20 abr 2010

La Plata, Prov. Buenos Aires.-

Policiales | En un centro de salud de Los Hornos
Ladronas hirieron con un bisturí a una enfermera y le robaron el sueldo
http://www.diariohoy.net/accion-verNota-id-79833-titulo-Ladronas_hirieron_con_un_bistur%C3%AD_a_una_enfermera_y_le_robaron_el_sueldo

Eran dos. Ingresaron con la excusa de que querían tomarse la presión. La víctima estaba sola. La arrastraron del pelo y una quiso cortarle la cara, pero la joven se la cubrió con el brazo. Escaparon con 1.800 pesos. Un antecedente cercano.
Anoche no quería saber nada más, quería renunciar a todo... la pasó mal, y encima le robaron el sueldo”. Así se refirió un enfermero de un centro de salud de Los Hornos a lo que vivió su compañera del turno noche (hija de su mujer), a quien dos ladronas la arrastraron del pelo y la lastimaron con un bisturí, para llevarse lo único de valor que encontraron: lo que acababa de cobrar.

El hecho sucedió a 8 cuadras de otro centro de salud comunitario que también fue escenario de un violento atraco hace 19 días. Eso fue en el centro de salud nº 1 (ver aparte) y lo de ayer en el centro de salud nº 2, ambos a cargo de una cooperativa y dependientes de la Municipalidad de La Plata. Este está ubicado en 66 y 143 y, al igual que en el nº 1, después de las 18 sólo queda una enfermera para asistir urgencias sanitarias, tomar la presión o llamar a una ambulancia, ya que en ese horario no disponen de médicos. “Trabajamos con la puerta cerrada”, explicó Andrés Pinelli a Trama Urbana, pero ¿cómo saber a quién abrirle y a quién no? “Si viene una mujer con un chiquito y nos dice que tiene fiebre, ¿se la vamos a tomar a través de la puerta?”, se preguntó el enfermero. La respuesta es fácil. Todavía no eran las 12 de la noche del viernes cuando llegaron dos mujeres diciendo que querían tomarse la presión. “Una tenía un tatuaje en el cuello”, relató Pinelli en base a lo que le contó la víctima, Paola Ponillaus (26). La joven les abrió y enseguida supo que estaba en peligro. Una de las chicas sacó un arma de fuego y la obligaron a entrar en una oficinita, donde le pidieron las llaves para acceder a los consultorios. “Pero nosotros no las tenemos”, aclaró Pinelli, convencido de que las ladrones buscaban ansiolíticos: “Suponen que acá hay porque atiende un psicólogo, pero los psicólogos no medican, sino los psiquiatras”.

Al advertir que medicamentos no había, arrastraron a la enfermera hasta el office donde tenía sus pertenencias y allí permaneció vigilada por la que tenía el arma, mientras la otra seguía revisando las instalaciones. No encontró nada. Y volvió a donde estaban la víctima y su compinche. Volvió, más alterada y con un bisturí.

Pedía plata y no dudó en amenazar de muerte a Paola, hasta que le tiró un puntazo directo a la cara y la chica, rápida de reflejos, lo evitó cubriéndose con el brazo. Ahí fue a dar la filosa hoja, abriendo un corte que fue superficial, pero pudo ser grave.

Unos instantes después las delincuentes encontraron en la mochila de la enfermera lo que tanto buscaban: dinero. “Se llevaron los 1.800 pesos que había cobrado del sueldo”, detalló Pinelli y, diciendo “ya está”, se retiraron. En estado de shock, la víctima no llegó a advertir cómo escaparon. Lo primero que hizo fue pedir ayuda, que no tardó en llegar. Los médicos de una ambulancia la asistieron por el corte y un patrullero de la comisaría Tercera salió en busca de las agresoras. Al cierre de esta edición seguían prófugas. “Ya pedimos seguridad, pero el secretario de Salud (de la Municipalidad) nos dice que no hay presupuesto. El problema es que no hay enfermera que nos dure”, concluyó Pinelli.

Antecedente: otro asalto brutal, a ocho cuadras

En la madrugada del 31 de marzo pasado, una enfermera de 46 años vivió una odisea similar en el centro de salud nº 1 de Los Hornos, ubicado en 144 y 59 bis.

Una pareja con un nenito de 2 años la redujo y, tras amenazarla, tirarle de los pelos y encerrarla en una oficina, se alzaron con varios objetos de valor y huyeron en una moto. Más tarde fueron detenidos. “Abrí porque un muchacho me explicó que el bebé estaba ahogado”, explicó Osvalda Beatriz Dos Santos, que en ese momento estaba sola en el edificio. Ni bien entraron, el joven sacó un arma. “Me agarró de los pelos y me arrastró hasta una oficina, me encerró y se pusieron a juntar todo lo que pudieron”, detalló la damnificada.

Silvia, una compañera de Beatriz, recordó que el Centro de Salud sufrió varios robos en los últimos meses. “Es que de noche hay una sola persona”, afirmó, destacando que Beatriz ya acumula tres asaltos a mano armada.

“Acá de noche es un peligro y se nota que falta presencia policial. Sabemos que no hay personal suficiente, pero las enfermeras quedan muy expuestas”, agregó otra de las empleadas de la salita.
El centro de salud atiende cerca de 40 personas en el turno que va de las 19 a las 7 de la mañana.

Dramático relato de una enfermera
http://www.eldia.com.ar/edis/20100419/policiales3.htm

"Pensé que me iba a matar", dice Paola Ponillaus (28), una enfermera de un centro de salud de Los Hornos, que en la madrugada del sábado fue salvajemente atacada por dos mujeres, que primero se hicieron pasar por pacientes, pero terminaron sacando un arma de fuego para intimidarla y exigirle la llave de los consultorios. Sin embargo, como la víctima no tenía lo que le pedían, una de las ladronas la atacó salvajemente con un bisturí y le produjo varias heridas cortantes en el brazo, además de robarle 1.800 pesos.

"Ya estamos cansados de pedir seguridad. Somos una cooperativa de enfermeros, donde la mayoría somos mujeres, y saben que por las noches estamos solas. Ahora tengo que estar pidiéndole a mis familiares que me vengan a acompañar a la noche, porque sino tengo miedo y no puedo trabajar", reconoció la joven en diálogo con este medio.

El desmedido ataque ocurrió cerca de la medianoche. La enfermera se encontraba sola en el centro de salud municipal nº 2, ubicado en calle 66 y 143. En ese momento llegaron dos mujeres, de entre 25 y 30, que dijeron que se querían tomar la presión.

"Fuimos caminando hacia el único consultorio que estaba abierto, y yo quedé entremedio de las dos. Entonces, la que estaba atrás me agarró de los pelos, y me llevó arrastrando hasta una oficina", relató la damnificada.

Fueron minutos de extrema tensión. Las ladronas pretendían abrir a cualquier precio los consultorios, presuntamente en busca de ansiolíticos. "Pero yo les decía que no tenía las llaves", aseveró la víctima. Entonces, mientras una de las mujeres le apuntaba con un arma de fuego, la otra se puso a revisar las instalaciones en busca de elementos de valor.

"Pero no encontró nada y al rato volvió con un bisturí. Estaba alterada. Y de pronto, por detrás de la otra chica, se abalanzó y me tiró un puntazo a la directo a la cara. Pero yo me alcancé a cubrir con el brazo. Después me siguió cortando. Por suerte el bisturí estaba viejo, sino hubiera sido peor", explicó la joven agredida.

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