Una paciente ofuscada escupe en la cara a una enfermera del Emili Darder
El sindicato de enfermería denuncia la falta de seguridad en el centro de salud del Polígon de Llevant
I. OLAIZOLA PALMA Una ofuscada familiar de un paciente intentó agredir a una enfermera y, ante la intervención de una enferma presente en la sala de espera, se tuvo que "conformar" con escupir en la cara al objeto de sus iras, según denunció ayer el sindicato de enfermería SATSE.
Este suceso tuvo lugar el pasado día 9 de diciembre en el centro de salud Emili Darder, en el Polígon de Llevant, un ambulatorio que ha cobrado notoriedad en los últimos tiempos por los numerosos intentos de agresión, algunos de ellos consumados, que han padecido sus trabajadores.
Sin ir más lejos, ese mismo día otro paciente se marchó de una consulta profundamente irritado y pegando un portazo que faltó poco para que desencajara la puerta de sus goznes. Otra usuaria que preguntó por su médico de cabecera en admisión, al serle comunicado que el facultativo no estaba trabajando, insultó a la trabajadora llamándola "puta".
Como reveló el sindicato SATSE, en la primera de las agresiones, la mujer acudió al centro de salud sin cita previa para pedir un medicamento para un familiar y no encontró a su médico habitual. No obstante, otro facultativo le expidió las recetas que necesitaba. Sin embargo, ante nuevas demandas de fármacos no tan urgentes, el personal sanitario le recomendó volver al centro de salud en otra ocasión en la que sí estuviera presente su médico de cabecera para que se los recetara.
Fue en ese momento cuando la familiar montó en cólera e intentó agredir a una de las enfermeras del Emili Darder, maltrato que fue impedido por otra paciente que esperaba fuera de la consulta que, sin embargo, no pudo impedir que la enfermera recibiera un escupitajo en pleno rostro.
Que las agresiones son el pan corriente de cada día en este conflictivo centro de salud lo demuestra el hecho de que unos días antes, cuando un médico fue requerido por el 061 para hacer una salida domiciliaria y tuvo que abandonar durante un tiempo su consulta dejando a sus pacientes esperando, fuera insultado violentamente por sus enfermos al regresar por el retraso padecido durante la ausencia del facultativo.
El sindicato SATSE criticó que en un centro con estos antecedentes hayan desaparecido las cámaras de seguridad con las que contaba antes de que fueran retiradas por una reforma y ya no se volvieran a instalar.
Los representantes sindicales del colectivo de enfermería se hacían eco así de una información publicada por DIARIO de MALLORCA en la que se denunció que el centro de salud con uno de los historiales más abultados de agresiones a personal sanitario sólo cuenta con un botón de pánico situado en admisión, que las citadas tres cámaras de vigilancia situadas en los lugares más conflictivos del ambulatorio habían desaparecido tras una reforma y que las mamparas de protección brillaban por su ausencia.
Por todo ello, el sindicato de enfermería reiteró ayer que el "responsable de toda agresión es el agresor, pero es responsabilidad de la Administración sanitaria evitar que los agresores lo tengan fácil, y eso pasa por la aplicación estricta del Plan contra la Violencia".
"Por eso nos llama la atención la dejadez de la conselleria de Salud
Este suceso tuvo lugar el pasado día 9 de diciembre en el centro de salud Emili Darder, en el Polígon de Llevant, un ambulatorio que ha cobrado notoriedad en los últimos tiempos por los numerosos intentos de agresión, algunos de ellos consumados, que han padecido sus trabajadores.
Sin ir más lejos, ese mismo día otro paciente se marchó de una consulta profundamente irritado y pegando un portazo que faltó poco para que desencajara la puerta de sus goznes. Otra usuaria que preguntó por su médico de cabecera en admisión, al serle comunicado que el facultativo no estaba trabajando, insultó a la trabajadora llamándola "puta".
Como reveló el sindicato SATSE, en la primera de las agresiones, la mujer acudió al centro de salud sin cita previa para pedir un medicamento para un familiar y no encontró a su médico habitual. No obstante, otro facultativo le expidió las recetas que necesitaba. Sin embargo, ante nuevas demandas de fármacos no tan urgentes, el personal sanitario le recomendó volver al centro de salud en otra ocasión en la que sí estuviera presente su médico de cabecera para que se los recetara.
Fue en ese momento cuando la familiar montó en cólera e intentó agredir a una de las enfermeras del Emili Darder, maltrato que fue impedido por otra paciente que esperaba fuera de la consulta que, sin embargo, no pudo impedir que la enfermera recibiera un escupitajo en pleno rostro.
Que las agresiones son el pan corriente de cada día en este conflictivo centro de salud lo demuestra el hecho de que unos días antes, cuando un médico fue requerido por el 061 para hacer una salida domiciliaria y tuvo que abandonar durante un tiempo su consulta dejando a sus pacientes esperando, fuera insultado violentamente por sus enfermos al regresar por el retraso padecido durante la ausencia del facultativo.
El sindicato SATSE criticó que en un centro con estos antecedentes hayan desaparecido las cámaras de seguridad con las que contaba antes de que fueran retiradas por una reforma y ya no se volvieran a instalar.
Los representantes sindicales del colectivo de enfermería se hacían eco así de una información publicada por DIARIO de MALLORCA en la que se denunció que el centro de salud con uno de los historiales más abultados de agresiones a personal sanitario sólo cuenta con un botón de pánico situado en admisión, que las citadas tres cámaras de vigilancia situadas en los lugares más conflictivos del ambulatorio habían desaparecido tras una reforma y que las mamparas de protección brillaban por su ausencia.
Por todo ello, el sindicato de enfermería reiteró ayer que el "responsable de toda agresión es el agresor, pero es responsabilidad de la Administración sanitaria evitar que los agresores lo tengan fácil, y eso pasa por la aplicación estricta del Plan contra la Violencia".
"Por eso nos llama la atención la dejadez de la conselleria de Salud
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