Es uno de los centros más demandados de la Universidad de
Oviedo. A pesar de ser adscrita, la Escuela Universitaria de Enfermería
de Gijón ha recibido 600 solicitudes para solamente 70 plazas para el
curso que comienza en septiembre y dispone, con un 11,200, de la sexta
nota de corte más alta de la institución académica asturiana. Sin
embargo, a tenor de lo desvelado por el rector de la Universidad de
Oviedo y su vicerrector de Profesorado y Ordenación Académica, el centro
gijonés corre el serio riesgo de perder su carácter universitario. En
este momento no cumple ninguno de los requisitos que la reformada Ley
Orgánica de Universidades ha establecido para garantizar la calidad de
la docencia.
Según lo estipulado por el entonces Gobierno de José Luis
Rodríguez Zapatero, la mitad de la plantilla de profesores de un centro
universitario adscrito ha de estar constituida por doctores, y de ese
cincuenta por ciento de docentes que ostenten el máximo grado formativo,
más de la mitad, el 60%, ha de contar con la acreditación de la Agencia
Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación, más conocida por
su acrónimo ANECA. Y el plazo para ponerse al día con las exigencias
finaliza este curso que comienza. O lo que es igual, para el siguiente,
el 2013-2014, la mitad de las plantillas de los tres centros adscritos
de la Universidad de Oviedo han de ser doctores y estar acreditados.
Pues bien, la Escuela Universitaria de Enfermería de
Gijón no cumple ninguno de los dos requisitos que exige la reformada Ley
Orgánica de Universidades. A un curso de la finalización del plazo
legal de adaptación, no solo no dispone de la mitad de doctores en su
plantilla, sino que ninguno de ellos tiene el sello de la ANECA. A día
de hoy, la escuela cuenta con una plantilla de 29 profesores, de los que
solamente 10 poseen el doctorado y ninguno de ellos tiene acreditación.
«Están muy atrasados», confirmaron Vicente Gotor y Julio Antonio
González, quienes expusieron sus temores al órgano de gobierno de la
Universidad. «Hemos hecho la advertencia de que si el año que viene en
su plan docente no figura el número de doctores y de profesorado
acreditado exigido, el centro no contará con el placet, con el sello, de
la Universidad».
Ni la directora de la Escuela Universitaria de Enfermería
de Gijón ni el presidente del patronato que financia el centro
quisieron señalar ayer las medidas que van a tomar, ni si las pueden
tomar, para corregir la situación. Cristina Fernández ha remitido la
portavocía a Enrique González, quien, en su calidad de director general
de Innovación de la Consejería de Sanidad, ostenta la presidencia del
patronato. González ha preferido esperar a «analizar la situación».
El centro más atrasado
En este momento, con los 29 profesores con que cuenta la
escuela, un mínimo de 14 tendrían que ser doctores, es decir, cuatro más
de los diez que tiene, y no es el doctorado un grado que se obtenga de
hoy para mañana. Y ocho por lo menos han de lograr la acreditación de la
ANECA para poder seguir impartiendo el título universitario. «Los otros
dos centros adscritos están más adelantados», dicen desde la
Universidad. El del Padre Enrique Ossó tiene 10 doctores y ocho
acreditados entre sus 25 profesores, y el de Turismo cuenta con 17
docentes, de los que ocho son doctores y cuatro están acreditados.
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