22 sept 2013

Falta de personal y cansancio causan errores de enfermeros

La falta de personal, la sobrecarga de trabajo, la ausencia de descanso, la poca formación y la ignorancia sobre los procedimientos son los factores que más inducen a errores con pacientes, según estudios realizados por la Universidad Católica.

Las enfermeras señalan que las faltas de sus compañeros las sobrecarga de tareas. L. Carreño


Carlos Tapia

Enfermera 1: "Cuando el paciente me dijo que me había equivocado al darle la insulina casi me muero… quedé paralizada, entre otras cosas porque nunca me habían dicho qué hacer si eso pasaba".

Enfermera 2: "Estaba cansada, no había dormido bien, venía de otro trabajo de hacer doce horas, era obvio que algún día me iba a equivocar".

Enfermera 3: "Me sentía sola… Hay guardias en las que tenés mucho trabajo porque hay muchas faltas... al final los que venimos siempre nos sobrecargamos y tarde o temprano nos equivocamos".

Estos testimonios son de enfermeras que trabajan en distintos centros de salud de Montevideo y fueron recabados por la Facultad de Enfermería de la Universidad Católica del Uruguay Dámaso Antonio Larrañaga (Ucudal) para los estudios: "Aspectos significativos surgidos de la experiencia de haber sido responsable de un evento adverso en salud" y "Eventos adversos en salud y cuidados de enfermería: la seguridad del paciente desde la experiencia personal".

La Ucudal entrevistó a 10 grupos de enfermeros (de no más de cuatro personas) que tuvieron en los últimos dos meses al menos un evento adverso con un paciente. También se consultó a cuatro supervisores que estuvieron a cargo cuando sucedieron errores. Los estudios denominan "evento adverso" a todo lo que no está planeado que suceda: desde la falla a la hora de administrar una medicación, hasta que un enfermo se caiga de una cama.

Todos los entrevistados señalaron que la sobrecarga de trabajo junto con la ausencia de descanso son los principales inconvenientes que los llevan a equivocarse. "Lo que sucede es que hay mucha demanda de trabajo y poco personal", explica a El País el secretario académico de la Facultad de Enfermería de la Ucudal y autor de los estudios, Augusto Ferreira.

Un testimonio de una enfermera, por ejemplo, señala: "Me dormía esa noche, estaba cansada… fui a la habitación, ayudé a la señora a levantarse al baño, me fui y no subí las barandas… fue un descuido".

Sobre este mismo caso, en tanto, una supervisora dice: "Yo le dije a ella que prestara más atención... pero bueno, qué atención iba a prestar si no podía mantenerse despierta".

También se hicieron oír críticas contra el contexto organizacional, tanto por el mal ambiente laboral como por la estructura de las instituciones. "En los centros no está claro qué hacer cuando una persona se equivoca", señala Ferreira.

Por ejemplo, una de las supervisoras recuerda: "Yo estaba a cargo del hospital ese día porque era un fin de semana. Cuando me llamaron del piso hacía rato que el paciente se había caído y a mí no me habían informado. La responsable del sector me dijo que no sabía que tenía que informarme".

Otra, en tanto, cuenta: "Fue una vergüenza tremenda cuando pasé visita y el familiar me dijo que se habían equivocado en darle la medicación al paciente. Fui hasta el puesto de enfermería y la licenciada me dijo que no sabía que debía informar… y tampoco sabía que debía hacerse un formulario".

"Esto es muy comparable con lo que es la seguridad aeronáutica -señala Ferreira. Cuando se cae un avión se abren las cajas negras y se investiga todo. Si lo que falló fue un tornillito, se hace todo un protocolo de acción para que ese tornillito no vuelva a fallar. En la salud eso no pasa; cuando hay un error es raro que se genere un protocolo de acción por el cual se pueda decir que eso no va a suceder más en esa institución. Y hay que tener en cuenta que, en ambos casos, estamos hablando de vidas".

Cifras: la formación es escasa

En Uruguay hay unos 5.000 licenciados en enfermería registrados en la Caja de Profesionales Universitarios y de ellos solo poco más de 3.000 trabaja en la actividad hospitalaria. Los otros 2.000 se emplean en universidades y laboratorios, y hay otros que están jubilados. En tanto, hay 20.000 auxiliares en enfermería.

"La diferencia está en que los primeros hacen una carrera de cuatro o cinco años y los segundos se reciben en tres semestres", precisó Antonio Ferreira, de la Facultad de Enfermería de la Ucudal. Y continuó: "Lo que sucede es que (quienes estudian para auxiliares) ven en esto una manera de conseguir empleo fácil y rápido, porque en tres meses ya estás trabajando. Si hay algo para lo que hay empleo es para los enfermeros; de los egresados de la licenciatura de la Católica tenemos un índice de desocupación cero".

Ferreira, que es uno de los únicos dos doctores en enfermería que hay en Uruguay, sostuvo que la facilidad para encontrar empleo es lo que lleva a veces a que se cometan errores con los pacientes. "En un mes y medio todos consiguen uno, dos o tres trabajos. Esto también es lo que puede atentar contra la seguridad".

El investigador y profesor sostuvo que es necesario que se generen más estudios sobre la seguridad de los pacientes en Uruguay, pues la evidencia científica que se suele utilizar viene de países en los que la atención suele estar a cargo de licenciados en enfermería y no de auxiliares.

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