Un misterio médico que se conoció hace cuatro años luego de varias muertes inexplicables en un hospital británico llegó a su fin el lunes, cuando un enfermero fue declarado culpable de matar a dos pacientes al suministrarles insulina.
El enfermero de 49 años también fue hallado culpable de tratar de envenenar a otros 20 pacientes durante lo que la Policía describió como un reinado de terror en el hospital Stepping Hill en Stockport, unos 360 kilómetros (200 millas) al noroeste de Londres.
En una nota hallada por la policía, el enfermero Victorino Chua se describió como "un ángel que se convirtió en una persona malvada".
El padre de dos niños escribió: "hay un demonio dentro de mí" y también que hubo ciertas cosas que "me llevaré a la tumba". Los fiscales dijeron que desquitaba sus frustraciones en sus pacientes.
Chua fue descubierto tras haber inyectado insulina a bolsas con solución salina y ampolletas cuando trabajaba en el hospital. Otros enfermeros, que desconocían la manipulación de las bolsas y ampolletas, las usaron y los pacientes sufrieron una sobredosis de insulina.
El enfermero fue exonerado por una tercera acusación de homicidio pero se le declaró culpable de causar grave daño físico a ese paciente. Otros se recuperaron tras recibir dosis excesivas de insulina.
Las autoridades del hospital contactaron inicialmente a la Policía en 2011 tras encontrar frascos contaminados de solución salina y bajos niveles de azúcar "inexplicables" en algunos pacientes.
Tras descubrir que los frascos contenían altos niveles de insulina, la Policía inició una investigación formal.
La fiscalía acusó inicialmente a otra enfermera, Rebecca Leighton, por varios crímenes pero el caso fue desestimado por falta de pruebas.
Chua no fue acusado de los asesinatos hasta marzo de 2014.
El jefe policial de Manchester, Peter Fahy, se disculpó con Leighton el lunes por el tiempo que pasó en la cárcel tras ser acusada.
Dijo que Chua pareció no alterarse por la detención de la mujer. "Estaba muy contento de haberse librado mientras ella sufría las consecuencias".
Una de las víctimas de Chua fue un enfermo de 44 años que sufría esclerosis múltiple y quien estaba internado para ser atendido de una infección ligera en el pecho pero murió ocho horas después de que se le administrara una ampolleta que tenía grandes cantidades de insulina.
El otro fue un hombre mayor que sufría también una infección en el pecho y al que se le administró solución salina por goteo contaminada con insulina. Murió 10 días más tarde.
En todas las profesiones se cuecen habas
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