Pacientes de la Unidad de Psiquiatría del Rosell, en una imagen de archivo. :: J. M. RODRÍGUEZ, / AGM
Las instalaciones son viejas y suelen sufrir desperfectos que merman su operatividad; el personal resulta demasiado reducido y la alimentación de los pacientes ha menguado en los almuerzos y las meriendas, según el Sindicato de Enfermería (SATSE), que ayer calificó la evolución de la atención a los internos en la Unidad de Psiquiatría como «deficiente», según el representante de esta organización sindical en el Área 2 de Salud, José Benítez.
La Consejería de Sanidad aseguró ayer que nada ha variado desde que la unidad se instaló de nuevo en el centro del Paseo Alfonso XIII. Ocurrió hace poco más de un año, en primavera de 2011. Antes de eso, el Módulo D de la cuarta planta se sometió a un mínimo acondicionamiento para recuperar la actividad que tenía hacía más de una década.
Desde entonces «ni se ha reducido la seguridad, ni ha habido cambios en el equipamiento, ni hay menos personal, ni por supuesto, se han modificado los menús de mañana, tarde o noche por los recortes. Lo que se hace con los bocadillos de por la mañana no es reducirlos, sino preguntar a los pacientes si los quieren. Y si dicen que no, no se les preparan» , indicó un portavoz de este departamento. Antes, los bocadillos se preparaban en cualquier caso «y había que tirarlos».
Ambas partes coinciden en que el Rosell es un edificio que acusa ya el paso del tiempo en sus estructuras. Las divergencias estriban en si la Administración regional hace todo lo que debería para paliar ese problema. Un reportaje periodístico de una conocida revista de tirada nacional ha vuelto a abrir una brecha al respecto entre la dirección y los facultativos.
Para Benítez: «Ha habido episodios con algunos enfermos que han puesto de manifiesto algunas deficiencias, en cuanto a la ausencia del personal necesario, fundamentalmente celadores, para poder atender a todos los pacientes».
En la actualidad la unidad de internos cuenta con 18 plazas, de las que ayer había cubiertas 14, según fuentes de Sanidad. Pero a juicio de Benítez, el personal resulta insuficiente para atender de manera adecuada los tres turnos. El problema de la seguridad se debe «a que estas instalaciones son ya viejas». Son las que ocupaba Psiquiatría antes de que se llegara a un acuerdo con Defensa, en la pasada década para trasladar al Hospital Básico de la Defensa (el Naval) algunas de las áreas de atención.
Desde el Naval
Según Benítez, el plan inicialmente previsto era que en 2010, la unidad se llevara del Naval al nuevo hospital de Santa Lucía, cosa que se descartó. Sin embargo, desde la Consejería se aseguró ayer que su vuelta al Rosell era lo previsto. «Las instalaciones que ocupa cumplen con todas las exigencias legales y médicas», aseguró el portavoz.
«Desde el principio se pensó en que la unidad de Psiquiatría volviera al Rosell», añadió esta fuente. «La razón principal es que está en el casco urbano, lo cual suponía una mayor comodidad para los familiares a la hora de visitar a los pacientes. Además, se hizo así para facilitarle la entrada y salida más sencilla a los pacientes de las unidades de día», aseguraron.
Porque además de los 18 internos de la cuarta planta, hay catorce más en un módulo semiabierto en la segunda, que pueden entrar y salir de manera más o menos libre, y otros 14 en una zona de la unidad de corta estancia situada de Urgencias.
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