30 ene 2012

Las plazas para enfermería han aumentado esta convocatoria un 18,1%

Cinco horas de pupitre para ser médico residente

2.856 facultativos valencianos se examinan para conseguir una de las 6.558 plazas de toda España

 
En la Universitat Politècnica de Valencia ayer no había clases sin embargo en las aulas de cuatro de sus facultades no hubo día de fiesta. En ellas se examinaron 2.856 facultativos valencianos en busca de una de las 6.558 plazas de médico residente interino (MIR) convocadas por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
A las cuatro de la tarde comenzó el examen en 21 localidades españolas, con un total de 13.500 aspirantes, casi la mitad de ellos titulados en Enfermería. También participaron farmacéuticos, psicólogos, biólogos, radiofísicos y químicos.
«Esta es la segunda vez que me presento pero no lo he preparado demasiado ya que he estado trabajando seis meses por una sustitución y no he tenido tiempo», explicaba Natalia, a la salida de su prueba. Aun así reconocía que no le había ido mal «porque no era muy difícil».
Casada y madre de un niño de seis años no descarta irse fuera de Valencia a trabajar. «Con tan pocas plazas no queda otra solución, aunque nos desbarataría la vida por completo», reconoce esta joven matrona. En dos horas, ella y otros 1.363 enfermeros, habían concluido su examen, pero a los médicos aún les quedaba un buen rato hasta su finalización a las nueve de la noche.
Las plazas para enfermería han aumentado esta convocatoria un 18,1% -159 plazas más-. No sucede lo mismo con las de médico, que aunque se han reducido ligeramente, un 0,2% -23 menos-, también han experimentado una mayor demanda. De hecho, el número de aspirantes ha crecido un 12% respecto al año anterior -cuando hubo 4.053 titulados menos- y hasta un 90% si se compara con la convocatoria de hace cinco años, con 17.968 candidatos menos.
Entre las novedades, cabe reseñar la exigencia de un dominio más exhaustivo del castellano a los aspirantes nacionales cuya lengua oficial no sea la española. Según el Ministerio, dada la «especial importancia» que tiene la comunicación oral y escrita con el enfermo, con otros profesionales sanitarios y con todos los implicados en la prestación de la asistencia sanitaria.
Aunque en la convocatoria de 2006/2007 se incorporó como requisito de admisión de esos médicos la obligada acreditación del conocimiento del castellano, en esta se ha elevado el nivel requerido, exigiendo el diploma de nivel avanzado o C2 del Instituto Cervantes o el nivel avanzado B de la escuela oficial de idiomas -los más elevados en cada institución-.
Desde luego, un examen con condiciones en general muy duras que deja a muchos en el camino. Aunque también hay quien se lo toma como una especie de «ensayo». «Es la primera vez que nos presentamos, para ver en qué consiste. Cuando se convoquen las plazas de la especialidad que nos interesa entonces sí que hincaremos bien los codos», resumían Jennifer y Jesús. Los dos estudian también inglés «porque con la crisis seguramente acabemos trabajando en el extranjero».
 

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