Trabajar en la locomotora
Alemania busca jóvenes cualificados para mantener su crecimiento · Las asociaciones profesionales sevillanas advierten del peligro de una "fuga de cerebros"
La emigración a Alemania vuelve a ser noticia tres décadas después de aquellas fotos en blanco y negro con trenes repletos de jornaleros y maletas atadas con cuerdas. Esta vez la imagen será (ya está siendo) la de un joven universitario con alta cualificación portando un ordenador y con un billete de avión con destino a Berlín o Munich. La razón es muy sencilla: la llamada locomotora europea necesita unos 500.000 profesionales cualificados para mantener su espectacular crecimiento económico de un 3,6%. En Sevilla, con una tasa de paro del 24,6%, la oferta es más que interesante. Actualmente, la oferta oficial en la red Eures, el portal europeo de movilidad profesional, es de 269.436 puestos de trabajo. Según la Asociación de Ingenieros Alemanes, hacen falta cubrir 48.000 empleos en esta especidalidad.
La página web de la Embajada alemana en Madrid ya anuncia un acuerdo hispano-germánico de colaboración en materia de empleo. Concretamente, en nuestro país buscan a profesionales de la ingeniería, la sanidad, la docencia y la hostelería y el turismo, pero también se admiten de otros ámbitos. El único requisito es tener un nivel medio de alemán (B1 ó B2, según el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas). Como principales atractivos se ofrecen sueldos mucho más elevados, unas condiciones laborales envidiables para un español, un nivel de prestaciones sociales y de servicios más que satisfactoriosy, también, por qué no, la experiencia para un joven profesional de trabajar en un país de alto nivel tecnológico llamado a dirigir -cada vez está más claro- la futura Europa.
Aunque el convenio entre España y Alemania no está aún muy claro (pese a lo que se especuló, no estuvo presente en la cumbre hispano-germana celebrada esta semana), todo indica que lo que busca Alemania son profesionales jóvenes que quieran tener una primera experiencia laboral y que posteriormente regresen a España. Esto puede no ser más que una intención, pues los españoles, como ciudadanos de la Unión Europea, tienen derecho a trabajar y permanecer en Alemania el tiempo que quieran, dominando o no el idioma.
Las reacciones positivas y negativas en Sevilla no se han hecho esperar. "Actualmente, el número de ingenieros parados en Sevilla es muy bajo, apenas del 5%. Eso sí, un ingeniero primerizo cobra en Alemania el doble que en esta ciudad y, sobre todo, tiene una mayor consideración social. Es una oportunidad para los jóvenes", dice el decano del Colegio de Ingenieros Industriales de Andalucía Occidental, Aurelio Azaña.
Lo que más inquieta es que oferta alemana va camino de convertirse en una fuga de cerebros en los que se ha invertido mucho tiempo y dinero público. Según algunos cálculos, formar a un ingeniero industrial llega a costar hasta 50.000 euros, una cifra que aumenta considerablemente en los médicos hasta alcanzar los 200.000 euros. "Es frustrante ver cómo gente muy formada y en la que hemos invertido mucho dinero va a tener que irse a Alemania para encontrar un futuro", apunta el decano del Colegio de Farmaceúticos de Sevilla. De media, formar a cada universitario de la Hispalense, sea de letras, ciencias o técnicas, cuesta algo más de 7.000 euros al año.
El presidente de la Asociación Empresarial de Hostelería de Sevilla, Pedro Sánchez Cuerda, observa con "mucha preocupación" la opa lanzada por el gobierno alemán. "Nos ha costado mucho tiempo formar a nuestro personal. Ahora que por fin tenemos un momento óptimo observamos el convenio con inquietud. No nos gusta nada".
Para Reyes Zabala, presidenta provincial del sindicato de enfermeros Satse, la oferta alemana es atractiva debido a la "precariedad laboral en España y, en concreto, en Sevilla. Aquí hay necesidad de enfermeros en hospitales y atención primaria, pero se opta por la precariead y por no cubrir las plazas. Al final, nuestros enfermeros, cuya formación es de las mejores de Europa, tienen que emigrar".
"Esta oferta es una barbaridad, no por la intención del Gobierno alemán, sino porque pone de manifiesto nuestra situación. Los arquitectos recién formados no encuentran trabajo en ninguna parte", asegura el director de la Escuela Superior de Arquitectura de la Hispalense, Narciso Vázquez.
La página web de la Embajada alemana en Madrid ya anuncia un acuerdo hispano-germánico de colaboración en materia de empleo. Concretamente, en nuestro país buscan a profesionales de la ingeniería, la sanidad, la docencia y la hostelería y el turismo, pero también se admiten de otros ámbitos. El único requisito es tener un nivel medio de alemán (B1 ó B2, según el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas). Como principales atractivos se ofrecen sueldos mucho más elevados, unas condiciones laborales envidiables para un español, un nivel de prestaciones sociales y de servicios más que satisfactoriosy, también, por qué no, la experiencia para un joven profesional de trabajar en un país de alto nivel tecnológico llamado a dirigir -cada vez está más claro- la futura Europa.
Aunque el convenio entre España y Alemania no está aún muy claro (pese a lo que se especuló, no estuvo presente en la cumbre hispano-germana celebrada esta semana), todo indica que lo que busca Alemania son profesionales jóvenes que quieran tener una primera experiencia laboral y que posteriormente regresen a España. Esto puede no ser más que una intención, pues los españoles, como ciudadanos de la Unión Europea, tienen derecho a trabajar y permanecer en Alemania el tiempo que quieran, dominando o no el idioma.
Las reacciones positivas y negativas en Sevilla no se han hecho esperar. "Actualmente, el número de ingenieros parados en Sevilla es muy bajo, apenas del 5%. Eso sí, un ingeniero primerizo cobra en Alemania el doble que en esta ciudad y, sobre todo, tiene una mayor consideración social. Es una oportunidad para los jóvenes", dice el decano del Colegio de Ingenieros Industriales de Andalucía Occidental, Aurelio Azaña.
Lo que más inquieta es que oferta alemana va camino de convertirse en una fuga de cerebros en los que se ha invertido mucho tiempo y dinero público. Según algunos cálculos, formar a un ingeniero industrial llega a costar hasta 50.000 euros, una cifra que aumenta considerablemente en los médicos hasta alcanzar los 200.000 euros. "Es frustrante ver cómo gente muy formada y en la que hemos invertido mucho dinero va a tener que irse a Alemania para encontrar un futuro", apunta el decano del Colegio de Farmaceúticos de Sevilla. De media, formar a cada universitario de la Hispalense, sea de letras, ciencias o técnicas, cuesta algo más de 7.000 euros al año.
El presidente de la Asociación Empresarial de Hostelería de Sevilla, Pedro Sánchez Cuerda, observa con "mucha preocupación" la opa lanzada por el gobierno alemán. "Nos ha costado mucho tiempo formar a nuestro personal. Ahora que por fin tenemos un momento óptimo observamos el convenio con inquietud. No nos gusta nada".
Para Reyes Zabala, presidenta provincial del sindicato de enfermeros Satse, la oferta alemana es atractiva debido a la "precariedad laboral en España y, en concreto, en Sevilla. Aquí hay necesidad de enfermeros en hospitales y atención primaria, pero se opta por la precariead y por no cubrir las plazas. Al final, nuestros enfermeros, cuya formación es de las mejores de Europa, tienen que emigrar".
"Esta oferta es una barbaridad, no por la intención del Gobierno alemán, sino porque pone de manifiesto nuestra situación. Los arquitectos recién formados no encuentran trabajo en ninguna parte", asegura el director de la Escuela Superior de Arquitectura de la Hispalense, Narciso Vázquez.
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