Una nueva pericia dice que sólo una de las muertes fue provocada.
Montevideo. Corresponsal - 05/09/12
El caso de los dos enfermeros uruguayos que están procesados y en prisión a la espera de un juicio luego de haber confesado que cometieron 15 asesinatos, tuvo un giro inesperado.
El diario El País , de Montevideo, reveló ayer que salvo en un caso las historias clínicas no aportaron pruebas de que se haya tratado de homicidios.
El dato se desprende de la conclusión a la que arribó una junta médica integrada por tres forenses. Luego de analizar las historias clínicas de los pacientes, advirtieron que sólo hay indicios de asesinato en un caso: el de Santa Gladys Lemos, de 74 años, que murió en los primeros días de marzo en la Unidad de Cuidados Coronarios del Maciel, un hospital público.
A raíz de una denuncia policial realizada por una funcionaria del hospital, en la que advertía sobre la práctica de un compañero que de distintas formas provocaba la muerte de pacientes en estado grave sin el consentimiento de las familias, efectivos del Departamento de Vigilancia de la Dirección de Crimen Organizado empezaron a seguir con sigilo al enfermero Marcelo Pereira, que tras ser detenido confesó que había matado a Lemos suministrándole morfina.
Fue a partir de esta muerte que salió a la luz la macabra práctica de Pereira, que también desempeñaba funciones en el sanatorio privado La Española, y de Ariel Acevedo, que confesó ser autor de otros asesinatos.
En el análisis que realizaron los forenses Hugo Rodríguez, Domingo Perona y Domingo Mederos no se hallaron restos de morfina, potente analgésico que Pereira dijo haberle inyectado a Lemos, sino que se detectó lidocaína, que no se le había recetado a la mujer, que murió por un paro respiratorio quizá provocado por la aplicación indebida de este anestésico.
Según dijo la fuente consultada por el periódico uruguayo, las muertes de los restantes pacientes eran "totalmente esperables", ya que se encontraban en una situación muy delicada e, incluso, algunos de ellos en agonía.
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