25 ago 2012

URUGUAY,Prueban que ya no existen los puestos reservados para ellas

Los hombres también comienzan a animarse a realizar tareas que hasta hace algunos años les eran ajenas, no por una reivindicación de su sexo, sino porque el mercado lo requiere

Psicólogos, asistentes, secretarios, enfermeros, limpiadores o promotores. Y la lista sigue. Es que cada vez son más los puestos laborales tradicionalmente ocupados por mujeres en los que los hombres se están haciendo un lugar. Esta tendencia, extendida en el mundo y todavía excepcional en Uruguay, es silenciosa en comparación con los reclamos que en las últimas décadas ha realizado la mujer para poder desempeñarse sin prejuicios en tareas típicamente masculinas.

Es que los hombres se abren paso en puestos de trabajo asociados a la mujer sin reivindicaciones de género de por medio sino debido a un cambio en las condiciones de reclutamiento. La demanda de personal cada vez más capacitado y las dificultades para retenerlo explican que las exigencias que tiempo atrás podían tener los empleadores respecto al sexo vayan quedando poco a poco de lado.

Si bien la paulatina desaparición de los prejuicios influye en este comportamiento, en Uruguay uno de los factores determinantes para la inserción del sexo masculino en áreas donde no tenía casi presencia es la baja tasa de desempleo registrada en los últimos años, explicó Neker De la Llana, gerente de Servicios Profesionales en Manpower. En el período abril-junio de este año el desempleo se ubicaba en un 6,5%.


El cambio de mentalidad que han tenido las empresas en los últimos cinco o seis años también influyó en la creación de este nuevo escenario, todavía emergente, consideró por su parte Federico Kuzel, gerente de Consultoría de Recursos Humanos en KPMG.«En un mercado de pleno empleo, la posibilidad de hacer cortes poblacionales que no estén asociados al desempeño es menor», sostuvo el experto.

«Por suerte cada vez hay menos clientes que te puedan justificar por qué tiene que ser un hombre o una mujer, sea el puesto que sea. Hoy en realidad las empresas buscan a la mejor persona», explicó el ejecutivo.

Sin embargo, reconoció que en el caso del reclutamiento de personal para ocupar puestos de secretaría, las empresas siguen, automáticamente, pensando en mujeres. En este caso el prejuicio no es sólo de los empleadores sino de la sociedad en general, ya que son muy pocos los hombres que se capacitan para cumplir esta tarea.

En el Secretariado Ejecutivo del colegio José Pedro Varela, por ejemplo, este año no hay ningún hombre inscripto, mientras que entre 2010 y 2011 fueron apenas seis los que hicieron la carrera. Esto no quita que sean varios los que se postulan para este tipo de cargos sin capacitación específica para poder trabajar mientras terminan de cursar sus estudios.

Desde la institución explicaron a El Empresario que «cada vez va quedando más claro a nivel social que es una tarea que pueden realizar tanto hombres como mujeres». En este punto también coincidieron Kuzel y De la Llana. De todos modos, prevalecen las diferencias: los secretarios suelen desempeñarse en el ámbito político y gubernamental al tiempo que las secretarias son mayoría en las empresas.

Kuzel explicó que en otro tipo de cargos, como el de asistente, donde la figura femenina no está tan impuesta, es más notoria la creciente participación de los hombres, a diferencia de lo que ocurría algunos años atrás. Sin ir más lejos, la Encuesta de Remuneraciones y Beneficios Adicionales de PwC, que releva información de más de 90 empresas del mercado, indica que de 2007 a 2012 los hombres asistentes pasaron de 0% a 2%; en el caso de los secretarios la relación se dio a la inversa.

Por otra parte, también hay secciones o categorías, dominadas hasta el año 2007 por el sexo masculino, donde se ve un claro incremento en la cantidad de mujeres. Los casos más notorios son gerente y jefe de Recursos Humanos.

Otra de los roles donde comienza a ser frecuente encontrar hombres es la enfermería. Aún así la proporción de ocho mujeres cada un hombre se ha mantenido estable en los últimos años. Gonzalo, enfermero de la Asociación Española, contó que evaluó junto a unos amigos otras carreras vinculadas a la medicina y finalmente decidió estudiar enfermería porque había mayor posibilidad de inserción laboral. Si bien en la puerta de emergencias de la mutualista la mitad de los enfermeros son hombres, se trata de una situación particular, contó.

SE ESTÁN PREPARANDO

Que los hombres elijan estudiar carreras universitarias donde históricamente predominaron las mujeres demuestra que el camino de inclusión que empezó a recorrer el mercado laboral es de ida.

De la Llana señaló como uno de los casos más emblemáticos el de las facultades de Psicología, donde predominaban las mujeres y ahora hay cada vez más hombres. Sostuvo, de todos modos, que esta relación también se da en facultades como la de Ingeniería, donde el predomino masculino se va rompiendo año a año.

Según el experto, las personas empiezan elegir qué estudiar en forma más holística, principalmente porque el mercado impone cada vez menos trabas por género, por lo cual la elección puede ser más libre.

Esto se relaciona con una tendencia aún más general, que todavía no es muy evidente en Uruguay, por la cual en el mundo las organizaciones «miden y evalúan el nivel de diversidad que tienen», ya sea sexual, cultural o racial. Lo que se busca es un mercado que sea mucho más inclusivo, concluyó.

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