26 mar 2012

El caso de los enfermeros uruguayos acusados de la muerte de 15 personas no es el primero.

¿Homicidas piadosos?

Publicado el 25/Marzo/2012 | 00:09

¿Homicidas piadosos?

Muertes en hospitales 

El caso de los enfermeros uruguayos acusados de la muerte de 15 personas no es el primero. La historia se repite en varios países 

MONTEVIDEO. "Llega un momento que no se puede tolerar tanto sufrimiento. Llegué al límite de mi persona, tomé una decisión de parar, de hacer que la gente dejara de sufrir mi intención no era parar la vida, sino permitir descansar". 

"No eran al azar. Se trataba de pacientes en etapa terminal, en la que ellos y la familia, según mi visión, estaban en un sufrimiento continuo". 

Las frases anteriores pertenecen a Juan Acevedo, de 36 años, y Marcelo Pereira, de 40 años, respectivamente, dos enfermeros encarcelados esta semana en Montevideo (Uruguay) por la muerte de 15 personas mientras estaban bajo su cuidado en dos hospitales de la capital uruguaya.

Uno de los enfermeros reconoció cinco crímenes y el otro, un total de 10. Los enfermeros inyectaban a los pacientes sobredosis de morfina y aire, en algunos casos, lo que les ocasionaba la muerte en pocos minutos. No obstante, reconocieron que actuaron por piedad con la intención de aliviar el sufrimiento de los pacientes.

Acevedo, que trabajaba en la clínica Asociación Española, fue imputado por 10 delitos de homicidio especialmente agravado; mientras que Pereira, que trabaja en esa casa de salud y también en el Hospital Maciel, fue procesado por el mismo delito pero por cinco casos.

Pero, para las autoridades esta motivación está desvirtuada, pues con la noticia de la detención cientos de denuncias de muertes repentinas en los hospitales han desencadenado la sospecha de que la cifra de 15 víctimas no sería la correcta.

Tras horrorizar al Uruguay y al mundo, el caso de los dos enfermeros amenaza con abrir una caja de pandora en este país, después de que una asociación de usuarios anunciara la recepción de 250 denuncias similares.

Según relata el diario uruguayo El País, la investigación por parte de las autoridades inició luego de que el médico José Pedro Patritti, jefe de la Unidad de Cuidados Coronarios (UCC) del Hospital Maciel, reportara un brusco incremento en los fallecimientos de pacientes registrados en 2011, que pasó de un promedio histórico de 3% o 4% anual a casi el 10%.

En el juzgado, Patritti dijo que todos los fallecidos eran enfermos graves pero que no estaban diagnosticados como enfermos terminales. 

Otra de las pistas que concluyeron en las detenciones fueron las sospechas de las enfermeras sobre la relación de Pereira con las muertes. 

Una enfermera afirmó que la presencia de Pereira en varios turnos era un denominador común de las muertes y que siempre ocurrían cuando este había pasado por la habitación del paciente con las luces apagadas y luego salía a informar que este habían entrado en paro. 

El caso que puso en evidencia el accionar de Pereira (que mataba a los enfermos suministrando medicación) ocurrió el 12 de marzo pasado, cuando le inyectó lidocaína a la paciente Santa Gladys Lemos, quien estaba internada en la UCC del Hospital Maciel.

Una enfermera habría dado la voz de alerta al encontrar a Pereira en la habitación de la paciente con las luces apagadas y una jeringa en las manos. Minutos después Lemos entró en paro y murió. 

No obstante, la investigación ya había empezado hace dos meses, por lo que varios sectores de la sociedad uruguaya denunciaron el accionar de las autoridades, pues a su parecer usaron a los pacientes como carnada para atrapar al enfermero con la jeringa en la mano.

Pero cuando la Policía detuvo a Pereira encontró mensajes de texto en su celular que hacían referencia a Juan Acevedo, el otro detenido. Pereira habría recibido el mensaje de una enfermera de la clínica Asociación Española, en el que le contaba que Acevedo había inyectado una medicación a un paciente. Los investigadores detuvieron a Acevedo y acto seguido este confesó ser el autor de cinco muertes.

La situación que vive el Uruguay es dramática. El viernes una doctora del Hospital Maciel fue agredida por los familiares de los pacientes, y en general el ambiente que se vive en los hospitales es tenso. La indignación crece aún más pues los familiares de los 15 fallecidos han ido enterándose del asesinato de sus seres queridos por medio de la prensa. 

El propio presidente José Mujica ha declarado que el país tardará mucho tiempo en recuperarse. (DPA-EFE.YA)



Cadena perpetua por muerte de 27


En enero de 2005 Roger Andermatt, asistente de enfermería de 36 años, fue condenado en Suiza a cadena perpetua por el asesinato de 27 personas. Las víctimas, de entre 65 y 95 años, sufrían de Alzheimer o necesitaban grandes cuidados para sus actividades diarias. Nueve murieron por dosis letales de medicación, ocho fueron sofocados con fundas de plástico y 10 fueron ultimados con una combinación de drogas y sofocación.



Médico británico inyectó morfina a 218 personas 


En el año 2000 el médico británico Harold Shipman fue condenado a cadena perpetua con motivo del asesinato de 15 pacientes suyos. En 2002 se reveló un informe que establece que como mínimo, Shipman era responsable de la muerte de 215 personas, contando 171 mujeres y 44 hombres, cuyas edades oscilaban entre 41 y 93 años. Shipman suministraba dosis de morfina a sus víctimas. En 2004 Shipman se suicidó ahorcándose en la celda de la prisión donde se encontraba. En 2005 se reveló el último informe acerca de los crímenes del médico, y en el mismo se establece que como mínimo, son 218 pacientes los que perecieron en sus manos.



Sentencia histórica para Cullen

Un exenfermero y militar de 46 años, Charles Cullen, fue condenado el 2 de marzo de 2006 a 11 cadenas perpetuas por un tribunal de Somerville (Nueva Jersey, EEUU) por el asesinato de 22 pacientes por sobredosis de medicamentos, aunque él mismo declaró que el número de muertos podría ser más de 40.

El asesino admitió haber usado dosis letales de medicamentos para matar a sus pacientes. Cuando fue arrestado en diciembre de 2003 dijo que mató a pacientes muy enfermos, pero en realidad algunos no estaban enfermos de gravedad.



Stephan Letter, el "ángel de la muerte" en Alemania


A sus 28 años, el enfermero alemán Stephan Letter, apodado el "Ángel de la Muerte", fue condenado el 20 de noviembre de 2006, en Kempten (sur de Alemania) a cadena perpetua por haber matado a 29 personas por inyección de medicamentos en una clínica en los Alpes bávaros. En julio de 2004, Letter fue arrestado luego de que la Policía encontrara en su casa las ampollas de medicamentos que personal del hospital en el que trabajaba reportaran como robadas. 



Muerte de 13 pacientes terminó en suicidio de doctora

El 25 de enero de 2011 la oncóloga alemana de 61 años, Mechthild Bach se suicidó luego de ser juzgada en comparecencia voluntaria por el asesinato por inyección de dosis masivas de morfina de 13 de sus pacientes, de entre 52 y 96 años, ocurridos entre 2001 y 2003, cerca de Hannover (Alemania). Las investigaciones comenzaron en 2003 después de que una aseguradora de la sanidad pública detectara un elevado uso de morfina en la clínica de Langenhagen en la que trabajaba la doctora. La Fiscalía analizó los casos de 87 pacientes e incluso exhumó a algunos de los fallecidos.



Modus operandi


Marcelo Pereira utilizaba inyecciones de morfina, una sobredosis produce un paro respiratorio y la muerte.

Acevedo usaba un jeringa con aire que inyectaba en la vena del paciente, esto produce una embolia gaseosa.

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