19 abr 2018

Enfermeros por el mundo: Bélgica

Laura Martínez Melul decidió emigrar a Bélgica para buscar el empleo que no encontraba en España. Ahora es enfermera con una amplia experiencia en diversas residencias geriátricas en el país belga, donde la Enfermería no es un estudio universitario. Habla de sus experiencias trabajando en centros de ancianos, lo reconocidos que están los profesionales españoles en Bélgica y los beneficios personales que le ha reportado la elección de ejercer su profesión en el extranjero.

«La enfermería española es de las mejores del mundo, y así lo creen también en el extranjero»

Pregunta. ¿Por qué tomaste la decisión de emigrar? 

Respuesta. Por todos es sabido que España atraviesa desde hace algunos años una crisis económica. Cuando yo terminé la carrera, en 2012, no había manera de encontrar un empleo como enfermera. Dediqué un año a buscar trabajo, a hacer cursos, a estudiar idiomas… Pero no encontraba nada. Así que decidí mirar las opciones que había para trabajar en el extranjero: tenía compañeros que ya estaban fuera y, por lo general, estaban teniendo una buena experiencia.

P. ¿Por qué elegiste Bélgica?

R. Ya había estado una vez y fue un país que me gustó bastante. Aparte de que es bonito y que tiene rincones que son increíbles, la cultura del país, por la gran mezcla de nacionalidades, que está en el corazón de Europa y es muy fácil desplazarse a cualquier punto (me encanta viajar y he visitado más lugares estando en Bélgica estos años que en toda mi vida en España).

Además, la oferta laboral era muy buena en comparación con otros países que también buscan enfermeras españolas.

P. Según tu experiencia, ¿cuáles son los aspectos positivos de ejercer tu profesión en el extranjero? ¿Y los negativos?

R. Respecto a lo positivo, para mí está claro. Trabajar en el extranjero es una oportunidad única para desarrollarse como enfermera, conocer nuevas culturas, para aprender un nuevo idioma, tener independencia y para adquirir experiencia, tanto profesional como personal.
En cuanto a lo negativo, el estar lejos de los seres queridos, de tu tierra, de tus costumbres…

P. ¿Cómo fue tu adaptación al país los primeros meses viviendo en Bélgica?

R. Quien diga que desde el principio todo fue muy bonito y fácil, no está siendo realista. Al principio fue duro. Había dejado atrás toda mi vida para irme a un país que apenas conocía, tenía que vivir mi día a día con un idioma que no dominaba y adaptarme a horarios y hábitos que eran muy distintos a los que yo estaba acostumbrada. Pero poniendo todo de mi parte me adapté bastante rápido y enseguida empecé a encontrar mi sitio. Además, la gente en Bélgica es muy amable y está siempre dispuesta a ayudarte.

P. ¿Qué echas de menos de tu vida en España?

R. A pesar de que Bélgica y su gente me han acogido siempre muy bien, es inevitable sentir melancolía por tus raíces. No me ha costado ningún trabajo adaptarme, pero no puedo evitar echar de menos a mi familia, a mis amigos, el buen tiempo y el ritmo de vida en España. Todo el mundo sabe que esto y los horarios en el centro de Europa son bastante distintos: todo cierra antes, como el clima es frío la gente hace más vida en las casas que en la calle (aquí no se ven terrazas llenas de gente como estamos acostumbrados a ver en España, por lo menos en el sur).

P. ¿Tienes pensado volver en algún momento?

R. Como ya he comentado, es inevitable echar de menos tus raíces. Bélgica ya forma una parte muy importante de mi vida y estoy muy feliz de haber tomado la decisión de irme de España hace algunos años. No me arrepiento de nada de esta experiencia, que me ha servido para avanzar tanto profesional como personalmente.

Sin embargo, sinceramente, creo que al final todos tenemos ganas de volver a nuestros orígenes, así que diría que sí, que algún día me gustaría volver. Bélgica es mi segunda casa, pero España siempre será mi sitio.

P. ¿Qué diferencias hay en el trabajo diario de un profesional enfermero entre España y Bélgica?

R. La experiencia que yo tengo en Bélgica es en residencias de ancianos, por lo que no hay muchas técnicas de Enfermería en sí. Hago higienes personales, reparto medicación, realizo curas de heridas, extracciones de sangre cuando es necesario, control de parámetros, administración de nutrición enteral, etc.

En el ámbito de residencias de ancianos, sí que podría decir que la profesión es bastante similar entre España y Bélgica. Aunque sí que hay técnicas de Enfermería como, por ejemplo, coger una vía venosa o poner un sondaje, cosas que, si no me equivoco, en España las hace la enfermera, que no se realizan en la residencia y se manda a los pacientes al hospital para ello, para que se encarguen los médicos.

P. ¿Qué pasos hay que dar para conseguir ejercer la profesión en el país?

R. Imagino que todo aquel que sepa hablar el idioma lo tiene fácil para encontrar un trabajo en Bélgica. Ese no era mi caso, pero a través de la empresa EmpleoTraslado (www.empleotraslado.com) fue todo muy fácil: aprender el idioma, realizar entrevistas y el viaje a Bélgica.

Registrarse en Bélgica para que te den un número de identificación (como el DNI en España) es esencial, ya que sin ese número ni te hacen contrato de alquiler, ni te dejan hacer cosas como abrir una cuenta en el banco (y esto, a su vez, es necesario para el contrato de trabajo).

P. Muchos estudios indican que la Enfermería española es de las mejores del mundo, ¿qué visión crees que se tiene de los profesionales enfermeros españoles en el extranjero?

R. Concretamente en Bélgica la Enfermería española está muy bien valorada. Muchas veces se sorprenden de la capacidad que tenemos y de la cantidad de técnicas que conocemos. Enfermería en Bélgica no es un estudio universitario en sí. Se podría decir que aquí es un estudio superior que está dividido en dos niveles, Enfermería A2 y A1, y estas últimas son las más formadas.

Como he dicho anteriormente, la experiencia que yo tengo en Bélgica es solamente en residencias y los enfermeros españoles que conozco aquí también trabajan en estos centros, o en cuidados a domicilio. Esto es así porque para empezar aquí, con un nuevo idioma, lo mejor es eso: residencias y cuidados a domicilio. ¿Quién se metería, por ejemplo, a un quirófano o a urgencias, sin dominar el idioma?

Aun así, me atrevería a decir que sí, que la Enfermería española es de las mejores del mundo y que así lo creen también en el extranjero.

P. ¿Qué consejos darías a otros profesionales enfermeros que decidan emigrar?

R. Que como todo lo nuevo da miedo. Pero que no se lo piensen, que aprovechen la oportunidad, que es una experiencia única y una forma de ejercer esa profesión que tanto nos apasiona, la Enfermería.

En el ámbito profesional, sirve para refrescar conocimientos adquiridos durante la carrera y aprender nuevos, ya que esta es una profesión que si no se ejerce, se pierde. De forma personal, te conoces mejor a ti mismo, maduras como persona, aprendes a valorar cosas que antes tenías cerca y no valorabas tanto, etc.

Por ello, solo puedo decir cosas positivas. Animo a todo el mundo que se plantee ir al extranjero a seguir adelante con ello. No se arrepentirán.


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