1 mar 2015

Enfermería Argentina de Luto , Murió una enfermera en un inhóspito puesto sanitario

Ocurrió en Anta. No pudo ser asistida pese a los pedidos de ayuda. Vecinos se comunicaron primero con Buenos Aires antes que con la provincia.


Una mujer que se desempeñaba como personal único del puesto sanitario de El Manantial, ubicado a 25 kilómetros de la localidad de Apolinario Saravia, murió tras agonizar por más de 24 horas, lapso en los que los vecinos intentaron salvarle la vida solicitando ayuda a Buenos Aires, porque la comunicación con la provincia de Salta les fue imposible.
Un radioaficionado de una finca cercana al puesto de salud se comunicó con un colega de Buenos Aires, al convencerse que las comunicaciones con los responsables de la salud de Salta era mucho más que imposible. A pesar de los insistentes llamados al hospital zonal, la ambulancia que debía socorrerla regresó sin llegar al puesto de salud, argumentando malas condiciones del camino.
De esta manera, abandonada a su suerte, Olga Milagro Tolosa, con 30 años en la salud pública dejó de existir, en su propio centro de salud, sin recibir la asistencia médica solicitada en tiempo y forma a través de una radio.
La dramática situación y el triste desenlace fue denunciado por Elena Tolosa, hermana de la enfermera malograda en un solitario puesto de salud del departamento Anta. La mujer, con domicilio en el pueblo de Nuestra Señora de Talavera, denunció además que su hermana había sido trasladada castigada al desolado paraje, después de haber prestado servicio a la salud pública por más de 30 años.
"Olga tuvo inconvenientes laborales con los gerentes de los hospitales zonales, a quienes había denunciado por varias irregularidades, entre ellas referidas a las licencias que se otorgaba a personal de enfermería allegadas por vínculos amorosos con médicos, dejando sin personal a los hospitales.
Esas denuncias -dijo la mujer- hizo que mi hermana fuera enviada como castigada a la localidad de Las Lajitas, donde tenía que pagarse un alquiler para poder trabajar. Ella hizo todo tipo de notas hasta que la enviaron a Talavera, pero cuando llegó a aquí la confinaron al inhóspito puesto sanitario de El Manantial, donde quedó en soledad por más de 15 días, tiempo en el que nunca ingresó médico alguno. Los vecinos nos contaron que el jueves fue un paciente y la encontró grave, pero consciente. Se turnaron para cuidarla y para solicitar ayuda. La consiguieron en Buenos Aires. Desde allí dieron el aviso al hospital de Apolinario Saravia, pero cuando llegó el médico, luego de varias jornadas fue sólo para certificar la muerte, que paradójicamente se produjo en un centro de salud. 
Si esto le pasó a la enfermera no quiero pensar qué salud reciben esos argentinos que se hallan en las inmediaciones", expresó.

Su medicina, un té de tilo
Elena Tolosa aseguró que los vecinos le dijeron que lo único que le administraron fue un té de tilo. "Mi hermana sufrió un ACV y durante horas estuvo consciente hasta que progresivamente se fue extinguiendo. Esa es la vida de estos trabajadores, maestros y enfermeros, abandonados en la nada", reflexionó.
Reparación histórica
"Grandes fueron las dificultades para transitar los 70 kilómetros de camino que separan El Manantial de Apolinario Saravia. Es importante mencionar que desde Finca El Manantial es imposible cualquier tipo de comunicación telefónica. Tampoco pueden acceder al servicio de internet, y tienen energía eléctrica solo a través de paneles solares y un grupo electrógeno. Los kilómetros más próximos al poblado son prácticamente intransitables.
Con esta nota, esperamos que las autoridades pongan una mirada más profunda y ayuden a quienes habitan ese territorio salteño", de esa manera se refirió un medio de prensa de Anta (Zona Sur), el 3 de agosto de 2014.

Otro caso fatal de personal único
El 3 de octubre de 2014, la maestra Evelia Murillo fue asesinada cuando intentó evitar que un perverso abusara de una de sus alumnas wichí en el paraje El Bobadal, en el departamento de San Martín. Evelia defendió con su vida a una alumna. Este también se trató de una maestra que estaba sola, sin resguardo de nada, en su lugar de trabajo. La misma suerte tuvo la enfermera Olga Tolosa.

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