Los colegios de abogados dudan de que sea constitucional dejar sin tarjeta sanitaria a los inmigrantes irregulares	  
    	    	  	    	  Los   enfermeros de los centros de salud «atenderán a toda la población, con o   sin papeles». Así de tajante se muestra la Sociedad de Enfermería de   Atención Primaria de la Región (Seapremur), que se suma a la campaña en   contra del decreto que dejará sin tarjeta sanitaria a partir del 1 de   septiembre a 33.000 extranjeros que viven en Murcia en situación   irregular. Algunas organizaciones médicas también han anunciado su   «objeción de conciencia» a la norma. La oposición activa a la ley tomará   cuerpo mañana en un acto convocado por la Red Ciudadana Por la Salud,   una plataforma de la que forman parte Seapremur, la Asociación en   Defensa de la Sanidad Pública (ADSP), Consumur, asociaciones de   estudiantes y otros colectivos, como Foro Ciudadano.
  La   presidenta de Seapremur, Emilia Salmerón, advierte de que los   profesionales defenderán «una sanidad pública, universal y de calidad», y   denuncia que las medidas aprobadas por el Gobierno «ponen en serio   peligro el mantenimiento de ese derecho».
  Dejar   sin acceso al sistema a los irregulares es una medida «insolidaria e   indigna» porque «reduce a las personas a la categoría de mera   mercancía», subraya Seapremur. Además, «puede resultar peligrosa para la   salud pública por la aparición o la extensión de patologías   infecciosas». Por último, se corre el riesgo de aumentar   «considerablemente las urgencias hospitalarias». Para los enfermeros de   Primaria, el decreto elaborado por el Ministerio de Sanidad establece   «mecanismos discriminatorios para la población más vulnerable». Las   medidas «penalizan claramente a las personas con rentas bajas, personas   enfermas y dependientes, pensionistas, inmigrantes».
  El   copago farmacéutico para los pensionistas, y la introducción también de   este mecanismo en el transporte no urgente y en los productos   ortoprotésicos y dietoterápicos supone, para Seapremur, crear «un   impuesto a la enfermedad: tendrán que pagar más no los que más tengan,   sino los que más enfermen, léase, personas ancianas, personas con   enfermedades crónicas, etc».
  Derecho constitucional
    Las   críticas a la exclusión de los inmigrantes irregulares de la sanidad   pública no solo llegan de los sanitarios. El Consejo General de la   Abogacía Española (CGAE) se mostró ayer muy escéptico con la medida. La   atención sanitaria es «un derecho universal e igualitario reconocido por   un importante número de tratados internacionales y recogido en la   constitución y en diferentes Estatutos de Autonomía», advirtió la   institución. Aunque el Ejecutivo tiene la potestad de modificar las   leyes a través de reales decretos, este mecanismo no puede modificar   estatutos de autonomía por vía urgente, añade el Consejo General.
  	  
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