La crisis económica ha generado un impacto acelerado y profundo en el sistema de salud, tanto en el ámbito público como en el privado. Esta situación ha conllevado al cierre o a la reducción de las actividades quirúrgicas, la suspensión de estudios diagnósticos y la limitación de las consultas en los consultorios externos. Como consecuencia directa, las listas de espera de los usuarios se han visto nuevamente comprometidas, manteniendo una tendencia sostenida al alza.
Entre los efectos adversos que se evidencian a diario en las instituciones sanitarias, se destaca el desplazamiento del personal de enfermería, lo que genera una sobrecarga laboral significativa. Asimismo, se ha convertido en una práctica habitual el traslado de pacientes a unidades hospitalarias que no se corresponden con sus patologías, situación que compromete seriamente la calidad de la atención brindada.
La exposición constante del personal de enfermería a altos niveles de estrés y al síndrome de burnout incrementa considerablemente el riesgo de incurrir en mala praxis, así como la aparición de trastornos psicofísicos con consecuencias graves para la salud y el desempeño del colectivo profesional.
Lic. Sandro Ortega
31 de mayo de 2025
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