12 ago 2013

Cuando el futuro está a 3.000 kilómetros

A través del portal de movilidad EURES, una empresa germana ofrece cursos de alemán y trabajo con contrato indefinido a enfermeros españoles

Inma Leal cádiz | Actualizado 11.08.2013 - 05:01
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Jose Guerrero, en la puerta de la residencia de ancianos que será su lugar de trabajo.

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Imagen de los alumnos de alemán durante una clase.


EURES, el portal europeo de la movilidad profesional, es una red de cooperación entre la Comisión Europea y los servicios públicos de empleo europeos de los Estados miembros del EEE (los países de la UE, Noruega, Islandia, Liechtenstein y Suiza). Su función es asesorar, informar y ofrecer servicios de contratación a cualquier ciudadano que quiera beneficiarse del principio de libre circulación.

Fue a través de esta red como Jose Guerrero, enfermero de 24 años originario de San Fernando, conoció a una empresa alemana que, considerando los buenos resultados que había tenido trabajando con españoles, decidió entrevistar nuevos enfermeros para su incorporación a finales de julio. Jose fue uno de estos entrevistados, lo seleccionaron y a día de hoy vive en Hannover.

Lleva poco más de un mes en Alemania pero dice estar adaptándose a la perfección. Cuenta que la gente es muy amable y que lo ayudan en todo lo que pueden. Incluso hay grupos de españoles, residentes en la ciudad germana desde hace tiempo, que hacen las veces de guías y suponen un gran apoyo.

La necesidad de tener un trabajo digno con el que alcanzar una estabilidad e independencia económica, fue lo que movió al cañailla a dar el paso e irse fuera del país. Tras dos años en paro, cientos de currículums repartidos, entrevistas fallidas,... cualquiera perdería la esperanza. No así Jose, que decidió abrir nuevas fronteras e irse a Alemania, un país que le ofreció lo que estaba buscando.

El clima no es problema. Comenta que hay días que se ha llegado a los 35 grados, lo que hace más llevadero estar a tantos kilómetros de su casa en una tierra considerada "fría" en comparación a los cálidos veranos gaditanos. El tema de la comida ya es otro cantar: "todo sabe distinto", apunta.

Pero por mucho que se echen de menos los potajes de mamá, puede ocurrir que, queriéndolo o no, se termine echando raíces en el país germano. Algo a lo que Jose no se opondría. Cuenta en Hannover con el apoyo de su pareja, "sin ella nada sería lo mismo", confiesa. Ella es una chica almeriense que comparte el mismo tipo de contrato que él, también en Hannover.

Es imposible saber cuando mejorarán las cosas en España. Para entonces, el joven estaría dispuesto a volver. Siempre y cuando le ofrecieran un contrato con las mismas características que el que tiene ahora. Argumenta que allí se encuentra casi todo lo que tiene: su familia, amigos, lugares que conoce bien,... aunque por ahora su vida esté en Alemania.

El desconocimiento del idioma puede convertirse en un fastidio. "No es agradable hablar con una persona y no poder con testar a lo que dice porque no la entiendo", declara Jose. A pesar de todo, ya dice empezar a notar los resultados de ese curso intensivo de alemán de 600 horas e incluso recibe a menudo felicitaciones de profesores y compañeros por lo mucho que está evolucionando, y en tiempo récord.

Para temas importantes como el empadronamiento, abrir una cuenta en el banco o ir al médico, los enfermeros cuentan con un traductor que los acompaña y les facilita la tarea.

La duración total del curso de alemán va de cuatro a seis meses. Una vez finalizado y cuando los alumnos se vean preparados, el colegio de enfermería de Alemania realiza un examen de homologación del título. Cuando aprueban ese examen, entran automáticamente a trabajar como enfermeros con un contrato indefinido.

Y no sólo eso, la empresa también se encarga de gestionar el alquiler de una casa, con luz, agua e internet incluídos, por 150 euros al mes. Además de ésto, facilita un coche a sus trabajadores para que se desplacen hasta el lugar de trabajo.

Una residencia para personas de la tercera edad será el sitio donde Jose se incorpore una vez tenga si homologación. El joven enfermero no pierde el tiempo y cuenta que ya ha tenido ocasión de conocer a los que serán sus pacientes. El curso se imparte en el mismo centro por lo que a la hora de comer, aprovecha para relacionarse con los usuarios.

El caso de Jose no es único pero ilustra perfectamente esa constancia y perseverancia que demuestran los jóvenes que cada día se marchan del país para buscar trabajo fuera. Esto no tiene por qué ser algo negativo, simplemente se trata de no cerrar puertas y abrir fronteras. En España puede faltar trabajo, pero lo que no faltan son ganas de trabajar.

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