La crisis provocada por la pandemia del COVID-19 ha demostrado los grandes desafíos que tenemos como sociedades, podemos ver los síntomas claros en el nivel de endeudamiento, daño en el tejido empresarial, desempleo y riesgo de pobreza para un amplio porcentaje de la población y la sobrecarga de cuidados no remunerados.
Afrontar la
emergencia sanitaria, las instituciones de salud modificaron o adaptaron sus
infraestructuras sanitarias, en los quirófanos o salas de reanimación que
buscan duplicar la capacidad, tanto en camas normales como en plazas de
cuidados intensivos o críticos, para atender en las mejores condiciones a los
pacientes contagiados por coronavirus. Además, se debe generar políticas de
desarrollo sustentable en salud, pensando en los recursos humanos profesionales
entre médicos, enfermeros y auxiliares de salud, para afrontar esta segunda
ola, con la finalidad de evitar que emigren a otro rubro laboral, retener
aquellos que se encuentra en la primera línea de combate contra el coronavirus,
con un programa salud ocupacional saludable, pensando en salud psicofísica
social, para los profesionales que se encuentra en la primera línea combate
contra el coronavirus y sobre todo en el
recambio generacional de trabajadores por aquellos que están próximo
jubilarse, por los profesionales que están próximo a egresar de las universidades
y para aquellos colegas que aún no puede ejercer su profesión por falta de
oferta laboral genuina.
Sábado 29 de mayo de 2021 . Lic. Sandro Ortega
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