasta las seis de la tarde, les dábamos el desayuno y la comida y, por la tarde, ya regresaban a sus casas. Sigo viendo a muchos de aquellos niños, algunos hasta ya son abuelos», dice con alegría».
Las 'monjas del Pesquero' forman una familia bien avenida. Está compuesta por Felisa Ugalde (Guipúzcoa), Manuela Aragón (Barcelona); Rosalía Vilas (Santiago de Compostela), María Ángeles Hernando (Burgos), Agueda Sáenz de Gordoa (Guipúzcoa), Juana María Arana (Alava), Emilia Montón

Enfermeras del cuerpo y alma del Pesquero
Seis de las nueve monjas del Pesquero. Detrás (izquierda a derecha), Felisa Ugalde, Manuela Aragón, Rosalía Vilas y María Ángeles Herrero. Sentadas, Agueda Sáenz de Gordoa y Juana Arana. :: SANE

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