Una enfermera de las que hace historia
http://www.radioangulo.cu/noticias/holguin/16516-una-enfermera-de-las-que-hace-historia.html
Quizás porque, como escribió José Martí: Los ojos crecen más y se hacen más brillantes con la práctica de ejercicios saludables, es que tanto resplandecen los verdes y grandes ojos de la holguinera Luz del Alba Ramírez Batista, una enfermera que - a golpe de esfuerzos y sacrificios – se ha colocado en el corazón de muchos holguineros.
"Trabajar con pacientes oncológicos es una tarea que requiere de mucho amor y entrega, de mucha paciencia y sensibilidad humana, además de contar con la debida preparación. Es lo que hacemos cada día en la sala de oncología del Hospital Lenin, donde trabajo, y quiero que sepas que el mejor pago que recibimos es el agradecimiento de pacientes y familiares. Eso reconforta y compromete".
¿Por qué decidiste hacerte enfermera?
"Desde niña, allá en El Caró de Monte Verde donde nací (pertenece al municipio montañoso de Sagua de Tánamo, me atrajo la enfermería. Primero porque encontraba lindo el uniforme blanco y la cofia, de igual color, adornando la cabeza. Después, cuando tomé conciencia de su importancia, me atrajo mucho más y ya no pude sustraerme de la idea de estudiar duro y no parar hasta graduarme de enfermera, como lo hice".
El 11 de septiembre de 1962 nació Luz del Alba en una zona rural donde – a pesar de su corta edad - tuvo que apoyar al padre en sus labores de carpintero y también conoció algunos secretos de la agricultura. Esos años difíciles la prepararon para la vida en la que ha hecho gala de su nombre compuesto, porque al decir del propio Maestro: "Luz es una especie de espíritu que brota del sol en el cielo, y de las mujeres en la tierra".
Menor de seis hermanos, no fue una muchacha mimada. Comenzó a estudiar a los nueve años y a los 15 ingresó a la enseñanza secundaria en una escuela interna.
"Fueron años muy difíciles y haber nacido en aquella zona montañosa, donde pasé mucho trabajo, me decidió a no detener la marcha hasta lograr mis anhelos. Estudié duro hasta graduarme como enfermera en Moa (municipio más oriental de esta provincia de Holguín). Trabajé allá, pero es en el hospital Lenin donde más he permanecido durante los 29 años que acabo de cumplir como enfermera".
¿En qué especialidades has trabajado?
"Primero en la sala de cirugía, pero el mayor tiempo ha sido en oncología, directamente con los pacientes. Quiero que sepas que me siento muy querida por cada uno de ellos y ellas, por sus familiares. Eso compromete ¿sabes?".
Aunque es madre soltera, con dos hijos (una muchacha de 17 años que estudiará turismo; un varón de seis que piensa ser bombero) nada la detiene. Está a punto de vencer la licenciatura, porque "podré tener muchos problemas, pero organizo mi vida de tal manera que lo hago todo atendiendo a un orden de prioridades. Seguir superándome es una de ellas".
Pero, además del trabajo, los estudios universitarios y la atención a la casa, ¿tienes muchas otras responsabilidades y actividades?
"Bueno, no me pierdo ninguna tarea sindical; he participado en muchas movilizaciones hacia la agricultura y otros frentes; soy presidenta de mi cuadra cederista (Comités de Defensa de la Revolución); hago preparación física y apoyo a varios de mis compañeros en esos deportes. Por esas y otras actividades, fui Vanguardia Nacional".
¿Qué te ha marcado más en los 29 años de ejercicio de la enfermería?
"La misión internacionalista que cumplí en Irak en 1989, cuando la Guerra del Golfo, y los cubanos no estamos acostumbrados. Me afectó mucho, porque atendimos heridos, quemados, a 492 kilómetros de la capital, ciudad de Mosul, y un niño de tres años con un brazo amputado. No tenía hijos en aquella época y no se me olvida ese horrible suceso.
Dejo los problemas en la casa. Una sonrisa, calma, ecuanimidad. Me encanta la enfermería, confiesa la holguinera Luz del Alba.
"…quien se encierra en sí, vive con leones, y quien se saca de sí, y se da a los otros, vive entre palomas".
Quizás porque, como escribió José Martí: Los ojos crecen más y se hacen más brillantes con la práctica de ejercicios saludables, es que tanto resplandecen los verdes y grandes ojos de la holguinera Luz del Alba Ramírez Batista, una enfermera que - a golpe de esfuerzos y sacrificios – se ha colocado en el corazón de muchos holguineros.
"Trabajar con pacientes oncológicos es una tarea que requiere de mucho amor y entrega, de mucha paciencia y sensibilidad humana, además de contar con la debida preparación. Es lo que hacemos cada día en la sala de oncología del Hospital Lenin, donde trabajo, y quiero que sepas que el mejor pago que recibimos es el agradecimiento de pacientes y familiares. Eso reconforta y compromete".
¿Por qué decidiste hacerte enfermera?
"Desde niña, allá en El Caró de Monte Verde donde nací (pertenece al municipio montañoso de Sagua de Tánamo, me atrajo la enfermería. Primero porque encontraba lindo el uniforme blanco y la cofia, de igual color, adornando la cabeza. Después, cuando tomé conciencia de su importancia, me atrajo mucho más y ya no pude sustraerme de la idea de estudiar duro y no parar hasta graduarme de enfermera, como lo hice".
El 11 de septiembre de 1962 nació Luz del Alba en una zona rural donde – a pesar de su corta edad - tuvo que apoyar al padre en sus labores de carpintero y también conoció algunos secretos de la agricultura. Esos años difíciles la prepararon para la vida en la que ha hecho gala de su nombre compuesto, porque al decir del propio Maestro: "Luz es una especie de espíritu que brota del sol en el cielo, y de las mujeres en la tierra".
Menor de seis hermanos, no fue una muchacha mimada. Comenzó a estudiar a los nueve años y a los 15 ingresó a la enseñanza secundaria en una escuela interna.
"Fueron años muy difíciles y haber nacido en aquella zona montañosa, donde pasé mucho trabajo, me decidió a no detener la marcha hasta lograr mis anhelos. Estudié duro hasta graduarme como enfermera en Moa (municipio más oriental de esta provincia de Holguín). Trabajé allá, pero es en el hospital Lenin donde más he permanecido durante los 29 años que acabo de cumplir como enfermera".
¿En qué especialidades has trabajado?
"Primero en la sala de cirugía, pero el mayor tiempo ha sido en oncología, directamente con los pacientes. Quiero que sepas que me siento muy querida por cada uno de ellos y ellas, por sus familiares. Eso compromete ¿sabes?".
Aunque es madre soltera, con dos hijos (una muchacha de 17 años que estudiará turismo; un varón de seis que piensa ser bombero) nada la detiene. Está a punto de vencer la licenciatura, porque "podré tener muchos problemas, pero organizo mi vida de tal manera que lo hago todo atendiendo a un orden de prioridades. Seguir superándome es una de ellas".
Pero, además del trabajo, los estudios universitarios y la atención a la casa, ¿tienes muchas otras responsabilidades y actividades?
"Bueno, no me pierdo ninguna tarea sindical; he participado en muchas movilizaciones hacia la agricultura y otros frentes; soy presidenta de mi cuadra cederista (Comités de Defensa de la Revolución); hago preparación física y apoyo a varios de mis compañeros en esos deportes. Por esas y otras actividades, fui Vanguardia Nacional".
¿Qué te ha marcado más en los 29 años de ejercicio de la enfermería?
"La misión internacionalista que cumplí en Irak en 1989, cuando la Guerra del Golfo, y los cubanos no estamos acostumbrados. Me afectó mucho, porque atendimos heridos, quemados, a 492 kilómetros de la capital, ciudad de Mosul, y un niño de tres años con un brazo amputado. No tenía hijos en aquella época y no se me olvida ese horrible suceso.
Dejo los problemas en la casa. Una sonrisa, calma, ecuanimidad. Me encanta la enfermería, confiesa la holguinera Luz del Alba.
"…quien se encierra en sí, vive con leones, y quien se saca de sí, y se da a los otros, vive entre palomas".
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