31 dic 2013

La odisea de atenderse en un hospital

El cierre de servicios y la falta de enfermeros afecta cada vez más el normal funcionamiento del Castro Rendón, Heller y Bouquet Roldán.

Neuquén > La crisis en Salud se encuentra en uno de sus puntos más críticos, con gran parte de los servicios cerrados y las guardias mínimas funcionando con menos del personal necesario para la atención de urgencias. El panorama es idéntico en los tres hospitales de la ciudad: salas prácticamente desoladas, consultorios desiertos y personas en camillas o sillas de ruedas atendidas en los pasillos, que son reflejo de lo que hoy ocurre en el sistema público.
Mientras unas mujeres baldean los pisos del Castro Rendón, otras seis personas esperan en la guardia la presencia de alguien que las revise. Otras dos hacen lo mismo en la entrada del Bouquet Roldán. En tanto, el pasillo del Heller se llena de niños y adultos con las más diversas afecciones: desde un dolor de muelas hasta un bebé en camino. Para quienes trabajan en el sector, nunca antes se había vivido algo similar.
Por la huelga que realizan los enfermeros agrupados en el Sindicato de Enfermería de Neuquén (SEN) y los trabajadores nucleados en ATE (camilleros, choferes, mucamas, telefonistas y cocineros, entre otros), ayer sólo funcionaban las guardias mínimas. En algunos casos, con la mitad del personal que habitualmente se avoca a esa tarea.
En la guardia del Bouquet Roldán sólo trabajaban dos médicos y dos enfermeros, cuando normalmente hay cuatro en cada sector. También en el Heller hay menos personal -tres enfermeros y cuatro médicos-. Esta situación hizo que mermara la internación.
"La adhesión es casi total, pero como los otros centros de salud están cerrados la gente viene acá aunque esté la medida. Esta guardia atiende todo lo que viene, pediátrico, adultos y embarazadas. Estamos sobrecargados, por más que estemos de paro, tenemos que seguir atendiendo para hacer el recambio porque hay compañeros que hace cinco días trabajan 16 horas seguidas", contó Héctor Ramírez, enfermero del Heller.
En el Bouquet Roldán, el coordinador de la guardia, Jaime Sepúlveda, detalló que se trabaja con un plantel de dos enfermeros en guardia y uno en internación. "Es una situación difícil. Se están haciendo sólo emergencias, pero cuesta mucho trabajar sobrecargados", aclaró.
En el Castro Rendón, por la reducción de personal, decidieron unificar la guardia de adultos y de pediatría. "El Estado está ausente; tienen que arreglar el problema porque es el mejor hospital que tenemos y está abandonado", opinó el familiar de un paciente, a lo que una mujer agregó: "Somos de la clase pobre, no tenemos para pagar una clínica".
La realidad marca que hay más puertas cerradas que abiertas dentro de las inmensas estructuras que conforman los tres hospitales de la ciudad. "Si para hacer una torta te faltan ingredientes, ¿cómo la harías? Si en el hospital faltan insumos, médicos o enfermeros, ¿cómo hacemos?", refleja uno de los tantos carteles alusivos al paro.


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