OPINIÓN
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Última actualización 19/01/2012@19:31:19 GMT+1
¿Necesitan los ciudadanos enfermeras especialistas en atención primaria? Si, rotundamente. Las razones son que la creación de especialistas en enfermería comunitaria protege y garantiza los derechos y los cuidados de nuestros ciudadanos.
Las necesidades de atención en Salud de la población (sobre todo las nuevas: cronicidad y envejecimiento) se corresponden mucho más con el paradigma enfermero, somos los profesionales que mejor podemos responder a las necesidades de los ciudadanos en este momento tanto en las enfermedades crónicas, dependencia-cuidadoras, y educación para la salud en la comunidad (además de la continuidad de los cuidados, apoyo, educación para la salud, ayuda para el afrontamiento efectivo de enfermedades crónicas, cuidados preventivos).
El sistema sanitario está saturado porque cada vez vivimos más tiempo, tenemos hábitos higiénico-sanitarios cada vez peores y la población envejece (debido a los avances técnico-científicos) y cada vez hay más enfermedades crónicas. La enfermera puede contribuir de forma decisiva a mejorar la situación enseñando autocuidados a la población crónica (menos complicaciones, afrontar mejor, menos ingreso, menos gasto) y por otro lado, interviniendo en la comunidad (sobre todo en colegios) para enseñar hábitos saludables y controlar y evitar complicaciones.
La nueva formación de Grado (cuatro años) y la especialización (dos años) pondrán en el mercado a profesionales mucho más competentes y el sistema sanitario estará en condiciones de adecuar la oferta de servicios a las necesidades de atención de salud de la población. Las enfermeras pueden resolver muchas de estas necesidades.
¿Cuál es la situación actual de la enfermera en Atención Primaria?¿Qué aporta la especialización?
Desde que se inició la reforma de la atención primaria de salud (APS) en España en 1984, muchos han sido los avances que se han producido en la profesión de enfermería. Se pasó de un enfoque centrado en las técnicas y el apoyo a las consultas médicas, a otro centrado en la prevención y la promoción de la salud interviniendo también en el control de ciertas patologías crónicas.
La Circular 5/90 del Insalud supuso un nuevo avance al especificar de forma clara cuáles eran las funciones y actividades que se encomendaban a las enfermeras de atención primaria. Además, esa misma norma, establecía circuitos de coordinación y derivación con el resto de profesionales del equipo de atención primaria.
El paso del tiempo ha propiciado la aparición de nuevos procesos, nuevas enfermedades que han ido haciendo más complejos los servicios que prestan las enfermeras a la población. Desde la atención domiciliaria a la capacitación de la familia para el cuidado de una persona inmovilizada o terminal, el apoyo a la crianza, el autocuidado en las enfermedades más comunes como resfriado, gripe, diarreas, el seguimiento y educación en el autocuidado de los pacientes crónicos, la deshabituación tabáquica, el afrontamiento de problemas psicosociales en la familia y en la esfera social, etc.
Para resolver estos problemas con la adecuada calidad, las enfermeras han tenido que ir preparando su formación de forma personal, voluntarista. En este momento, la puesta en marcha de la Especialidad de Enfermería Familiar y Comunitaria, ya recogida desde el año 2005, va a garantizar una formación homogénea y específica para todas las enfermeras que deseen trabajar en este ámbito sanitario.
Por lo tanto la sociedad necesita enfermeras especialistas porque la formación de grado no puede aportar la capacitación necesaria para poder resolver estos problemas con la necesaria eficiencia.
Además se ha de evitar que una enfermera que nunca ha estado en atención primaria, pueda ser trasladada desde una unidad de hospitalización a una consulta de un día para otro, para resolver los problemas de su población, sin la formación necesaria. De igual manera que a la inversa. La especialización no es sólo una cuestión de índole profesional sino una garantía de que los ciudadanos reciben los cuidados que necesitan.
Además estamos firmemente convencidos de que unas enfermeras especialistas pueden abordar y resolver la mayoría de los problemas por los que los ciudadanos acuden a los centros de salud, dotando de eficiencia al Sistema Nacional de Salud y contribuyendo a su sostenibilidad. Y esto no puede depender de la voluntariedad de las enfermeras sino que los gestores deben apostar firmemente por desarrollar los servicios enfermeros, sin perder de vista que el gran beneficiado de esto es el ciudadano, que va a recibir unos cuidados de mayor calidad y una oferta de servicios unificada.
Lo que en definitiva garantiza la especialidad de Enfermería Familiar y Comunitaria, son unos cuidados de mayor calidad y una oferta de servicios enfermeros unificada.
José Manuel Sánchez García. Enfermero Atención Primaría. (Servicio Madrileño de Salud), Máster en Salud Pública y Educación para Salud. Profesor Asociado de Universidad. Vocal Sociedad Enfermería Madrileña de Atención Primaria (SEMAP).
Carmen Solano Villarubia. Enfermera Especialista.(Servicio Madrileño Salud), Diplomada en Sanidad. Responsable de Centros de Salud, Dirección Asistencial Sureste. Presidenta Sociedad Enfermeria Madrileña de Atención Primaria (SEMAP).
El sistema sanitario está saturado porque cada vez vivimos más tiempo, tenemos hábitos higiénico-sanitarios cada vez peores y la población envejece (debido a los avances técnico-científicos) y cada vez hay más enfermedades crónicas. La enfermera puede contribuir de forma decisiva a mejorar la situación enseñando autocuidados a la población crónica (menos complicaciones, afrontar mejor, menos ingreso, menos gasto) y por otro lado, interviniendo en la comunidad (sobre todo en colegios) para enseñar hábitos saludables y controlar y evitar complicaciones.
La nueva formación de Grado (cuatro años) y la especialización (dos años) pondrán en el mercado a profesionales mucho más competentes y el sistema sanitario estará en condiciones de adecuar la oferta de servicios a las necesidades de atención de salud de la población. Las enfermeras pueden resolver muchas de estas necesidades.
¿Cuál es la situación actual de la enfermera en Atención Primaria?¿Qué aporta la especialización?
Desde que se inició la reforma de la atención primaria de salud (APS) en España en 1984, muchos han sido los avances que se han producido en la profesión de enfermería. Se pasó de un enfoque centrado en las técnicas y el apoyo a las consultas médicas, a otro centrado en la prevención y la promoción de la salud interviniendo también en el control de ciertas patologías crónicas.
La Circular 5/90 del Insalud supuso un nuevo avance al especificar de forma clara cuáles eran las funciones y actividades que se encomendaban a las enfermeras de atención primaria. Además, esa misma norma, establecía circuitos de coordinación y derivación con el resto de profesionales del equipo de atención primaria.
El paso del tiempo ha propiciado la aparición de nuevos procesos, nuevas enfermedades que han ido haciendo más complejos los servicios que prestan las enfermeras a la población. Desde la atención domiciliaria a la capacitación de la familia para el cuidado de una persona inmovilizada o terminal, el apoyo a la crianza, el autocuidado en las enfermedades más comunes como resfriado, gripe, diarreas, el seguimiento y educación en el autocuidado de los pacientes crónicos, la deshabituación tabáquica, el afrontamiento de problemas psicosociales en la familia y en la esfera social, etc.
Para resolver estos problemas con la adecuada calidad, las enfermeras han tenido que ir preparando su formación de forma personal, voluntarista. En este momento, la puesta en marcha de la Especialidad de Enfermería Familiar y Comunitaria, ya recogida desde el año 2005, va a garantizar una formación homogénea y específica para todas las enfermeras que deseen trabajar en este ámbito sanitario.
Por lo tanto la sociedad necesita enfermeras especialistas porque la formación de grado no puede aportar la capacitación necesaria para poder resolver estos problemas con la necesaria eficiencia.
Además se ha de evitar que una enfermera que nunca ha estado en atención primaria, pueda ser trasladada desde una unidad de hospitalización a una consulta de un día para otro, para resolver los problemas de su población, sin la formación necesaria. De igual manera que a la inversa. La especialización no es sólo una cuestión de índole profesional sino una garantía de que los ciudadanos reciben los cuidados que necesitan.
Además estamos firmemente convencidos de que unas enfermeras especialistas pueden abordar y resolver la mayoría de los problemas por los que los ciudadanos acuden a los centros de salud, dotando de eficiencia al Sistema Nacional de Salud y contribuyendo a su sostenibilidad. Y esto no puede depender de la voluntariedad de las enfermeras sino que los gestores deben apostar firmemente por desarrollar los servicios enfermeros, sin perder de vista que el gran beneficiado de esto es el ciudadano, que va a recibir unos cuidados de mayor calidad y una oferta de servicios unificada.
Lo que en definitiva garantiza la especialidad de Enfermería Familiar y Comunitaria, son unos cuidados de mayor calidad y una oferta de servicios enfermeros unificada.
José Manuel Sánchez García. Enfermero Atención Primaría. (Servicio Madrileño de Salud), Máster en Salud Pública y Educación para Salud. Profesor Asociado de Universidad. Vocal Sociedad Enfermería Madrileña de Atención Primaria (SEMAP).
Carmen Solano Villarubia. Enfermera Especialista.(Servicio Madrileño Salud), Diplomada en Sanidad. Responsable de Centros de Salud, Dirección Asistencial Sureste. Presidenta Sociedad Enfermeria Madrileña de Atención Primaria (SEMAP).
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